martes, 20 de enero de 2009

El milagro de ver


Qué bueno es recordar dónde está tu asidero,
de dónde surges, a quién perteneces,
la esencia de tu vibrar,
quién guarda en sí tu espacio,
más allá de lo que logras...

Qué bueno es despertar
y encontrarse vital en quién amas,
en quién eres,
en los propósitos finales que persigues…

y no quedarte contemplando tendida
los fugaces destellos de “éxito”
que titilantes se evaporan.

Fascinantes sus luces, enceguecen,
apreciaría quedarme en ellas un tiempo mayor,
a sabiendas del riesgo de perder lo que de veras vale.

pero sin ese asidero, ese sentido mayor,
no tolerarías cuando viene la noche,
cuando sin más te opacas ante los ojos de otros,
el vacío te comería,
una piedra tomaría el lugar de tu garganta.

Fascinante Quiroga, taller, terapia…
fascinante ser el centro…
asombro saberse “rotativa”
y pronto posible desechable…

Qué bueno recordar que aquellas luces
no son las que alumbran las profundidades de tus ojos,
Y que sin ellas…,
aún podrías ver…
20/01/2009
verodelatorreg@yahoo.es

domingo, 11 de enero de 2009

RELECTURA DEL POEMA DE PORTIA NELSON

I
Camino por la calle de la salvación a otros.
Hay un profundo hueco en la acera: donde están los otros con sus necesidades y vacíos que no logran asumir.
Caigo dentro, los quiero rescatar
Estoy perdida… indefensa, no sé cómo batirme con el peso que ponen sobre mí.
No es mi culpa, lo hice por bondad…
Me toma una eternidad encontrar una salida.

II
Camino por la misma calle de la salvación a otros.
Hay un profundo hueco en la acera: son ellos mismos.
Hago de cuenta que no lo veo, pues trato de recordar que no los voy a poder salvar.
Caigo dentro de nuevo, pues ellos me llaman… y tal vez valga intentarlo.
No puedo creer que estoy en el mismo lugar, asumiendo responsabilidades que no las quería y no me corresponden.
Pero, no es mi culpa, yo intenté no caer pero ellos me llamaron.

III
Camino por la misma calle de la salvación a otros.
Hay un profundo hueco en la acera: son ellos mismos, el sistema…
Veo que está ahí,
Caigo dentro de nuevo… es un hábito.
Mis ojos están abiertos, ya no quiero más de esto,
Sé donde estoy, ya sé los costos que esto implica para mí.
Es mi culpa, yo acepté el llamado de salvarlos
Salgo inmediatamente, aunque ya embarrada de algo del lodo…

IV
Camino por la misma calle de la salvación a otros.
Hay un profundo hueco en la acera: son ellos mismos, y mi capacidad tan desarrollada para encontrarlos…
Lo rodeo… pero reflexiono

V
Camino por la calle de protección a mi integridad.

verodelatorreg@yahoo.es




POEMA DE PORTIA NELSON:
Voy andando por la calle
Hay un agujero profundo en la acera
Me caigo
Estoy perdida.....
No sé qué hacer
No es culpa mía.
Tardo siglos en salir.

.:: II::.


Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Hago como que no lo veo
Me vuelvo a caer.
No puedo creer que me haya caído en el mismo sitio.
Pero no es culpa mía.
Tardo bastante tiempo en salir.

.:: III::.

Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Veo que está ahí
Me caigo.....es una rutina,
Pero tengo los ojos bien abiertos.
Sé dónde estoy
Es culpa mía
Salgo rápidamente.

.::IV::.
Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Lo esquivo.

.::V::.
Voy caminando por una calle distinta.

Portia Nelson

El país que sueño…

Quito, 5 de julio de 2003

Abrigas, campesino/a, en tus cerros la esperanza,
Y no dejas que el desierto reseque tu valor,
Porque sabes que las aguas caerán mañana,
Y tus heridas manos acariciarán verdor.

No olvidas tu risa debajo de lo incierto
De promesas vacías que se pierden en la grama,
Con esfuerzo encuentras hoy respuesta a tus lamentos,
Sin humillar tu semblante ante aquel que te daña.

Anciano, tus pies, ahora caminan firmes,
Sostenidos en rocas y no solo en rezos,
Tus hijos/as son el bastón que ciñes,
Y el Estado ofrenda honor a tus esfuerzos.

No te ahogas en llanto y venganza mujer,
Debido al abandono del hombre que amas,
Hoy tus labios besan la miel…
De tu dolor disuelto en perdones de llamas.

Aguardas tranquila el fruto de tu vientre,
Sin temer al vacío cuando llegue el despertar,
Hay quien cuide tu parir doliente,
Y un amante que añora de su esperma el retoñar!

Descansas, pequeño/a, sin temor a la vida,
Al golpe que acecha disfrazado de amor,
Descubrieron a la maestra llamada “caricia”,
Y hoy creces libre, sintiendo calor.

Mantienes el brazo erguido, pueblo rebelde,
Aun cuando el/la opresor/a gana algunas batallas,
Sabes que el Rey ha descendido a defenderte,
Y construye contigo su reino sin murallas.

verodelatorreg@yahoo.es

ENSAYO: Comparación de situaciones de América Latina con la pastoral de Ezequiel para tiempos de crisis nacional

Quito, 2 de septiembre de 2003


La situación de América Latina que primero viene a mi mente al leer el texto de Ezequiel es la que tiene que ver con los altos niveles de corrupción e impavidez presentes en la mayoría de los líderes encargados de “pastorear” a nuestros países. Ellos, haciendo uso de la posición social privilegiada en la que se encuentran, invierten sus esfuerzos en apacentarse a sí mismos/as, tomando para ello injustamente de las porciones de riqueza que produce la fuerza popular con trabajo agitado y difícil, de su fruto, su “leche”, su “lana”, su “miel”, sin muchas veces siquiera haber facilitado a sus ovejas los mecanismos para que puedan hacerlos germinar.

Pienso, por ejemplo, en los/as campesinos/as… ovejas heridas que han tardado muchos años en gritar su dolor y en sacar la rabia provocada en el asalto. Sus pastores, que seguro se consideraron ajenos, las olvidaron en sus rediles desiertos, en sus comunas lejanas, poco visibles para sus palacios de hierro, negándoles la posibilidad de que sus propias bocas y sus pies encuentren la ansiada grama. No les encerraron entre portones de madera, y estacas, pero sí con humanos de piel más blanca y cerebro occidentalizado que han cerrado las puertas de su desarrollo con barreras invisibles llamadas “leyes del mercado”.

No los/as han apacentado…

Les quitaron sus tierras, les obligaron a trabajar ya no para subsistir como era su interés, sino para llenar las arcas y los estómagos de quienes aman la riqueza y la acumulación. Alejaron de sus rostros la tecnología moderna, luego de menospreciar la suya, imposibilitándoles alcanzar el “éxito” y la “competitividad” en el mercado agrícola, volviéndolos presas de todas las fieras del campo.

Aun viéndolos/as así, vulnerables…, no los/as han buscado.

Y los/as mantienen débiles: débil su cerebro al no posibilitarles el acceso a la educación, y cuando la ofrecen, las cosas están diseñadas para irrumpir abruptamente en su sistema ideológico y de aprendizaje, obligándolos/as poco a poco a pensar como ellos, anhelar estilos de vida como los de ellos, a menospreciar su cultura y orígenes, y enseñoreándose de “los/as campesinos/as” con desprecio y violencia.

Mantienen débil su salud, pues los mantienen todavía lejanos a los avances de la ciencia y a la posibilidad de atención médica, ya que, un médico/a por más de 7000 habitantes, ubicados en sitios tan dispersos, difícilmente podrá producir resultados: Niños/as mueren al nacer o en el parto por falta de atención, madres mueren luego de haber cumplido su labor reproductiva, hombres y mujeres tienen pocas opciones de supervivencia frente a probables de emergencias. Ante ello, la occidentalización de la educación y el asalto de los mass media en sus hogares, agrava el problema ya que los/as hace olvidar grandes porciones de la sabiduría ancestral manifiesta en el manejo de hierbas y sus propiedades.

No los/as han protegido, no los/as han curado.

Mantienen débil su esperanza: “las cosas ya están dadas y hay poco qué decir y qué hacer. Organícense si quieren, griten, hagan manifestaciones, y si tienen suerte, sean “parte del gobierno”, no hay problema, pues, el poder es nuestro y las políticas de desarrollo no cambiarán por sus esfuerzos. Quizá los/as estorben ocasionalmente, pero, finalmente nos impondremos.”

No los/as han reconocido.

Es así como se ha resquebrajado el ideal de vida “comunitario” de los/as campesinos/as, y con él, se ha quebrantado también su propio sentido de solidaridad y unidad. Por ello, frecuentemente sus comunas se dividen, se mezquinan las fuentes de agua, se miran con envida y recelo cuando cuándo alguna de ellas, luego de organización y grandes esfuerzos, logra conseguir algún beneficio o proyecto impulsado por ONGs u organismos de voluntariado.

Y por eso se han dispersado…

Pero, entre tanto abandono creo que Jesús mismo les está pidiendo cuentas de su rebaño a estos grandes líderes nacionales, al permitir levantamientos populares encabezados por movimientos sociales quienes, habiendo descubierto la posibilidad de vivir de forma diferente, transmiten ese despertar al pueblo. Entonces el pueblo, aunque con varias recaídas, se pone de pie y decide dejar de escuchar a la voz de sus supuestos líderes, se dan cuenta que ya no les pueden creer más y ser presas fáciles en sus manos. Se organizan y logran momentáneos logros abrumadores como la caída de un presidente o la llegada al poder.

Lamentablemente esa explosión de gozo empieza a apagarse, cuando las mismas ovejas gordas deciden comer a las flacas y aprovecharse de ellas para afirmar su poder. Cuando se descubre que lo ocurrido no es más que otros movimientos de piezas de los/as poderosos/as a quienes todavía no les ha sido quitada la responsabilidad de apacentar estas ovejas.

Aun Latinoamérica estamos a la espera del verdadero Pastor, de su gobierno de justicia y de equidad, en el que no solo derrotará a los líderes nacionales forjados con riquezas y no con sabiduría, sino también a los que surgen del pueblo y luego, al pueblo mismo asesinan. Esperamos todavía que eche fuera a las bestias feroces del Fondo Monetario Internacional o de la Organización Mundial del Comercio y se nos devuelva un mínimo nivel de autonomía, con el que podamos codepender de otros países.

No esperamos la lluvia, el sol y paisajes hermosos, porque pocas veces nos han faltado, esperamos mejor las condiciones para crecer con los recursos que poseemos, las herramientas para trabajar y desarrollar nuestro propio talento. Esperamos poder habitar seguros/as y dormir tranquilos/as en los campos y en las ciudades, con la certeza de que el mal y el maligno no nos tocará. Esperamos un reinado de amor que sane y transforme hasta el fondo nuestros corazones heridos y hasta a veces depravados.

Aun esperamos al igual que el pueblo en el relato de Ezequiel, a su siervo David, su príncipe.

(Para Universidad Bíblica Latinoamericana)

verodelatorreg@yahoo.es

ENSAYO: ¿Es posible revivir la lucha de Ruth y Noemí en América Latina?

Quito, 16 de septiembre de 2003

Las historias de los pueblos o grupos sociales en desventaja que conozco se parecen más al círculo de desgracia por el que atravesaron Ruth y Noemí al inicio del libro que a todo el esfuerzo esperanzado que llevaron a cabo luego esas dos mujeres, y a sus resultados finales.

No es que los/as pobres ya no luchen por sus derechos y reivindicaciones, pero tengo la impresión de que están cansados y heridos y no encuentran luces cercanas que iluminen sus esfuerzos. Me refiero a los/as más pobres, a ellos/as que solo tienen la posibilidad de ser observadores del transcurrir nacional y mundial sin casi ningún tipo de oportunidad de respuesta frente a lo que acontece. Varios de ellos/as se esfuerzan por sobrevivir pero su pobreza no solo económica sino también y sobre todo de identidad, de afecto, de libertad, consume sus capacidades más elementales para existir dignamente, aunque sea en lo íntimo.

