miércoles, 2 de abril de 2014

Personajes que cambiaron la historia 4

Biografías breves de 5 Personajes que cambiaron la historia, destacando los valores que evidenciaron.

Escritas de forma sencilla, divertida, adaptada a la población objetivo y con una guía que permite extraer aprendizajes y aplicarlos a la propia vida.

Contenidos elaborados por Verónica De la Torre y publicados por Visión Mundial Ecuador en el material denominado "Personajes que cambiaron la historia 4", 2013. Material dirigido a adolescencia y juventud indígena, campesina y afrodescendiente.

A continuación te comparto  el desarrollo de uno de los personajes completo, cuyo contenido puedes utilizarlo con fines educativos, citando la fuente, pero no puedes reproducirlo sin autorización de Visión Mundial Ecuador (VME). Si te interesa tener el material completo para trabajarlo con grupos de adolescentes, escríbeme a verodelatorreg@yahoo.es  para conversar  con VME cómo ayudarte. Al final se encuentra el índice de los 5 personaje que se incluyen en el material.



Leonidas Proaño                
(Valor: Inclusión)
         
Era una fría mañana de sábado, la feria había comenzado y tanto mayores como guambras,  con sus ponchos de chulla cara, llenaban de colorido la plaza, abrigando el día con su compartir. De pronto, vieron llegar una camioneta con un letrero que decía “Proyecto Esperanza”. Alguien desde ahí con un megáfono gritaba: -“¡Venga y obtenga su crédito a bajo interés para mejorar sus siembras, su negocio, el estudio de sus hijos, acérquese ya, es su oportunidad de mejorar su vida!”

-“¿Qué será esto ah?”, se preguntaban. Enseguida, muchas personas hicieron una gran fila para ver qué podrían conseguir. Pero esto fue lo que les respondieron: 
 
A María de 15 años que quería un crédito para sus estudios: -“No, ya te has de casar y tu marido no te va a dejar.”
A Don Eliodoro, de 68: -“Eres ya muy viejo, quién sabe si mueres antes de pagarnos la deuda”.
A Doña Carlota que al saludarles dijo “Rimaykullayki”: -“No, aquí nadie entiende quichua”.
A Juana, una ´warmi` con la barriga grande: -“No, las embarazadas no pueden trabajar.
A Don Sacoto, que vivía a 3 horas en la montaña: -“¿Cómo te cobro si no pagas?”.
A Doña Pepa: -“Ni siquiera lees, nos harás perder el tiempo”.
A Don Euclides que iba en su silla de ruedas: -“Sin caminar ¿cómo vas a trabajar?”
A Martín Corozo: -“No confiamos en la gente de tu color”.
A Lola: -“No, estas enferma”.
.


Así, el frío de la mañana se hizo más intenso por tanta decepción.
Has una lista de las características de todas las personas a quienes el “Proyecto Esperanza” les negó el crédito. Observa su edad, sexo, etnia, estado de salud, idioma, educación, lugar donde viven, entre otras. Luego mira tu lista y piensa: ¿Qué otras metas podrían resultarles difícil alcanzar a estas personas en la vida real? ¿A qué tipo de personas crees que sí le entregarían el crédito?


¡Muy bien! ¡Ahora comprendes exactamente lo contrario a la inclusión, es decir, la EXCLUSIÓN! Significa: Marginar a una persona o grupo, de ciertos beneficios sociales, oportunidades o derechos, porque no cumplen con “requisitos” dictados por quienes toman las decisiones o tienen los recursos. ¡Qué triste! ¿No crees?

Subraya las palabras que signifiquen lo mismo que EXCLUIR: tener en cuenta – eliminar -  añadir - descartar – juntar – desechar.