A ellos/as, cuya capacidad de resiliencia parecería estar muerta y su anhelo de días mejores parecería no convocarles, preferiría no acercarme, pues me contaminan, me hieren… lastiman mi humanidad, mi frágil utopía. Pienso que es a ellos/as a quienes
Dios nos ha invitado a servir y apoyar, pero, al descubrir su inercia, al no encontrar alguna característica aunque sea inmadura todavía de las expresadas por Ruth y Noemí, que no dejaron de gritar a pesar del frío del dolor, ese dolor indescifrable del hambre, el destierro, la viudez, el abandono, todos juntos a la vez…, me muero.

Imposible, no es que los culpe, al contrario. Los miro y es como si viniera en un chispazo a mi mente todo lo que hemos hecho, todo lo que hemos devastado. Haberle quitado a alguien su elemental capacidad de sacudirse, de revelarse, no siquiera de proponer algo, solo de soñar o de aprovechar alguna oportunidad que por ahí asome, es terrible.

Claro, la mayoría no se ve a sí mismo/a cuando los mira a ellos/as y es fácil acusarlos de paternalistas, de facilistas, de cómodos, de vagos, en fin. Yo no los/as culpo, me culpo, a mí misma y como humanidad, pero no puedo caminar junto a ellos/as. No ahora. Puedo hacer cosas para ellos/as, pero no más.

Pero, gracias a Dios, existen quienes todavía se perciben a sí mismos y es más fácil reconocerlos como personas, abatidas por la pobreza y las desgracias, con poquísimas oportunidades, pero con mayores indicios de humanidad. Luchan, no siempre con elevados estándares éticos o con una comprensión propia e integral de lo que es desarrollo o de lo que buscan, pero quieren y creen que pueden vivir diferente.

Ellos/as cotidianamente luchan de forma individual o en pequeñas asociaciones, percibiendo el progreso como una reivindicación más bien personal o familiar, no alcanzando a ver con claridad toda la estructura que sostiene su pobreza. Cuando se tropiezan con las barreras que interrumpen sus esfuerzos, esas barreras ajenas que jamás las pudieron prevenir, entonces empiezan a descubrirse como parte de los/as otros/as afectados por males similares, y a observar como los derechos de todos/as son sistemáticamente desconocidos.

Ellos/as me despiertan más esperanza, aunque es una esperanza trunca, a corto plazo. Es como ver a Ruth recogiendo espigas, hasta el día de su muerte. Es como saber que Booz jamás va a hacer efectivo el derecho que le corresponde a Ruth y a Noemí de poseer la tierra y siempre las va a contentar con su bondad a medias.

Por ahí andan también los intelectuales, esos que surgen de entre los mismos pobres con oportunidades, o de entre los de clase media o los ricos sensibilizados. Ellos ya pueden realizar diagnósticos más precisos de la realidad y propuestas más claras, parecerían a ratos que en una de estas le atinan con la receta precisa, y si por ahí hay suerte, alguien que está en el poder la acoge y la aplica…Pero más son las voces que metódica y planificadamente pretenden convencernos de que no son posibles los caminos diversos, que solo hay uno, la globalización sin justicia ni equidad, el libre comercio sin personas libres, el dominio del poderoso, la primacía del más fuerte, el preferible silencio y resignación del oprimido/a…

Así veo y siento a América Latina y quizá a África y a varios países de Asia, en relación a la lucha por la reivindicación de sus derechos. Hay los/as que ignoran, hay los/as que duermen, hay los/as que pelean pero no alcanzan, hay los/as que proponen pero no son oídos, hay los/as que oyen pero prefieren venderse, hay los vendidos que nos engañan y convencen, hay los/as engañados, hay/as los desesperanzados, hay los/as que persisten…

Creo, aunque sea en un rincón pequeño de mi corazón idealista, que es posible que en América Latina se lleven a cabo luchas como la de Ruth y Noemí, pero creo que para eso el pueblo de Dios debemos librar batallas asiduas y permanentes de humanización de lo deshumanizado. Debemos trabajar airosamente por la construcción de dignidad, de conciencia de derechos y conciencia de procesos. Ruth y Noemí no lograron en un momento restablecer para ellas y como ejemplo para otras, los derechos de las viudas, pobres y extranjeras. Para lograrlo, intervino una serie de valores, principios y capacidades arraigados profundamente en sus vidas, que en esas condiciones de dolor y explotación se pusieron a prueba.

Entonces intervino la solidaridad entre ellas, la cual fue la base de su decisión de salir adelante. Intervino su capacidad creativa para buscar opciones de salida, su humildad para comenzar por la misión más sencilla: recoger espigas, haciendo valer un derecho que en la conciencia de muchos estaba casi olvidado y parecía similar a pedir caridad. Su paciencia para esperar la sensibilización progresiva de Booz, aceptando sus gestos de compasión incompleta, sin saber que a la larga se pondría verdaderamente de su lado. Su perseverancia, su fe.

Esas son las condiciones que como pueblo de Dios debemos trabajar por construir en nuestra Latinoamérica, para que sea posible el restablecimiento definitivo de nuestros derechos.


verodelatorreg@yahoo.es

Discurso a los graduados del CIF (curso de faciltiadores)

Hemos recorrido algunos meses juntos, viviendo momentos intensos que sin duda nos han redefinido…

Empecemos por decir que vinimos a este espacio con el afán de añadir a nuestra mochila de la vida, (o al maletín, dependiendo de la edad), algunos conocimientos, algo así como para estar al día con los nuevos avances teóricos. Camufladamente, también vinimos para hallar algunas pistas que disipen nuestros propios laberintos y claro, también que sirvan para guiar a otros en los suyos… Vinimos sin saber bien a qué veníamos…ni qué traíamos...

Llegaron las primeras clases y mientras nuestra mirada sistémica del mundo y la familia, empezaba a cobrar afinidad, las finas sensibilidades del estómago, comenzaron también a removerse. Entonces, junto a las lecturas llenas de términos desconocidos, los genogramas, y el compartir, empezamos individual y comunitariamente a miramos, sí, a mirarnos con ojos nuevos, cual si un velo protector que hubiera resguardado por años nuestras preguntas, nuestras quejas, nuestros dolores y necesidades, por fin se replegase. Con ello, el equilibrio pareció desmoronarse y en la garganta nació una cierta ansiedad que llamaba al estado anterior, a la normalidad de los días que ocultan en sus latidos rutinarios, la tristeza. Sin embargo, el cobijo del grupo pudo más, y cada quien recibió el coraje para permitirse remover las entrañas, y avanzar…

Y fue así como nos preparamos para recibir el módulo de comunicación, ¿cómo? comunicándonos, desarrollando nuestra capacidad para escucharnos, sin juicios, sin consejos, pero con todo el corazón y el cuerpo, abriendo para el otro un espacio seguro para hablar, y para llorar. Este sendero nos permitió descubrir que, a veces, después de haber cargado por tanto tiempo solos nuestro ser en hombros, no existe mayor consuelo que recibir el permiso para llorar junto a otro, que no hay mayor descanso que sabernos liberados por el otro y exentos de culpa por el hecho de sufrir. Sí, ahora sabemos que la vida no tiene que ser siempre bella, y que a veces es necesaria la expresión genuina del dolor, para que surja de ella una nueva alegría: sencilla, suave, sin aspavientos, sin frenesí, pero verdadera…

El módulo de intervención en crisis fue el clímax, no solo porque ahora éramos nosotros los “pacientes identificados”, y las emociones “normales”, “naturales” y “necesarias” surgían por doquier, sino también porque ahora podíamos mirar con mayor claridad las oportunidades que las crisis vividas nos habían dejado, y las potencialidades y virtudes que sin ellas, no habrían podido nacer. Además, nuestra amistad se fortaleció, extrañarnos y anhelar los viernes para estar juntos, ya era parte de nuestra vida.

Llegó el módulo de mediación, ufff! dijimos algunos, por fin llegó el momento de centrarnos en solucionar los problemas de los otros olvidándonos de los propios… qué error, no sabíamos que aprender la metodología para mediar no nos libraba de la responsabilidad de luchar con nosotros mismos. Sin embargo, nos fuimos dando cuenta que el proceso de dejar nuestras debilidades en el ayer, no sería breve ni fácil, pero mientras avanzamos, y si al avanzar caemos, pues bien, como dicen nuestros profesores: “bienvenida sea la condición humana”.

Y ya con mucho “apego” entre nosotros, llegamos al final, al Módulo de Padres eficaces, recorrimos el mundo emocional de nosotros cuando niños, y de nuestros hijos quienes somos padres, y vimos como con frustraciones y aciertos se tejen vidas, haciendo de la misión de padre y madre tal vez la más importante de entre todas las responsabilidades humanas. Volvimos a vernos pequeños, con ojos grandes y de esta mirada surgió nuevamente el deseo de ser mejores, para hoy, o unos años después, poder entregar a Dios y al mundo, mejores seres humanos.

Fue así nuestro camino, la profundidad del corazón se descobijó en cada paso, y desde el gesto espontáneo, hasta la palabra prevista, rebeló el ser…Nuestros pasos se enlazaron sin querer y hoy, nos miramos y nos vemos distintos, o quizá simplemente nos vemos mejor, sí, pues podemos ver el alma frágil, esperanzada, añorante, vemos desde su mundo y su dolor, su miedo y su valor, vemos las huellas que sus pasos han dejado, vemos desde el ombligo, desde la entraña y desde el nervio más sensible de la piel. Permitimos que el ardor del otro queme, y su hielo congele, y a la vez nos llenamos de lo nuevo que su compartir ha despertado en nuestras alma, lo nuevo que su dolor ha desnudado, lo viejo que su dolor ha hecho nuevo.

verodelatorreg@yahoo.es

DISCURSO PARA L@S EGRESAD@S


(Año 2004, a los(as) egresados de Gestión Social de la PUCE)

Me Gustan Los Estudiantes
Mercedes Sosa
Composição: Violeta Parra

Que vivan los estudiantes,
jardín de nuestra alegría,
son aves que no se asustan
de animal ni policía.
Y no le asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
qué viva la astronomía!

Me gustan los estudiantes
que rugen como los vientos
cuando les meten al oído
sotanas y regimientos.
Pajarillos libertarios
igual que los elementos.
Caramba y zamba la cosa,
qué vivan los experimentos!

Me gustan los estudiantes
porque levantan el pecho
cuando les dicen harina
sabiéndose que es afrecho.
Y no hacen el sordomudo
cuando se presente el hecho.
Caramba y zamba la cosa,
el código del derecho!

Me gustan los estudiantes
porque son la levadura
del pan que saldrá del horno
con toda su sabrosura.
Para la boca del pobre
que come con amargura.
Caramba y zamba la cosa,
viva la literatura!

Me gustan los estudiantes
que marchan sobre las ruinas,
con las banderas en alto
pa' toda la estudiantina.
Son químicos y doctores,
cirujanos y dentistas.
Caramba y zamba la cosa,
vivan los especialistas!

Me gustan los estudiantes
que con muy clara elocuencia
a la bolsa negra sacra
le bajó las indulgencias.
Porque, hasta cuándo nos dura
señores, la penitencia.
Caramba y zamba la cosa,
qué viva toda la ciencia!
Caramba y zamba la cosa,
qué viva toda la ciencia!


Esta canción va dedicada a los egresados y egresadas, a quienes por aun no tener la muceta en nuestras manos todavía pueden llamarse estudiantes...

Canciones como estas fueron escritas en tiempos de revolución, en tiempos en que las circunstancias políticas y sociales necesitaban de un impulso hacia el cambio. Este desafío avisoró sus caudillos. En esta utopía los estudiantes universitarios eran los llamados a poner el cuerpo y la mente en pro de construir las respuestas que la sociedad estaba buscando y luchando por su implementación.

En este sueño todos los científicos eran importantes: el astrónomo, el sociólogo, el médico, el ingeniero, el trabajador social, el escritor, cada uno desde su rama se prepararía para hacer realidad la teoría marxista, para derribar el sistema opresor liderado por las clases pudientes y alcanzar lo que ellos entendían por justicia social.

Su papel era histórico, su misión no transferible ni postergable; la boca del pobre hacía sonar la alarma permanente en sus corazones, y ese sonido era ineludible.

Bueno, pero ahora estamos en otros tiempos, el comunismo ya fracasó y al neoliberalismo todavía le lamemos los pies y las manos a pesar de saber que este no tiene para nosotros más que migajas; esas que caen de los platos de los que tienen, de los que saben, de los que pueden, y, de quienes, los que tenemos algo menos, hemos aprendido a hacer lo mismo o, para aliviar nuestra conciencia, a echar una que otra limosna a los que tienen, saben y pueden algo menos que nosotros.

Y ante esto, ¿qué compañeros y compañeras? ¿Qué queridos panes a punto de salir del horno?, ante esta percepción de la realidad, ante tantas preguntas que nos plantea el presente y el futuro de nuestro país, ante la desorientación y la incertidumbre que este cambio de época trae consigo, cuáles serán nuestras respuestas, cuál será nuestra actitud? ¿Cuál el sueño que construiremos? ¿Cuáles los medios que usaremos para cumplirlos? ¿Con qué valores nos comprometeremos?

Cada uno y cada una de nosotros somos responsables de contestar estas preguntas. Y debemos recordar que de sus respuestas dependerán nuestro éxito y el éxito de muchos con quiénes trabajaremos. Por ello me gustaría tomarme la atribución de sugerir tres voces que pueden darnos algunas pistas para elaborar nuestras respuestas:

• La primera: la voz que todavía surge de la cruz, de ese símbolo que todavía evoca la posibilidad de restauración del ser humano y de todas sus relaciones: con Dios, consigo mismo, con el prójimo y con la naturaleza, esa cruz que todavía nos recuerda al Jesús que dijo que busquemos primeramente su Reino y su justicia y que todas las cosas serían añadidas.
• La segunda, la voz o mejor dicho las voces de los otros, con sus múltiples ideologías, carencias y potencialidades, con sus aciertos y desaciertos, y sus cosmovisiones. Seguro que, entre todos podremos encontrar luces que nos orienten en esta búsqueda.

• La tercera, la voz del corazón, pues su borboteo sin lugar a duda todavía evoca vida, y como alguien por ahí dice, mientras en el cuerpo haya vida, lugar tiene la esperanza.

Lo cierto es que tenemos un papel histórico que cumplir, una misión que no debemos eludir, porque basta ver a nuestro alrededor para recordar la necesidad de una intervención urgente.

Que tal si para terminar, levantamos nuestras copas y le damos un saludo a la nueva etapa que estamos comenzando, le damos un saludo a este mar de preguntas, posibilidades y oportunidades y, a través de este, simbólicamente le pedimos a Dios que nos guíe a construir las respuestas por las cuales un día seremos demandados y demandadas.


verodelatorreg@yahoo.es

YO SOY LA VERDAD

¿Te has dado cuenta el tipo y calidad de preguntas que realizamos en momentos de turbación o temor, cuando parecería que algo vital parece colocarnos en un riesgo casi de muerte? ¿Has notado como en esos momentos se vuelven a agitar incesantemente en nuestro interior preguntas adormecidas o que habíamos logrado acallar con respuestas sencillas, aprendidas o incorporadas sin mayor reflexión, revelándose así nuestras más profundas vulnerabilidades?

Tomás eleva una pregunta agitado por las duras afirmaciones de Jesús que les recordaba su inminente partida: “no sabemos a dónde vas, ¿cómo, pues, podemos saber el camino?”

Vaya pregunta! Hace referencia a un norte, a un objetivo claro, a un destino, y no conforme con ello, insiste en saber los medios, las formas, las alternativas para llegar hacia él. ¡Cuan parecida se me hace esta pregunta a muchas otras de nuestros tiempos!: ¿Para qué vivimos? ¿Qué es ser feliz y cómo puedo lograrlo? ¿Qué mismo es el éxito y cómo lo alcanzo? Sí, como si nos pareceríamos a Tomás, sin saber a donde ir, ni cómo ir… y revelando en estas preguntas más que una necesidad intelectual de obtener respuestas a nivel de lo cognoscitivo, una necesidad existencial que aspira hallar respuestas integrales, capaces de saciar todo el ser.

Ante esta pregunta el texto nos cuenta que Jesús responde: “Yo soy… la verdad” (Jn. 14:6), ¿Yo soy la verdad? Perdón… no sé si escuché bien, ¿Quién se atreve a hablarme de una “verdad”? ¿Quién pretende sorprenderme con una afirmación tan fútil que lastima no solo mi ego intelectual, sino también ridiculiza mis genuinas y legítimas preguntas de carácter vital?

Dada la diversidad de nuestros “seres”, muchos de nosotros/as no buscamos respuestas únicas que nos encasillen y pongan límites a nuestras libertades, unificando nuestras posibilidades, o nuestros nortes. Buscamos respuestas personalizadas, buscamos la posibilidad de participar en la construcción de esas respuestas y por eso miramos con sospecha cuando alguien como persona, como país, como religión o filosofía, pretende implantarnos una verdad común que con mucha seguridad esconde un deseo oculto de poder, de dominio, de búsqueda de riqueza económica o de control social.

Miramos con sospecha y lo hacemos bien, pues muchas de esas “verdades” impuestas nos han defraudado a tal punto, que hasta han succionado nuestra capacidad de creer, nos hemos sentido tan engañados por ofertas de “vida” en términos de salud, empleo, educación, libertad, bienestar, etc., que nuestra capacidad de confiar se ha adormecido y yace expectante, incrédula, lista para confirmarnos que nuestras esperanzas eran inciertas y vanas…

Tal es la sospecha que, como dice Álvarez , que muchos de nosotros/as hemos llegado a asumir una posición “dogmáticamente” relativista, como una forma legítima de reaccionar frente a la absolutización de valores definidos por el poder, rechazándolos hasta el punto en que ya ni siquiera estamos dispuestos/as a revisar su contenido o utilidad, sino que su sola condición de pregonarse como absoluto, lo coloca en una posición de total desventaja y de autoeliminación.

Lo peor es que, esta actitud que inicialmente partía de alguna intencionalidad de promover un mayor equilibrio del poder en el mundo, una reivindicación de los pueblos o culturas menos escuchados o respetados, sin desconocer muchos de los logros significativos que ha aportado en este sentido, no nos ha ayudado a ser más tolerantes con el otro/a, sino que más bien, nos han llevado a aplaudir acciones que, como están configuradas en función de los propios y muy subjetivos criterios e intereses, desconocen su impacto en el otro/a y hasta lo justifican, pues nos hemos convertido en “juez y parte” de todo lo que hacemos.

Por eso, si acaso nos hemos sentido avocados a descalificar de plano la afirmación del evangelio de proponer a Jesús como “verdad”, propongo que antes de rechazar sistemáticamente esta propuesta, analicemos un poco el contenido que está detrás de ella, y así, luego estar listos para hacer una opción, en libertad.

Primero cabe notar que el texto coloca en una persona, más que en una afirmación doctrinal o filosófica, la atribución de verdad; “”Yo soy… la verdad…”, lo que inmediatamente nos traslada a un examen cuidadoso y reflexivo sobre la persona que está detrás del “yo soy”, de su vida, testimonio y frutos, porque en últimas, a través de esta información, son todos estos elementos los que, por consecuencia, se proponen como portadores del carácter de verdad, recordando que en el sentido griego que en el Nuevo Testamento tiene la palabra verdad, es un “sentido absoluto de lo que es real y completo por oposición a lo que es falso y deficiente” , aunque sin olvidar que en el sentido hebreo, la referencia a la verdad como característica de Dios, se centraba más en su carácter confiable, recto, veraz, en contraposición a lo que otros dioses podrían ofrecer al ser humano.

Entonces, sin olvidar estos dos significados, veamos como, por consecuencia, el texto cataloga como verdad al recorrido del siervo sufriente: a aquel que con sus actos y enseñanzas intentó traer justicia a las naciones devolviendo poder y reconocimiento al niño/a, a la mujer, al enfermo, al “juzgado”, al “pecador”, le coloca como verdadero y confiable al que redefinió la ley como instrumento en servicio del ser humano y no como la que le esclaviza y le somete, al que no desea quebrar las fuerzas de un pueblo de por sí ya adolorido, pero desea que su fuerza vuelva a sostenerse en lo que es justo y conduce a la vida, en lugar de a la muerte. (Ref. a Is. 42:1-4)

El texto coloca como verdad y verdadero a alguien que eligió el camino de la cruz, en otras palabras, a alguien que no buscó el poder en el dominio o sometimiento a otros, haciendo que sus actos lo conviertan en “rey de los judíos”, a alguien que prefirió morir en forma despreciable con tal de dejar muy en claro que otro estilo de vida es posible, que el egoísmo, la venganza, la traición, la búsqueda de prestigio y poder, no son la única forma posible de vivir y que no es la mejor.

Vemos entonces, como esta verdad propuesta, no viene envuelta en un deseo oculto de poder en el sentido de dominación, así como muchas otras “verdades” o “absolutos” que nos ofrecen, y que incluso, algunas, basadas ignorantemente en el Cristo, han intentado y quizá hasta logrado imponerse en el mundo bajo el nombre de religión. Y si acaso hay una búsqueda de poder, se refiere al poder, del amor, del perdón, de la misericordia, de la inclusión.

Me atrevería a decir que la propuesta es de una verdad que busca mucha más tolerancia que otras… más equidad que otras… mayor poder social que otras…, mayor participación que otras…, me arriesgo a decir que la propuesta del Reino de Dios, con este modelo de rey, no nos da cabida a ningún tipo de dominación, ni del hombre sobre la mujer, ni del adulto sobre el niño/a, ni del rico sobre el/la pobre, ni del sano sobre el enfermo/a, ni del “santo” sobre el “pecador”, ni del “normal”, sobre el “anormal” o “diferente”, ni del blanco sobre el negro/a o indígena…

Tengo la impresión de que el contenido de esta verdad propuesta nos confronta con nuestra propia concepción y búsqueda del poder y nos da cabida a que “personalicemos” esta verdad a nuestra propia realidad, y a que participemos en su construcción, en su contextualización.

No sé ustedes…, pero al menos yo sí bajo el nivel de sospecha frente a esta propuesta de verdad…, y, al contrario de rendirme frente a tantas otras opciones de verdades que quizá no se atreven siquiera a llamarse a sí mismas de esta manera para evitar que las descalifiquemos de antemano pero que nos dominan y esclavizan mucho más que otras, sí me animo a creerla y seguirla.

Reconociéndonos…

A René...

Hoy estamos aquí:
Reconociendo nuestros mundos y sus diferencias,
Nuestros sueños y sus congruencias,
Pensando…
Y le pregunta cada uno a cerebro
Si acaso sus decretos aceptarán infracciones
sin aparentes por qué’s,
Si logrará conmover sus reglamentos
y añadir cláusulas de amparo.
Le pregunta cada uno a su cuerpo “rutinado”
Si conseguirá moverse a horas distintas
O detenerse cuando quiera correr,
Si aceptará otros ritmos, otras prisas,
Ajenos a los impulsos del propio amanecer.
Y le pregunta cada uno a su mirada circular
Si podrá identificar rombos en las nubes
O transversales en la oscuridad,
Si a las viejas cataratas que a las razones cubren,
Logrará arrancarlas con uñas de sal.
Al estómago también se le pregunta
Sobre el nivel de fortaleza de sus frágiles fibras,
Si podrá resistir con abrazos de espuma
Cazuelas repletas de mil golosinas
Jamás parecidas a los arroces de luna,
Cocidas por manos divinas.

Cada uno se pregunta pero las respuestas tardan…

Solo sé que quiero enfrentar mi mundo contigo,
Al abrigo de tu piel, y al costado de los ríos y mares que bañan tu vida.
Y quiero que enfrentes tu mundo conmigo,
Recogido en mi cuerpo y resguardado por mis nubes y montañas,
Pues,
El amor impedirá que el caudal crezca y nos inunde
Y que la marea anegue la razón,
Que la marea apague sin piedad la lumbre,
Y la aridez arranque el verdor del corazón.