Llegó el momento de contarte acerca de MONSEÑOR LEONIDAS PROAÑO, el “Obispo de los indios”. Nació en 1910, en San Antonio de Ibarra. Creció en una familia dedicada a la elaboración de sombreros de paja toquilla. ¡Qué hermosos sombreros hacían!, y ¡vaya cuánto esfuerzo les tomaba hacerlos!
Desde joven, y aún más desde que fue Obispo en Chimborazo, donde la población es en su mayoría indígena y campesina, se dio cuenta cómo estas personas eran excluidas de oportunidades para vivir a plenitud, para alcanzar el “sumak kawsay”.
Imagínate que trabajaban desde guambras todo el día en tierras de los hacendados, ganando miserias. Pocos recibían educación o atención médica pues casi no existían médicos ni escuelas en los sitios donde vivían. Tampoco eran escuchados sus reclamos y se consideraba “normal” que vivieran así, desatendidos por el Estado, las iglesias, ¡todos!

A Leonidas esto le preocupaba, pues parecía que Ecuador solamente atendía las necesidades de quienes más recursos, poder o habilidades tenían, o de personas mestizas, jóvenes, que hablan castellano, que viven en las capitales, que tienen salud. Así, indígenas y campesinos con necesidades, valores, intereses y prioridades distintas, siempre quedarían fuera, a menos que se haga algo.

¿Alguna vez te has sentido excluido o excluida de algo importante, de un evento, o de una oportunidad, o no has salido seleccionado para algo?

Pero Leonidas estaba convencido de que Dios anhelaba una vida mejor para el pueblo indígena y creía que la Iglesia era la encargada de hacer real el proyecto de Dios en el mundo, por lo que debía ser quien construya junto a ellos este camino.

Entonces, empezó a dar pasos decididos para este fin. Uno de ellos fue crear en 1960 las Escuelas Radiofónicas Populares que eran una forma de llegar a través de la radio con el evangelio hacia lugares distantes, alfabetizar y enseñar pautas para la vida diaria, los sembríos, el cuidado de los hijos, entre otros temas.

A la par creó las “asambleas cristianas” que consistían en grupos de personas reunidas en casas para escuchar el evangelio a través de la radio y responder a las preguntas que Leonidas leía en el programa radial, las que permitían comprender el mensaje y aplicarlo a su propia realidad. Llegaron a existir 250 asambleas que además contribuían a conocerse entre la comunidad y ayudarse entre sí. Sus líderes eran las mismas personas de la comunidad formadas como “animadoras”. 


¿Alguna vez alguien ha hecho alguna acción para que puedas recibir un beneficio o que se te respete un derecho como estudiar, recibir atención en salud, asistir a un curso, u otra? ¿Cómo te has sentido?

Esto no era suficiente si la Iglesia no dejaba de excluir al pueblo a través de tomar decisiones sin consultar a la comunidad, predicar sermones inentendibles y sin aplicación a sus preocupaciones y vivencias diarias o si los sacerdotes seguían ocupando los mejores lugares en las fiestas y reuniones, junto a las autoridades del cantón, sin estar con el pueblo.

Leonidas cambió esta forma de actuar e intentó practicar en la iglesia de Chimborazo, otra manera de trabajar con el pueblo que aprendió junto a la Juventud Obrera Católica: VER sus necesidades y juntos analizar su situación, JUZGAR entre todos y todas cuán diferente es la realidad de la que Dios anhelaría para ellos, y cómo quisiera transformarla; y ACTUAR juntos de forma concreta para cambiar esta realidad. 
Esto implicaba que todo el proceso de planificar, ejecutar y evaluar acciones para el pueblo, se haga junto a él, reuniéndose cuanto sea necesario para ponerse de acuerdo. En esto se basó también la “Pastoral de conjunto” que consistía en equipos de sacerdotes, monjas, educadores y líderes comunitarios, trabajando unidos para servir a la comunidad. ¡Todos y todas estaban invitados a servir!

Un acto histórico impulsado por Leonidas fue conseguir que la iglesia entregue 300 hectáreas de tierras a manos indígenas chimboracenses. En este proceso también escuchó la voz del pueblo accediendo a su propuesta de llevar a cabo la repartición, a fin de que sea justa y equitativa. 

Además, Leonidas quería que la gente del pueblo sea quien lidere las iglesias, y que las reuniones se celebren con cantos y símbolos propios. ¡Él quería que la Iglesia se haga indígena y no que el pueblo indígena cambie su cultura, idioma u otra cosa para ser parte de la iglesia! Además quería que las mujeres participen, por lo que, al final de sus días, llegó a crear el Centro de Formación de Misioneras Indígenas.