Te siento dentro...

A René

Aún estás afuera, pero yo te siento dentro...

Porque yo te vi entrar por los chaquiñanes de mi cuerpo
Al espacio donde está el clímax de mi alma...
sumergías tus labios en mis recobecos
obligando a mi cuerpo a derramar su lava.

Aún estás afuera, pero yo te siento dentro...

Porque te vi rompiendo poco a poco mis silencios
al derretir mis deseos como agua,
que fueron refresco a tus labios añejos...
y evidencia perenne de mi amor que te llama.

Aún estás afuera, pero yo te siento dentro...

Porque yo vi tus manos que abrazaban mis tristezas
Y un pañuelo tuyo secaba mi dolor
No había obstáculo que me impida la belleza...
De oír cerquita de tu corazón la voz .

Aún estás afuera, pero yo te siento dentro...

Porque te oigo reír en mis costillas
Y veo tus gestos en mi pecho,
Porque están tus angustias en mis rodillas...
Hasta que van a Dios en mis tempranos rezos.

Estás adentro...,
vistiendo de azul cada día que vivo.
No salgas de aquí jamás.

Es tu olor...


A René

Tengo un perfume que no se disipa,
Ni con los años, ni con la lluvia,
ni con la brisa...
Es un olor que en mi alma cobija
Los sueños y versos
que me animo a respirar...

Huelo a montaña robusta y verde,
A laguna cristalina,
A mariposa que sin percatarse mece,
Con sus alas la alegría!

Huelo a ternura y tibieza de niño,
Huelo a franqueza y humildad de hombre...
A firmeza y fragilidad de pino,
Antes y luego de que el viento le roce...

Es tu olor, amante y amigo,
Que dejaste hace dos años en mi cofre...
Hoy te regalo en este racimo,
Su esencia de vino, de rosa y de bronce:

Nuestro amor!

Ahora que estás...



En ti,
Mi sed se deslíe
Mi frío se olvida...
Mi risa despierta en tus manos,
El vacío se pierde en tus labios...
Mi grito se ahoga en tu pecho.
El suspiro continúa
Los sueños se viven...
La piel desaparece, las almas tropiezan,
Las almas tropiezan, La piel se enciende...
En mi beso guardo los sueños,
Esos que se construyen con besos,
Besos con labios, besos con vida
Besos que se redefinen cada día.

Escritos de adolescente... (2)

Antes de ti...

Corazón, ¿notas el vacío?
Yo lo miro desde aquí.
Es un vacío suyo... ¿verdad?
Es un vacío de hombre,
un vacío de amigo,
un vacío de niño...
Tiene olor a distancia,
un color blanquecino de ausencia,
forma de nada,
sabor a adiós...
Un vacío de alegría que se apaga,
de suspiros finales,
de sueños eternos.
Un vacío que se olvida luego que
los verdaderos hombres se ocultan.
Un vacío que parece llenarse al percibir
plenitud en vivencias cotidianas ajenas a su nombre,
ajenas al recuerdo de su existencia
o a la fe en su aparición.
Un vacío que produce vértigo:
Aterroriza caer,
pues el eco silencioso de mi grito
podría disipar los demás sonidos de vida,
la pérdida de luz opacaría las flechas
con dirección a mi misión en la tierra.
Mas, la “gravedad” de su ausencia me invita a caer,
me anima a distraer mi delirio
con la emoción momentánea del salto.
Corazón querido, sé lo que duele
y tu tristeza empieza a contagiarme,
sé que la ilusión no muere pronto
y los leños que calientan tu esperanza todavía arden,
pero su calor ya es leve...
empiezo a ya no sentirlo...
Estoy llegando al nivel de frío
que me permite anunciarle a tu alma
la hora de echar tierra sobre las negras maderas
y respirar el humo que me adormezca para no notar el vacío...
Es hora de dejarlo libre de tu añoranza,
y quedar libre de la idea de su llamado...

Despertando a la niña...



Niña, no sé si un día exististe,
no sé si alguna vez se te permitió
desatar la fantasía de tu mente
o dejar correr tus sueños.
¿Hubo algún entusiasmo notorio en tus mejillas
que no haya sido opacado por las frías
e indebidas responsabilidades asignadas?
¿Hubo alguna emoción libre
que anduviera descalza del miedo y la angustia?
¿Hay algo que merezca recordarse,
alguna razón para desenterrar ese
pasado dormido?

Niña, la mujer te necesita,
la mujer no puede hallarse si no te encuentra,
no puede entregar su belleza
a menos que se delate siendo la niña que no fue,
descubra la ilusión y esperanza que no tuvo
o que se confundieron fácilmente entre las realidades.

Si la niña debe vivir,
los desfases precoces de la crecida
deberán ocultarse entre la ingenuidad surgente de la infante.
Ya ella madurará con el tiempo,
Ya ella se fusionará con la vida
y completarán la mujer.

Todos los vestigios de la no niña
habrán de aparecer quiera o no.
Mejor si te ayudo a vivir,
A vivir en la mujer.

Redimiendo el ayer...



Quiero que mi corazón tenga espacio para apreciar la belleza,
Para hallarla y sonreír,
que mi pasado Dios logre redimir
Y en la memoria sus frutos se sostengan,
sin aquella pasiva indiferencia
que oculta entre olvidos, la tristeza.

¡Hay vida para el hoy,
y hay vida para el ayer!
El hoy testifica que en el ayer también hubo esperanza
El hoy revela un ayer con propósito,
El hoy me habla de la providencia divina,
De la redención del humano en su totalidad...
Mi hoy no existiría sin mi ayer,
Sin cada momento deshumanizador de mi pasado
Sin cada inseguridad, sentimiento de incapacidad
O insuficiencia experimentado.
La cruz y la resurección resignifican completamente mi existir...
Y me trae buenas nuevas para la vida...
Para toda la vida.

Tristeza...



A los tiempos que me invades de esta manera,
Me presionas, me debilitas, me desconciertas,
Pero, por el momento... no me estorbas,
Te prefiero,
incluso estoy dispuesta a sumergirme en tu frío
hallarme en las lágrimas que me produces,
y después... lamer su esperanza.

EL ARRIBO DE UN AVE


... Para Andre


En el murmullo de un angosto camino
Lleno de estrellas, cuales arena de mar,
Una niña repleta de sueños
Percibió el contento de un ave al pasar.

Decidió despertar del calor vespertino
Para ver cuál sería el visitante fugaz
Y saber si vendría por una caricia
Que cobije su alma y lo despida en paz.

Se levantó lentamente sin dejar de mirarle
Pues notó en sus alas dibujarse un corazón
Pintado de cielo que parecía llenarle
Su extraño silencio de azul ilusión.

Se acercaron al brillo de una candela
Consumiendo con ella la duda y temor
Estrechando su alma en la clara acuarela
De aquel Ser Divino... modelo de amor.

El ave y la niña de la mano han crecido
Y el tiempo vivido les da una razón
Para afirmar que volando se llega al nido
Y tejiendo un sueño a un nuevo escalón.

Escritos de adolescente...

Al adulto imposible...

Sorprendida de su cariño y sintiéndome pequeña
Ante su capacidad de querer y su entrega sincera,
Mi alma se engríe y atrevida se adueña
Del noble pequeño que en él se desvela.

Mas luego regreso de mi fuga violenta
Y le reclamo a mi alma su cordura,
Ella olvida que su amor solo es muestra
De virtudes que en la vida se despiertan
Gracias a soles que en las noches se desnudan.

Por tanto,
En mí albergaré su precioso cariño,
Sabiendo que es suyo... y no mío,
De Dios el caudal que impulsa su río
A regar con sus aguas este mundo vacío.

Escritos de adolescente...

Al adulto imposible...

Sorprendida de su cariño y sintiéndome pequeña
Ante su capacidad de querer y su entrega sincera,
Mi alma se engríe y atrevida se adueña
Del noble pequeño que en él se desvela.

Mas luego regreso de mi fuga violenta
Y le reclamo a mi alma su cordura,
Ella olvida que su amor solo es muestra
De virtudes que en la vida se despiertan
Gracias a soles que en las noches se desnudan.

Por tanto,
En mí albergaré su precioso cariño,
Sabiendo que es suyo... y no mío,
De Dios el caudal que impulsa su río
A regar con sus aguas este mundo vacío.

NO DUERMAS... POESÍA



No duermas poesía,
No ocultes versos entre ayeres
Ni disfraces rimas con mañanas
No rehuses dar color de tus pinceles
Al dolor que hoy mi alma desparrama.

No te aquietes poesía
No te entumas en mi ahora
Ni justifiques tu demora
Con mi divagar sufriente,
Estoy creciendo,
Mas me niego consciente,
A estar de camino,
Y no hallarte en las piedras de mi mente.

No te calles poesía
No arranques voz a mis silencios
Ni desvistas la vida a mis palabras
¿acaso olvidas que un día mis secretos
lograron difundirse en tus ventanas?

Poesía, poesía...
Vive el candor de mi alegría
Gime en horas de lamento
Y resume en tus líneas fantasías
Que hablen con su encanto de lo eterno.

A Andre y Dani... en su matrimonio

La avecilla y el palomo…

¿Qué ha hecho esa traviesa avecilla?
¿A dónde se fue para buscar alegrías?,
¿No estaba contenta con su inquieto revolear,
Sumida en el silencio de su alma al soñar?

Con la luna coqueteaba, observándose en su espejo,
Escondiéndose en las nubes y recogiendo su reflejo,
En compañía de una niña trepaba los cerezos
Y su falta de “algo”… se olvidaba en los vientos…

Un día descubrió unas huellas en el aire…
Diferentes a las suyas, y parecerían llamarle,
Curiosa las siguió con el miedo de extraviarse
Y perder la ruta del hogar, si se borrasen.

Al otro lado de una estrella un palomo se movía
Abriendo bien sus alas con gran alevosía
Se esforzaba porque el viento desprenda sus plumillas
Y escriba con ellas, lo que el corazón le decía…

La avecilla siguió la ruta de las plumas,
El palomo no paraba de agitar su vuelo
De pronto se encontraron y asombrados se dijeron
¿no eres el sueño que tejí solitario/a tras los cerros?

Volaron largo tiempo prendiendo sus inciensos,
Absortos del aroma que lograban respirar
No sabían que al quemarlo los cenizos secretos
Asomaban sin decreto…
Y podían al fuego sin quererlo…, apagar.

El temor estuvo a punto de tumbarlos
Y hacerlos olvidar en las nubes sus caricias,
Mas su fe en el Dios del fuego y las cenizas
Abrió para sus ojos una nueva premisa:

“Podremos avanzar si a amar aprendemos
aceptando los secretos que se rebelan en los días
gozando la ternura de nuestros silencios
y construyendo el proyecto que une nuestras vidas”

Fueron entonces a buscar un nido,
Para llenar juntos ese espacio vacío,
Un pino fue perfecto y les dio abrigo,
Hoy habitan en él construyendo su destino.

Con amor, Vero y René

Poesía a la madre

Mami

Hoy pienso en ti,
sencilla ave en vuelo,
modesta madera de pino...,
humilde estrella de cielo.

Pienso en tu mano, tu esfuerzo, tu espera,
Tanto tiempo puliendo marfiles de cera
Esculturas preciosas, figuras en vela...
Que a veces derriten su encanto en la tierra.

Pienso en el motivo que enciende tus ganas
De continuar latiendo en tu pecho de llama,
Esperanzas y anhelos que ardiendo proclaman:
pintaré con mis crías de azul el mañana.

Pienso si acaso mi error detuviera
Tu deseo de amar sin ninguna frontera,
En sentarme a tus pies y decir: “Compañera,
Perdona de nuevo, moldea mi cera”.

Hoy pienso en ti,
sencilla ave en vuelo,
modesta madera de pino...,
humilde estrella de cielo,
y te digo... sonríe:
Dios de tus alas es dueño,
Dios de tu fibra el rabino,
Dios de tu brillo, el fuego.

jueves, 8 de enero de 2009

La sed: Carta a una pareja dentro de un proceso de intervención

Ella, él,
sedientos de algo todavía confuso,
se encontraron.
Ambos venían de otras vertientes
que, dolorosamente,
por distancias o por muerte,
se secaron.

Vinieron el uno al otro
sin estar seguros para qué,
creyendo que su encuentro
haría chispear nuevas gotas de vida,
nuevos rocíos de cielo.

Hoy están aquí,
todavía con sed,
todavía con la boca seca,
con los labios secos,
buscando refresco para seguir,
para que la lengua no se quede inmóvil,
para no volver a sentir la inmensidad de sed
que ya conocen…
que ya la vivieron en sequías pasadas.

Mientras agotan sus esfuerzos por exprimirse,
sus retoños lloran,
quizá tratando de que sus lágrimas
alivien en algo su sed,
o al menos,
les hagan notar que hay otras bocas
con riesgo de secar…

Me pregunto cómo es su sed?
de qué tamaño, cuán profunda,
qué color tiene, qué sabor,
qué tipo de líquido busca,
cuánto tiempo lleva en su garganta,
cuán grande que no logra saciarse
cuán onda que hace que ambos busquen su alivio
en charcos repentinos que a veces les parecen oasis de hielos.

Me pregunto si ellos podrán darles lo que anhelan,
si alguno será capaz de guardar en su dentro
toda la reserva de líquido que sus almas necesitan.

Me pregunto si lo seguirán buscando
infinitamente, eternamente, obsesivamente…
hasta partirse…

O, si acaso,
estarán dispuestos a construir juntos
una nueva fuente,
suya, suya, suya,
con su material, su color
su tamaño, sus ritmos de llenado,
sus ritmos de vaciado,
su sabor,
sin aguas ajenas que la trastorne,
con líquido suficiente para vivir de verdad.

A DOS NAVEGANTES: CARTA A UNA PAREJA DURANTE UN PROCESO DE INTERVENCION SISTEMICA

Había una vez dos navegantes que venían intentando navegar juntos por largo tiempo. Cada uno había aprendido con mucho esfuerzo, su propia estrategia de enfrentar al mar, de avanzar en la quietud y sostenerse cuando las olas crecían y amenazaban con tumbar el barco, cada uno estaba seguro de saber hacia dónde girar si una roca aparecía en frente o si un torbellino se avecinaba. Cada uno tenía su forma de leer la brújula y estaba seguro de conocer el camino para llegar al muelle final. Eran navegantes expertos, con muy buenas intenciones, energía y sueños, claro que sí, pero sus estrategias de navegación fueron aprendidas de escuelas diferentes, a lo largo de muchos muchos años, quizá desde niños, al amparo de los navegantes mayores, sus padres.

Entonces, cada vez que llegaba el momento de ponerse de acuerdo sobre qué hacer ante el viento, los obstáculos o las grandes olas, cada uno acudía a su propio manual de navegación, donde el uno decía que se debe girar a la derecha, pero en el manual del otro, decía que sin duda alguna había que girar a la izquierda, y cuando en el manual del uno decía que llegó el momento de detenerse para descansar, en el del otro decía que esto era imposible, era el momento de avanzar… Entonces ante la frustración que cada uno sentía, y la impotencia, uno de los dos arrebataba el timón y escogía solo el camino a seguir, mientras el otro quedaba inconforme, dolido, y con el pensamiento en mente de que la próxima vez sería su propia estrategia la que se impondría. En medio de esto, los otros tripulantes que se sumaron al barco escogían a veces apoyar al uno, a veces apoyar al otro, siempre con el temor de que, cuando apoyaran al uno, el otro se resentiría.

…Así pasaron los años y uno de ellos comenzó a pensar que si continuaba navegando junto a su compañero, jamás llegaría al muelle que en su manual decía que debía llegar… por lo que comenzó de cuando en cuando a tomar una barca que la dirigía de acuerdo a su propia brújula interior, y cada vez, sus viajes eran más largos de modo que cada vez sentía menos deseos de volver.

El otro navegante se sintió desplazado, dolido, anhelando que su compañero regrese al barco que ambos habían tratado de manejar por tanto tiempo.

Me pregunto, cómo terminará la historia de nuestros navieros…

Encontrarán la manera de aprender el uno de las estrategias de navegación del otro, fundando un nuevo manual, uno suyo y solo suyo, distintos a los que recibieron de sus padres?
Llegará a ser cada uno feliz en su viaje solitario? Encontrarán solos el muelle que tanto habían buscado?
Continuarán juntos pero debatiéndose el poder sobre el timón continuamente… con todo el desgaste que esto implica?
Qué pasará con los demás tripulantes: continuarán en medio de esta eterna tensión, sin saber a quién aliarse y con el riesgo de romperse en el jalón?
Hallarán una forma de dejar que los navegantes arreglen sus asuntos sin seguir jaloneados por las lealtades a uno o a otro
O qué otras opciones tienen todos estos navieros?

Carta personal de finalización de trabajo biblioterapéutico con la novela El albergue de las mujeres tristes

Quito, 4 de julio, 2007

No te diste cuenta, pero aquellas vidas imaginarias del libro se entrelazaron con tu historia, y te permitieron mirar algunas facetas de los intersticios de tu alma…
Pues sí, algunas dramatizaron tus miedos, y solo verlos en escena te hizo saber a ciencia cierta lo que temías… sí, hablo de tu temor a la soledad, al abandono… o más que eso, a no ser profundamente querida, a no tener cobijo, a no tener patria… y sin ella, no tener un refugio para guarecerte del frío y de los varios sin sentidos que a veces te rodean… Sí, ahora lo ves con más claridad, por eso sé que ya nunca las juzgarías, ni a Angelita, ni a Dulce, ya nunca volverías a mirar con cierto aire de soberbia a mujeres mientras luchan por hallar una respuesta en medio de relaciones de pareja aparentemente imposibles… creo que ahora las verías diferente, a sabiendas que una parte de ti quizá siente y experimenta la vida como ellas…

Entonces te pregunto, ¿cómo sería tu vida si acaso nunca hubieras encontrado con quien construir tu relación de pareja…? Sería acaso como la de Floreana, o como la de Fernandina o quizá como la de Elena…? Será que acaso en lugar de meterte a fondo en la historia de las yaganas, te refundirías en tus libros de terapia, en tus atractivos por la política y la justicia social, o en la teología…? ¿O acaso te harías misionera entregada sin más al servicio a otros? Pues sé que estos son tus vértigos… Y si esto habría sido así, ¿habrías mantenido en tu pecho la añoranza continua y dolida de un amor? Habría sido tu vida como alguna de aquellos personajes de fantasía, si acaso, tu esposo, no habría llegado a tu vida, o si acaso partiera?

Siento dolor al pensarlo, mucho dolor y miedo… sin embargo, a la vez siento fuerza, sí… sin duda, porque creo que es esto lo que estas mujeres tristes y valientes a la vez, te dejaron, porque te han hecho ver, que aunque todo en la vida podría suceder, no es el fin de todo, si la una mano quedara desnuda, como la de Floreana, tal como la sintió esa noche cuando dejó que la cera caiga en su pantalón con tal de no desaprenderse de la mano de aquel que figuraba sus anhelos, aun así, desnuda, la otra todavía sería capaz de guardar algún sueño, algún proyecto, algún sentido, alguna llave, algo de qué asirse para cobrar fuerzas y continuar, algo capaz de convocar a la otra mano a sujetarse… y sé que sí lo tendría.

Ahora tienes más conciencia de esto, de que tu vida tiene múltiples sentidos y valías y que aferrarte a uno solo de ellos, no solo te aprisiona a ti, sino que vuelve prisioneros a otros, privándote así, a ti misma y a él… de vivir más a plenitud la vida, la vida juntos.

Y es quizá por esa fuerza que ahora eres algo más capaz de caminar más suelta, más libre, sin tantos sutiles aullidos de súplica con los que a veces amarras a tu esposo, aunque no lo necesite, aunque esté contigo por propia voluntad. Al menos eres más capaz de elegir no hacerlo, y decidirte a respetarlo más como hombre, como ser humano, como diferente de ti y a la vez tan parecido, tan vulnerable como tú.

Algo más, me parece que en el grupo aprendiste a que son mejores las cosas cuando se las dice como son, cuando no buscas decorar cada frase para que suene mejor… y esto es parte de dejar de cuidarte tanto, aun tienes mucho que aprender en esto…

Y, finalmente quiero felicitarte por algo…
Has abierto tu puerta, has venido al mar…
Te has sumergido en olas de voces diversas
algunas distintas a las tuyas
ajenas a tus cánones, a tus propios desvaríos,
Sumergiéndote en sus giros,
en sus corrientes cálidas, en sus frías
Y te mojaste, sí… te mojaste…
En la quietud y en el torbellino
Te mojaste
Y el viento te tocó…
Cuestionando tus certezas o
cimentándolas
Doblegando tus pisadas
o afianzándolas

Y estás aquí
…no has perdido tu fuerza
No fuiste el centro
y lo aceptaste…
El calor del grupo te abrigó
y lo permitiste…

Mirar con ojos de otra mujer
O intentar hacerlo con los de un hombre
No te encegueció,
Ni escondió tu propio brillo,
Solo te dotó de varios ojos
para que escojas
con cuáles y cuándo quieres con ellos
mirar la vida.

Culminación de un proceso terapéutico

Quito, 9 de Mayo de 2007


FELICITACIONES

Querida Amiga, recibe mis cariñosas felicitaciones por cuanto en este corto tiempo has logrado, a base de convicción y perseverancia lo siguiente:

1. Has empequeñecido el MIEDO y dado paso al crecimiento de la SEGURIDAD, empezando incluso a disfrutar de su compañía en tu relación con tu padre, con tu jefe, sintiéndote así más fuerte para expresar lo que sientes y deseas. El miedo es ahora para ti solo un “banco” en el que la seguridad cobra impulso para salir a flote.
2. Has dado un nuevo concepto al RESPETO, separándolo del MIEDO y sus implicaciones.
3. Has reconocido y aceptado tus límites para resolver los conflictos familiares que tanto te preocupan, sabiendo que su resolución ya no es tu responsabilidad, y en realidad, nunca lo fue.
4. Has dado paso libre a tu capacidad de soñar sobre tu futuro, esbozando incluso en tu mente, un plan, y dando paso para llevarlo a cabo.
5. Has identificado en tu carrera las posibilidades de cumplir tu vocación de ayudar a las personas y no has dejado que los obstáculos trunquen tus sueños más profundos.
6. Has mostrado la valentía de escoger por ti misma lo que es bueno para ti, tomando incluso una decisión tan importante como es tu matrimonio con José Luis, pese al temor de que personas queridas para ti, puedan oponerse. ¡UNA DOBLE FELICITACIÓN POR ESTO!!
7. Te has apropiado del permiso que te han dado las personas importantes para ti, para ser feliz, y para hacer de tu crecimiento personal una prioridad en tu vida. Es más, te has dado permiso a ti misma para lograrlo.
8. Has valorado profundamente tus raíces, reconociendo con gran sensibilidad los aportes que tus padres han hecho en tu vida: el CORAJE para afrontar la vida y la integridad o capacidad de ser CONFIABLE, a la vez has decidido dejar a un lado de tu propia historia, las cosas que has identificado que no te ayudarán a vivir a plenitud como el CONFORMISMO, la posibilidad de dejarse llevar por otros, o la envida. Es decir, ahora saber QUE ERES TU QUIEN CONSTRUYE TU PROPIA IDENTIDAD Y TE RESERVAS EL DERECHO DE ESCOGER LO QUE ES BUENO PARA TI.
9. Has aprendido a que actuar diferente de otros o pensar diferente no te hace menos que los demás, ni significa que no los amas, SOLO SIGNIFICA QUE AHORA ERES UNA MUJER ADULTA QUE SABE LO QUE QUIERE.
10. Has aprendido que el ORGULLO te ha ayudado a protegerte del daño de otros, pero también a veces te ha alejado de tener relaciones más cercanas con los demás. Ahora sabes QUE PUEDES MEDIR LA DOSIS DE ORGULLO QUE MANEJAS EN CADA RELACIÓN, DE ACUERDO A LO QUE TU CORAZÓN TE DIGA.