¿Cómo estás siendo incluido (o excluido) en las decisiones y acciones de tu grupo, comunidad, colegio, iglesia? Comparte con tu grupo


Leonidas también practicó la inclusión al crear una imprenta – librería en Ibarra, para producir revistas y textos de fácil comprensión, con temas de interés para la comunidad, a bajo costo. Así, la lectura ya no estaba reservada solo para la gente con dinero o muy educada, ¡hombres y mujeres de toda clase estaban invitados!

Practicar la inclusión le costó a Leonidas críticas de hacendados, líderes políticos y hasta de ciertos sectores de la iglesia. Lo acusaban de mover al pueblo a revelarse y de ser “guerrillero”, por lo que incluso lo encarcelaron en 1976. Pero la evidencia de su fidelidad a Dios y su evangelio prevaleció. Fue así que en 1986 lo candidatizaron como Premio Novel de la Paz y recibió varios premios y reconocimientos por su obra.

Pese a su muerte a sus 78 años, su trabajo se mantiene vivo cada vez que alguien que ha sentido la exclusión puede decir:

“Comprendimos así que éramos "runas",
hombres, como los otros,
con iguales derechos.
Que la tierra, la escuela,
la salud, el respeto por la vida,
eran también para nosotros.”[1]

Es decir, cada vez que Ecuador se convierte en un país que atiende las necesidades de todos y todas, o cada vez que se viste “de poncho la esperanza[2], viene a nuestra memoria la forma en que Leonidas cambió la historia.

Entonces, INCLUSIÓN es: Hacer todo lo que sea necesario para que las actividades o proyectos involucren a todas las personas de un grupo social, facilitando su participación, pertenencia y atendiendo las necesidades específicas de su etnia, idioma, edad, cultura, intereses, condiciones físicas, formas de pensar u otras.

¡Es tu oportunidad de practicar la inclusión!

Piensa: ¿Cómo son los grupos a los que perteneces y cómo se siente cada integrante? ¿Todos están a gusto y sienten la aceptación del resto?, o ,¿solo los chicos o chicas más divertidos(as), hábiles, “guapos” o “bonitas” se sienten bien? ¿Quién podría estar necesitando más aceptación de parte del grupo? ¿A quién piensas que le gustaría pertenecer al grupo y no se le ha permitido? ¿Qué cambios podrías promover para que todos y todas se sientan realmente incluidos en el grupo?
 Además: Cada vez que organizas una actividad con los grupos a los que perteneces, pregúntate: ¿Quién podría tener dificultades de asistir? ¿Quién podría sentirse incómodo(a) en esta actividad o no la podría realizar? ¿Qué necesidades o expectativas tienen las personas respecto a esta actividad? ¿Cuáles no se cubren? ¿Qué cambios pequeños o grandes podríamos hacer para que todos y todas participen con gusto y encuentren respuestas a sus necesidades?

Y tú o tu comunidad, ¿de qué grupos, proyectos, derechos o beneficios están siendo excluidos? ¿Qué podrías hacer junto a otras personas para cambiar las decisiones o reglas de quienes les están excluyendo de forma voluntaria o no?


¡Es tu turno de cambiar la historia! Incluye en tus grupos, actividades y proyectos a quienes siempre quedan fuera.  Trabaja por tu inclusión y la de tu comunidad en las decisiones de tu comunidad, parroquia, Municipio, Iglesia o Gobierno.


[1] (Autor desconocido), CANCIÓN PARA EL PASTOR: A Leonidas Proaño. 1992. Tomado de http://www.culturaenecuador.org/artes/personajes-de-chimborazo/76-mons-leonidas-proano-qun-pastor-que-cambio-el-rumbo.html
[2] Íbid.


ÍNDICE DE OTROS PERSONAJES INCLUIDOS EN ESTE MATERIAL:

1:  María y Bernabé (personajes bíblicos). Valor: CREER EN LAS PERSONAS
2: Leonidas Proaño. Valor: INCLUSIÓN
3: María de Betania (personaje bíblico). Valor: QUIETUD
4: Desmond Tutu. Valor BIEN COMÚN
5: Teresa de Calcuta: SENCILLEZ

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