Estoy orgullosa de ti, y sé que los aprendizajes que has logrado te acompañarán por el resto de tu vida, y en los momentos en que algún sentimiento o actitud que no es de tu agrado te invada, sabrás qué hacer y cómo alejarlo de ti.

Con mucho cariño,

Verónica De la Torre
ASESORA FAMILIAR SISTÉMICA

ANALISIS SISTÉMICO SOBRE LA PELÍCULA “TE DOY MIS OJOS”

1. SINOPSIS DE LA PELÍCULA

Exigencias absurdas… insultos… golpes… silencio… distancia… “regalos”… ofrecimientos de cambio…sexo… y de nuevo… exigencias... Esta es la historia de Antonio y Pilar, una pareja que lleva 9 años de casados y, desde entonces, Pilar voluntariamente ha venido soportando diversas formas de violencia por parte de Antonio, quien a causa de sus muchos conflictos internos desahoga su inseguridad y miedo mediante golpes e insultos sobre su mujer, y, a veces, sobre su pequeño hijo Juan de 7 años.
Pilar, carcomida por el miedo, ahogada por sus profundas necesidades de afecto, y por una “absurda” pero oculta lealtad hacia su madre, quien soportó toda su vida la violencia de su marido hasta que este murió, no ha logrado detenerlo sino que se ha sumido en el juego de la violencia, decidiendo ser siempre ella… la perdedora.
Hasta que un día, sofocada en su dolor y como un grito desesperado que no sale del pensamiento sino de las entrañas, decide romper el silencio y acude hacia su hermana Ana quien intenta ayudarla a separarse de Antonio y a empezar una nueva vida. Le ayuda a encontrar un trabajo en un museo de Iglesia, en donde, por fin, pero lentamente, Pilar empieza a tener la oportunidad de encontrarse a sí misma en medio de las magistrales expresiones del arte…
Sin embargo, la historia aun no termina, pues Antonio la busca incansablemente, no pudiendo más con su profunda dependencia hacia ella. Ante la aparente negativa de Pilar sobre la propuesta de volver a estar juntos, decide iniciar un proceso terapéutico para hombres maltratantes con el propósito de convencerla de que ha cambiado.
De esta manera: Antonio en su terapia y Pilar en su museo, inicia una nueva etapa de encuentros y desencuentros en sus vidas, abriéndose nuevas posibilidades de futuros envueltos de riesgos inminentes. Pilar ha empezado a cambiar, algo ha pasado en su interior, y quizá ya no sea la misma para soportar el dolor… quizá el reencuentro con su historia familiar y con sus anhelos más profundos, le permitan hacer algo para alcanzarlos…
Una conmovedora historia de dolor y esperanza, que revela el agobiante mundo de la violencia intrafamiliar y los esfuerzos que se hacen para salir de él, siendo esto solamente posible, si el propósito de lograrlo es… liberarse a uno mismo.

2. ASPECTOS IMPORTANTES DE LOS DIÁLOGOS

Diálogos que reflejan el conflicto de lealtades en el que Antonio coloca a su hijo Juan:

Antonio: “Qué te ha dicho Pilar, está saliendo con alguien”.
Juan: No sé (Se repiten estas preguntas varias veces y cada vez con más lenguaje analógico de violencia: dando golpes fuertes de pelota y levantando la voz)
Antonio: “Qué es un hombre que miente”:
Juan: “una mierda”
Juan: (Pregunta a Pilar): “Tú quieres a papá?”
En estos diálogos observamos la dificultad por la que atraviesan los hijos de parejas disfuncionales en las que se los triangula fácilmente y se los obliga de una manera u otra a tomar partido por uno de ellos, aunque esto implique “traicionar” al otro. Refleja también la manera en que son utilizados para mantener el juego de la pareja, rompiéndose los límites entre los subsistemas conyugal y parental.
Además, indirectamente Antonio con sus preguntas insistentes hacia Juan, lo coloca en una posición de vigilancia frente a su madre, lo que se podría catalogar como un atentado a la jerarquía funcional que debe haber en un hogar, donde son los padres quienes deben mantener el control sobre los hijos y no ellos sobre los padres.
Me parece que, al contrario, Pilar hace grandes esfuerzos por mantener a su hijo al margen del conflicto y no lo utiliza ni como su “defensor”, ni como su arma para manipular a Antonio. Incluso ella le permite continuar manteniendo contacto con su padre cuando estaban separados, y no lo utiliza como pretexto para verlo o para atraerlo.
Por otra parte, Juan es excluido de momentos de acogimiento afectivo de sus padres juntos, pues, siempre que papá llega a casa él tiene que irse a acostar.

Diálogos que reflejan las maneras en que Antonio se esfuerza por mantener el poder sobre Pilar, y la patológica dependencia de la relación.

Cuando Pilar cuenta a Ana la ocasión en que Antonio le pidió matrimonio, detallando que ella le regaló varias partes de su cuerpo como la nariz, la orejas, etc., y él e regaló sus manos. De estos símbolos que representan los regalos, podemos interpretar lo que sucedería después durante su matrimonio: Ella realmente le entregaría todo de sí hasta vaciarse, mientras que él solo le daba sus manos, aquellas con las que le maltrataba.

Antonio: “Te voy a sorprender” “Voy a cambiar”. (Promesas)
“Yo sin ti no puedo vivir”,“Sin ti no puedo nada, no soy nada” “Pero tienes
que ayudarme, tienes que volverte conmigo” (Victimización - Manipulación)
Pilar: “Pero tienes que cambiar de verdad Antonio”
Antonio: “Hace tiempo que no me regalas nada”
Pilar: “Qué quieres que te regale”
Antonio: “Lo quiero todo”, “Lo quiero todo, todo, todo”
Pilar: “Pide lo que quieras y te lo doy”. “ Te doy mi espalda, te doy mis pechos, te doy mis piernas, te doy mis ojos, te doy mi boca”.
Antonio: “Quién me entiende como tú”
Pilar: “Nadie”
Antonio: “Quién me conoce como tú”
Pilar: “Nadie”
Antonio: “Quién te besa mejor que yo”
Pilar: “Nadie”
Etc.

En los diálogos de este tipo se observa como Pilar es colocada en una situación sin alternativas, donde no hay otro camino que continuar entregándole a Antonio toda su vida, hasta el punto de quedarse vacía, sin nada para sí misma. Así también, además de no tener nada para sí, tiene que hacerse cargo no solo de su propia vida sino de la de Antonio, pues él tampoco tiene realmente vida propia sino que la deposita sobre ella..
Por otra parte, el manejo de su sexualidad es todo un juego de poder, en donde el ratifica su dominio total sobre ella, incluso a través de las posiciones. Se ve alarmante el tipo de relación complementaria que mantienen, donde el siempre es el que pide, y ella la que da, él quien seduce, ella la seducida, para complacerlo.
· Cuando el terapeuta le pregunta sobre un detalle personal que extraña de Pilar, Antonio responde:“El ruido, se mueve muy rápido pero hace poco ruido, es suyo ese ruido”

Esta respuesta me da la sensación de que lo que realmente le gusta a Antonio es el silencio de Pilar, su presencia silenciosa que le hace sentirse seguro y que mantiene el control de todo.
· Cada vez que pelean, después de los actos de violencia, Antonio le regala algo material, en espera de que ella rompa pronto el silencio y vuelva al relación a lo norma. Me parece que el regalo, si bien es el lenguaje no verbal de una especie de “arrepentimiento” o de “deseos de aliviar la conciencia”, también se convierte en una forma de control y de poder sobre ella, al colocarla en una posición en que le es difícil decir “no te perdono” o mantener el enojo.
· Le regala un celular a Pilar para mantenerle controlada.
· Todos los temores que expresa cuando responde a las preguntas del terapeuta sobre los motivos de sus celos:
“ Pienso que no se acuerda de mí”, “Cualquier día conoce a alguien”, “Quiero que los dos conozcamos donde está el otro”, “Para qué cojones va a querer quedarse conmigo, si tengo un trabajo de mierda, un sueldo de mierda y lo único que puedo ofrecerle es vacaciones en la casa de mis padres”.
· Humilla a Pilar: “Para las cosas inútiles siempre has sido muy buena” (refiriéndose a su habilidad para la exposición de las artes)

Diálogos que reflejan las dificultades de autoestima de Antonio

· Hermano de Antonio: “Arquitecto Antoñito”. Su hermano le minimiza y maltrata. Antonio. Además se aprovecha de él porque le hace trabajar en la tienda pero no le da título de propiedad, siendo que el crédito sale del trabajo de Antonio. Entonces, Antonio hace una proyección del daño que recibe hacia Pilar
· Antonio a Ana: “Te parece poco que tu esposo trabaje donde trabajo, piensas que gano poco, que soy poco, que soy una mierda”, etc

Diálogos que reflejan algunos avances en el proceso terapéutico de Antonio, en el incremento de conciencia sobre el problema, y las limitaciones del proceso.
Pilar: “Tienes que cambiar de verdad”
Antonio: “Sí, no quiero llegar a los 60 y estar como esos hombres jodidos y amargados del grupo que joden y amargan a sus familias”. (Reconocimiento de un nivel de responsabilidad sobre el problema y percepción de que puede ser cambiado)
Antonio: “Lo que tengo que hacer es –tiempo fuera- reconocer la ira, entiendes, …” (explicaciones a Pilar de sus aprendizajes de la terapia y le enseña el cuaderno donde va a empezar a escribir su diario y hacer tareas, reflejando entusiasmo ante las esperanzas de cambio) “Pero ahora que vas a volver conmigo yo creo que ni siquiera lo voy a necesitar” (Esto expresa una estrategia de sabotaje del proceso que ha iniciado al perder la perspectiva de las implicaciones del cambio: su costo, sus riesgos, etc.Así también, refleja que todavía no se encuentra en el estadio contemplativo, en el que los esfuerzos parten de una motivación de autoliberación, como una necesidad propia, y no como una estrategia para retener a la pareja). En otro momento expresa “Para qué ando con el psicólogo si tú te vas”. Vota el diario en el que ha estado trabajando todo este tiempo cuando ella habla de irse a otra ciudad.
Terapeuta: “Me han dicho que querías verme con urgencia” (Reconocimiento de la necesidad de ayuda)

Diálogos que reflejan las fuerzas centrípetas de la familia de origen de Pilar y el poder que ejerce la Madre en la familia.

Insistencia de la Madre en la preservación de los valores familiares:
- El Matrimonio religioso: Algunos diálogos en los que la mamá de Pilar y de Ana insiste en que Ana se case por la Iglesia y que lo haga vestida de blanco como lo hizo Pilar. El que Ana opte por casarse solo el civil es considerada por su madre como una traición y falta de lealtad, pero prefiere eso a otras opciones como la unión libre. “Si no se pueden casar por la iglesia, aunque sea eso…”
- La inseparabilidad del matrimonio:
Madre: “Una mujer nunca está mejor sola”
- La negación de la realidad como estrategia de supervivencia y de conservar el status quo, la homeostasis (no pemitir el cambio):
Ana: (hacia la madre) “Qué sabes tú, o no te quieres enterar” (refiriéndose a los golpes que había recibido Ana y a la indiferencia de la madre o su desinterés por hablar del tema.
- La permanencia de la familia junta, incluso hasta después de la muerte: Todos tienen que enterrarse juntos, pero los “yernos” no son considerados parte de la familia, quizá porque para la madre son considerados como una amenaza para la unidad familiar. Por eso le pregunta al futuro esposo de Ana: “Y tú, dónde piensas enterrarte?”.
- El ritual de la visita al cementerio del padre todos los años durante su cumpleaños. No es un diálogo pero es un lenguaje analógico que expresa las fuerzas morfostáticas de la familia. Es una forma de demostrarle lealtad, y al hacerlo, también expresar aceptación a la opción de la madre de haber soportado su maltrato durante años. Me parece que es una forma de continuar sin cuestionar el pasado y, por lo tanto, sin cuestionar las reglas y valores familiares.
- La atribución que se da la madre para invitar a Antonio al cumpleaños de Juan sin el consentimiento de Pilar o Ana, aun no siendo en su casa la celebración.

Diálogos que reflejan el conflicto entre Ana y Pilar.
· Pilar, refiriéndose al novio de Ana mientras conversa con sus amigas: “hombre perfecto para Pilar, hace las compras, desayuno (menciona otras labores de la casa)”. Me parece que hace un gesto como de cierta envidia, evaluando lo que su hermana ha alcanzado a tener y que ella no pudo.
· Pilar: Antonio te pareció poco desde el primer día” (Conversando con Ana).
Ana: “Qué, me vas a hablar de lo mucho que les ayudó durante la enfermedad de papá?”
Pilar: “Tú no estuviste ahí Ana, fue un infierno y tú no estabas ahí, siempre tú la niña protegida, la que no se puede enterar de los problemas, pero eso sí, Ana lo opina todo y lo juzga todo. No necesito tu aprobación. Te quedas en tu mundo maravilloso y me dejas a mí vivir mi vida”
· Me parece que en este diálogo Pilar defiende a Antonio porque al hacerlo defiende en cierta manera su propia autoestima, su propio rol cumplidlo durante toda su vida, y así no sentirse tan inferior a Ana por todo lo que ella ha alcanzado en su vida sin sufrir tanto como Pilar. También refleja tal vez algún sentimiento de culpa por parte de Ana debido al rechazo que la familia le ha hecho a causa de su distancia y diferenciación.
· El diálogo entre Ana y Pilar, en el que Ana reprocha a Pilar su ausencia en los conflictos familiares.

Diálogos que reflejan la alianza entre la madre y Pilar y una expresa preferencia de la madre con Pilar, por sobre Ana.
· Madre: “claro que tú (Pilar) te veías mucho más bonita en las fotos que Ana.”

Diálogos que reflejan la diferenciación de Ana con el sistema familiar y su nivel de autonomía.
· Los diálogos en que rechaza colocarse el mismo vestido que utilizó Pilar en su matrimonio
· Cuando expresa libremente la forma en que desea casarse, aunque a su madre no le agrade
· Cuando puede discutir con su marido sobre el tipo de regalos (en dinero en cuenta corriente) que desea recibir, rechazando su deseo de recibir regalos en cosas.
· Cuando Pilar expresa lo distante que estuvo Ana con respecto a los problemas familiares de la violencia y de la enfermedad del padre.

Diálogos que reflejan los sentimientos que experimentaba Pilar como producto de la situación de violencia que experimentaba
· “Estoy tonta, estoy tonta, tonta, tonta, he venido con las zapatillas…” Me parece que para Pilar, el hecho de salir a la calle puesta las “zapatillas” en vez de zapatos, era como un símbolo de la pérdida de sentido de su vida al que había llegado, como si ya no importara nada, pero, al vérselas puesta, le recordaban su vacío.
· Fuertes deseos de cambiar su vida por completo “a tomar por el culo todo”
· “El violeta es el miedo”

Diálogos que expresan la toma de conciencia de Pilar sobre su necesidad de diferenciación del sistema familiar y de efectuar un cambio significativo en su vida
· Cuando el novio de Ana expresa algo positivo sobre su padre, Pilar responde:
Pilar: “Si le hubieras conocido, no diríais lo mismo”.
Madre: (Dolida) “Tenía sus cosas como todo el mundo, no le gustaban las fiestas ni los alborotos”.
Esta es la primera vez en la película en que Pilar expresa abiertamente que la forma de actuar de su padre no fue la correcta y rechaza los justificativos de él que hace su madre. Esto me hace pensar que se encuentra en un proceso reflexivo también de reconocer que los comportamientos de su esposo, tampoco son justificables en ningún sentido.
· Puede arriesgarse a decir a Antonio alguna posibilidad de que no vuelvan a estar juntos: “Volveré a casa cuando andemos más seguros”.
· Pilar, refiriéndose al arte, “Puedo ir y venir, me olvido de mí y de todo”. Al volver a la vida pública y descubrir sus habilidades para el aprecio del arte, ella empieza a tener un dominio nuevamente de su propia vida.
· También a través de las conversaciones con las amigas sobre los hombres, Pilar empieza a descubrir posibilidades de una vida diferente.
· Pilar se empieza a dar el permiso de no estar pendiente de las llamadas de Antonio o de hacer alguna cosa sin avisarle, como salir un momento y no volver al almuerzo.
· Diálogo entre Pilar y su madre:
Pilar: “No te perdonas por haber tenido una vida de mártir?, te gustaba tu vida de mártir, siempre alado de un tío que te amargaba la vida? O es que te gustaba ser la más buena, la más comprensible, de la que todo el mundo se compadece de lo mucho que aguantabas”.
Madre: “Yo aguanté por vosotras”
Pilar: Mentira, aguantaste por ti
Madre: Yo no supe hacerlo mejor hija, inténtalo tú.

Este diálogo es crucial en la película, porque por primera vez Pilar confronta de manera tan explícita a su madre, y al hacerlo, se está enfrentando a su pasado, a las opciones que hizo ella como hija, a su lealtad hacia su madre, y está reconociendo su deseo de cambiar de vida y de enfrentarse al presente de manera distinta. Por eso, después de este diálogo, sale decidida a ir a buscar aquel trabajo en Madrid.
· Diálogo final entre Pilar y Antonio después de la violencia para evitar que se vaya a Madrid.
Pilar: Me da igual lo que digas, lo que hagas. No te quiero, no te voy a querer nunca más”
Antonio: “Si me dejas me mato”
Pilar: “Haz lo que quieras”

Es la primera vez que Pilar se atreve a expresar estas palabras a Antonio, y ahora que lo hace, la agresión de Antonio se dirige por primera vez hacia sí mismo y no hacia ella, para utilizarla nuevamente como manipulación emocional.
· Diálogo entre Pilar y Ana
Ana: No he sabido ayudarte
Pilar: Tú me escuchaste pero yo no podía hablar
Ana: Ahora puedes hablar?
Pilar: Tengo que verme, no sé quién soy, hace demasiado tiempo que no me veo

Es impresionante el proceso que Pilar elabora por sí misma, utilizando todos los recursos que tiene a mano. Si bien ella no hizo ningún proceso terapéutico formal, pero a través de sus permisos de reflexionar, del apoyo de pocas personas y de las oportunidades que la vida le dio, se permitió iniciar su proceso de cambio. Ahora está lista para comenzar a verse, porque ya está recuperando los ojos que tanto tiempo se los entregó a Antonio.
Diálogos que expresan el marco cognitivo de los hombres maltratantes
· (Mi mujer) “…ahora se ha puesto mal, dice que le pego , cuando solo le doy un empujón, pero es no es pegar”…”son cosas que se dan en todas las parejas”. El diálogo expresa una concepción errada sobre lo que es la violencia, y una creencia de que es normal.
· “Uno llega cansado de estar peleando con la vida, y lo que llega es… buscando sexo… y me rehuye, me rehuye, me rehuye… entonces me cabreo…, a mí me da igual si me quiere, me respeta, me odia, está igual, yo lo que quiero es estar tranquilo”. Refleja una concepción de que la mujer está para complacer al hombre, sin importar sus sentimientos o deseos.
· Julián: “Me daba la impresión de que si ella estaba callada me tenía como respeto y estaba más seguro en casa, eso fue hasta queme di cuenta que lo que le tenía era jodida, cojonada, muerta de miedo, anulada”}
Otro del grupo: “Seguramente ella te provocaba”
Julián: “O me provocaba yo mismo”.
Los diálogos de Julián lo muestran como una persona que ya ha avanzado en las etapas del cambio, estando ya, probablemente en la etapa de mantenimiento, porque ya ha asumido el problema y ha entendido su magnitud, y ya ha tomado acciones para salir de su situación, manteniéndose en sus nuevas estrategias como “Tiempo fuera” y otras. (desde hace 2 años).


3. CONCLUSIONES SOBRE LA TERAPIA LLEVADA Y LOS RESULTADOS OBTENIDOS

Descripción de la terapia llevada:
La terapia es sobre todo de tipo cognitivo – conductual y refleja algunas habilidades y técnicas sistémicas. Así:
· Define la pauta problema desde el pensamiento y desde la conducta. Por eso refleja sus habilidades en técnicas de aprendizaje social y es altamente directivo. Explora las creencias que están detrás de los actos, las consecuencias a las que le llevan, confronta la manera de pensar y analiza los efectos de los comportamientos. De esta manera pretende desbaratar o desmontar las ideas irracionales y lograr que sean cambiadas por otras que sean de mayor ayuda para el consultante. (Ej. Lo que trató de hacer cuando Antonio tuvo sus crisis de celotipia). Promueve “ensayos” de lo que podría ser nuevas formas de comportamiento y de relacionamiento a través de rol play.
· Del Modelo estratégico de Milán, el terapeuta se concentra en descifrar el juego familiar de la violencia, descifrando la secuencia de actos y sentimientos que le llevan al hombre a explotar la violencia. “Qué sentimos cuando nos ponemos violentos… la ira, el calor en la garganta, el corazón latiendo fuerte, etc.”

Conclusiones sobre los resultados obtenidos.
· El terapeuta logró que Antonio avance en su proceso de pasar de un estadio precontemplativo del cambio a un estado contemplativo ya que pudo lograr que Antonio aumente su nivel de conciencia frente al problema y de que esté un poco más listo a intervenciones educativas y de evaluarse a sí mismo. Sin embargo, hasta finalizarse la película, me parece que no se logró este objetivo de forma completa, porque los esfuerzos que empezó a hacer Antonio todavía no partían de un marcado sentimiento de “autoliberación”, es decir, como la expresión de una necesidad personal de cambiar, que no dependa tan fuertemente de lo que Pilar haga o no frente a sus esfuerzos.
· Considero que la terapia habría sido más eficaz si el terapeuta hubiera intercalado el formato grupal con el formato de pareja, y el formato individual, por cuanto, al manejar solamente el formato personal y grupal, recaía toda la responsabilidad del cambio sobre ellos solos, como si sus mujeres no tendrían ingerencia en el proceso. Por eso, por ejemplo, al descifrar la secuencia de sentimientos y actos que llevan a la violencia, hubiera convenido también precisar no solo lo que ocurre con el hombre al momento de ponerse violento, sino también las reacciones y actos de la mujer que indirectamente contribuyen a mantener el juego familiar.

MANEJO DE LOS SECRETOS DE FAMILIA

ENSAYO:

REFERENTE A LA LECTURA; SECRETOS DE FAMILIA, CONFIDENCIALIDAD Y TERAPIAS DE JEAN YVES HAYES Y MÓDULO TÉCNICAS CONSTRUCTIVISTAS.

Al leer sobre los secretos de familia, lo primero que se me vino a la mente es la forma en que se vivían los secretos en mi familia de origen y aun se viven, y pienso en la forma tan evidente en que el secreto sirve para “excluir activamente a otros de su conocimiento”. En realidad, sospecho que cuando en una familia hay patrones recurrentes de guardar secretos, esta exclusión no es solo de tal o cual conocimiento circunstancial, sino que es más bien un medio para ratificar algún tipo de exclusión permanente hacia un miembro, que ya está presente en la familia, probablemente de manera aceptada y hasta confabulada.

Claro, siempre se encuentran “razones válidas” para justificar un nuevo silencio, que pueden ser proteger a la persona del impacto de una información dolorosa o protegerse a uno mismo de la reacción que la persona puede tener ante la información, pero en suma, lo que está en juego es a quien se le da o no la oportunidad de participar en la toma de una decisión o en compartir un dolor de afectación común.

Insisto, cuando este patrón es recurrente, lo que puede estar en el fondo es un mito familiar o un relato determinista que puede definir, quién cumple en la familia o no con los valores y características esperadas para ser tomado en cuenta, quién es o no un modelo a seguir, lo que deja ver es a quién probablemente se le está atribuyendo las causas de las disfuncionalidades familiares, y hasta anticipa cuál sería el castigo para quien decidiera seguir estos pasos o asumir una clara alianza con este miembro: el silencio.

Quizá por esto es tan doloroso cuando la persona excluida del secreto se entera de este hecho, más allá de los pensamientos de que si hubiera sabido quizá habría podido hacer algo, o evitar que algún conflicto sea más grande o algo así, lo que esta persona descubre es que todas sus sospechas muy profundas de no ser un miembro aceptado, reconocido y valorado dentro de la familia, se han hecho realidad. Y recuerdo entonces lo que mi mami decía cuando esto pasaba: “Y yo qué soy, entonces, para ustedes…”

Me parece que esto casi funcionaba como una profecía autocumplidora: no le contábamos para que no reaccione de tal o cual manera, pero como eran secretos imposibles de sostener, cuando lo descubría, la reacción que se producía generalmente era más por el dolor de que no le hayamos contado, pero para el resto de nosotros, esta era la confirmación de las razones para seguir guardando de ella cualquier secreto, y ratificaba la creencia de que esta persona debe seguir siendo excluida de la decisiones, del compartir profundo, de la vida misma…

Entonces, al menos en mi experiencia familiar, quizá todo esto justificaba la subsecuente reacción del miembro excluido: decirlo todo, gritarlo todo, abrir el alma y exponerla desnuda, casi ya sin dignidad… Y me resuena la palabra dignidad, no ser lo que la familia quiere que seas en este tipo de familias, te hace automáticamente indigno, no digno del aprecio genuino, no digno del respeto, no digno de sentirte persona, de experimentarte completo, de guardarte, de protegerte, de callar aquello tan íntimo tuyo como tus sensaciones más recónditas, aquellas que protegían tu identidad, tu sentido de ser, y de pronto las sacas, las botas enteras, ni siquiera digeridas, las abres a los mismos que te manifiestan que no creen en ti, generosamente les compartes el dolor y la rabia que hay en lo más profundo de tus entrañas, a sabiendas que esto solo servirá para confirmar sus nuevos silencios.

Desde esta perspectiva, pienso entonces también en que en el fondo de guardar un secreto está el deseo de guardar tu sentido de dignidad, es no darle el derecho al otro de que te arranque tal vez su reconocimiento, tal vez su admiración, tal vez su respeto. Es guardarte el derecho de que otro no lastime algo tan frágil que está en tu interior, algo que a veces no es capaz de sostenerse por sí solo, algo que no puede perderte a ti, otro, para subsistir. Y es por eso, entonces, que cuando alguien lo saca todo, lo dice todo, así, de repente, sin una rastra de autoprotección, quizá, lo que está revelando es que todo lo suyo ya ha sido quizá arrancado, ya fue debastado, ya no hay nada que proteger.

Por eso pienso en este momento, no tanto en la vergüenza o culpabilidad de quienes tienen el secreto, que claro, es ciertísima, pero parecería que se compensa de algún modo con la sensación de dignidad que te devuelve el hecho de haber sido tomado en cuenta para saberlo. O sea, la vergüenza hacia fuera que sin duda tendrá sus costos en las relaciones con otros y contigo mismo/a, de alguna manera es aliviada con la dignidad que te permite sentir la confianza que te mostraron los de dentro. Y esto me recuerda el sentimiento tan profundo de valía personal que experimenté cuando una ñaña mía me escogió para conversarme de situaciones muy difíciles por las que había estado viviendo, que era para ella un secreto inquebrantable. Sentí que me devolvió algo, y hasta me sentí algo egoísta ya que me parecía que disfrutaba en algo de esta sensación de reconocimiento, en lugar de centrarme totalmente en lo doloroso de aquello que me compartió.

Volviendo a lo anterior, en lo que pienso en este momento es en la vergüenza y culpabilidad que experimenta el que ha sido excluido del secreto. Qué vergüenza debe ser no haber sido considerado confiable, qué vergüenza no haber sido considerado capaz, no haber sido considerado realmente importante para el otro.

Y es clarísimo entones, como dice el texto, que el secreto es un instrumento de poder, sí, te puede dar el poder para sanar, y te puede dar el poder para enfermar, depende del relato que te cuentes a ti mismo sobre el mismo, depende del relato hablado o silencioso que decidas contar a los demás, depende de la historia que te cuentas cuando otros se callan contigo.

Entonces, una vez más, como decía Esteban, en el fondo está qué de lo que dices o no dices “te puede hacer o no salir de tu centro”, de tu equilibrio más profundo. Vivir en el silencio puede alejarnos millas de distancia de esa sensación, porque absorbería la energía para vivir. Escupir el silencio, a menos que fuera con alguien tan sensible y capaz para recibirlo… quizá un terapeuta… podría ser mortal, porque en lugar de conectarte con tu centro, tal vez lo que haría es que te hundas en él.

Por eso pienso que en el acompañamiento terapéutico o de intervención, es muy importante respetar profundamente el ritmo de la persona o familia para abrirse camino en sus silencios y para otorgarse el derecho de quedarse con los que en el fondo protegen su más íntimo sentido de dignidad. A su vez, sin embargo, también es necesario evidenciar los efectos de sus secretos en otros, y las curaciones o enfermedades que pueden provocar su revelación o ausencia de ella. Al final, que sea el encuentro con su centro el que determine lo que revelan o no.


7 / Dic. / 2006

ENSAYO: EDUCACIÓN HUMANIZANTE

ENSAYO

REFERENTE A LA LECTURA; EDUCACIÓN HUMANIZANTE DE ÉDGAR MORÍN Y MÓDULO DE MODELOS DE 2DA. CIBERNÉTICA

ALTERNATIVA ESCOGIDA: Reflexión personal sobre la aplicabilidad de los conceptos revisados en su propio contexto

En este ensayo realizaré una reflexión sobre cómo deseo aplicar los conocimientos de esta lectura en la manera en que dirijo capacitaciones a través de talleres o charlas en mi contexto de trabajo, iglesia u otros.

El proceso habitual que generalmente utilizo a nivel de capacitación es el desarrollo de un bosquejo general planteado de acuerdo a una demanda más o menos explícita, en el que procuro tener muy claro los objetivos de trabajo e intento intercalar los conocimientos teóricos con lo vivencial, apuntando a que, sobre todas las cosas se cumpla el objetivo del taller.

Al respecto, primero me gustaría ir desarrollando la habilidad de, en la medida de lo posible, “abrir” los objetivos a los participantes para que tengan la oportunidad de definir los énfasis aunque esto me ponga un poco en riesgo de alterar lo planificado. Así también, me gustaría abrir un espacio al inicio para que las personas expresen su sentir frente al tema planteado, sobre la forma en que han sido convocados, sus expectativas o preocupaciones respecto a lo que se esperará de ellos luego de recibir el taller. Claro que esto me implica desde ya la capacidad de “esperar lo inesperado”, y abrirme a las incertidumbres, pero esta actitud puede ser más educadora que muchas otras.

Por otra parte deseo esforzarme más por utilizar un lenguaje cada vez más de propuesta antes que de certeza, incluyendo, mientras sea posible, una que otra teoría paralela que podría hacer ver la misma situación o tema desde otro enfoque (como sugiere la Terapia de posibilidades en la atención de casos), de modo que los participantes vayan también aprendiendo la posibilidad de dudar y de preguntarse cuál es la mejor opción de conocimiento que se aplica a su realidad y que no den por sentado como la única forma de mirarla.
Esto implica también validar de forma totalmente honesta, los aportes o cuestionamientos de los/as participantes, apoyando así su capacidad de creer en sus propias percepciones y devolverles la responsabilidad sobre determinar con qué se queda o no para sus propias vidas.

Pienso en los casos en que me toca hacer “inducción” de personal nuevo en el Hospital en donde lo que debo decir está más o menos predefinido referente a los valores de la institución, la misión, visión, motivación para sumarse a esta causa, ejemplos de comportamientos esperados respecto a la atención a los clientes, derecho del paciente, etc., y pienso en que al hacerlo me convierto de alguna forma en perpetuadora de la mitología institucional, que, no es que sea mala en sí misma ni algo similar, pero sí que se convierte en un discurso cerrado, en el que, como dice Pakman, se define implícitamente quiénes serán reconocidos o valorados en la organización, y quiénes no, por ejemplo, y se perpetúa así la narrativa dominante, dejando muy de lado las micronarrativas que demuestran las muchas incongruencias de esa narrativa y cierra de algún modo la posibilidad de diálogo reflexivo sobre lo que debería ser la organización.

Lo que me doy cuenta en este momento es que esta forma de “impartir” los valores, las normas, etc., es algo que se mantiene durante todo el tiempo que el empleado esté en la organización, y que inicia desde su inducción, ya que tendrá muy poco espacio para participar en forma real en la definición de los planes del hospital, por ejemplo, en la orientación que se le dé a su puesto de trabajo, en la reflexión de políticas que son perjudiciales o coercitivas, etc.

Ahora, en estos casos me pregunto que tan “liberador” puedo hacer esta parte de la inducción que me corresponde, ya que, por más participativa y abierta que la quiera hacer, eso no es la realidad del Hospital y estaría emitiendo una imagen falsa. Sin embargo, creo que debo cuestionarme a mí misma lo que acabo de decir, ya que, como dice el constructivismo social, no hay una verdad para ser descubierta sino para ser construida, y creo que con mi discurso sí puedo ir creando la ilusión de que otras realidades también son factibles de construir y no perpetuar a través de un “lenguaje dormitivo” que las cosas son así, y ya están dadas, y no hay más que “adaptarse”, renunciando a los anhelos de lo que quisiéramos que las cosas sean.

Al respecto se me ocurren iniciar estos espacios con preguntas cómo “Qué características les gustaría que tenga la organización en la que están empezando a trabajar”, “qué les haría sentirse a gusto de trabajar aquí”, “qué no quisieran que haya”, etc. y poco a poco ir conectando con la visión de lo que “un grupo importante del Hospital” (no el Hospital, como algo genérico y que nos incluye a todos, lo cual es falso), ha definido como aspectos importantes a considerar para ser un Hospital eficiente, humano, etc. Al final, en lugar de cerrar dando la impresión de que es la “última palabra”, podría dejar la reflexión o desafío de que, “todo lo que ustedes han mencionado que debería tener y hacer un Hospital como lugar de trabajo es muy importante, y bienvenidos sean sus esfuerzos, creatividad e iniciativa, para lograr que este espacio sea cada vez mejor, para todos y todas”… o algo así.

Creo que solo hacer este cambio en mi discurso, en mis relatos, me va a ayudar sobre todo a mí, a recuperar mi esperanza en la institución y luchar otra vez con esa falsa “adaptación” de los últimos meses, en los que, si bien no renuncié literalmente, sí lo hice emocionalmente. Hoy deseo empezar con un relato nuevo que me ayude a ver y actuar de forma distinta.

Retomando el texto de Morín aplicando a la forma en que ofrezco charlas o talleres, me parecería valioso el hecho de tener la habilidad de conectar cualquier tema del que se hable con preocupaciones “terrenales”, es decir, con la importancia de lo hablado para nuestra trascendencia como humanidad y la evitación de la autodestrucción. Esto implica ayudar a los participantes a establecer la relación en cómo el conocimiento que están construyendo en ese momento, no les va a servir solamente a ellos sino que debe tener un impacto también a nivel social, y que los cambios que hagan ellos en sus propias vidas, influirán en otros, e incluso, en el devenir del mundo.
También, deseo dar mucho más énfasis a los momentos experienciales del taller, y de diálogo grupal o en parejas como medio para enseñar “la comprensión” y el “aprendizaje interpersonal e intercultural”.

Por último veo la importancia de desafiar a los participantes en compartir sus conocimientos con otros, ofreciendo “diezmos epistemológicos” de nuestros saberes, democratizando tal vez no solo el conocimiento, sino la habilidad de aprender. En lo personal también me siento desafiada a que los conocimientos que Dios me ha permitido tener yo los pueda compartir, más allá de cualquier rédito económico que esto me pueda dar.