miércoles, 2 de diciembre de 2009

A tus 34...

Has embellecido el jardín,
el patio,
la sala,
y todos los cuartos de mi vida.

Has sembrado flores rojas en su frente,
has aumentado dinteles de hierro en sus esquinas,
añadido cimientos de piedra en su base
y enlucido de fuego sus paredes.

Y así,
sin quizá pensarlo...
has anidado un espacio entre los dos:
cálido,
tierno
y sólido
para que una nueva vida halle
un sitio seguro donde abrir sus ojos cada día,
derramar su candidez
y regalarnos a ambos
más sueños y propósitos de esperanza
para vivirlos juntos.

Gracias a Dios por permitirme ver
un año más de tu vida
y tanto de bello construido en tu camino.

Te amamos René,

Esposo y papá!

Verónica y Mía Daniela


sábado, 29 de agosto de 2009

LAS DIEZ VÍRGENES

MATEO 25: 1- 13

INTRODUCCIÓN
Hay cosas en la vida, que si no se las hace en el momento preciso, se pasa el tiempo y es difícil hacerlas después. Podrían dar algunos ejemplos?
Podríamos decir, entonces, que si hacemos estas cosas a su debido momento estamos actuando de una manera sabia, prudente, pero, si lo dejamos pasar y decimos, quizá mañana como que estamos actuando de un modo imprudente.

ANÁLISIS DEL TEXTO
La parábola que acabamos de leer, que, como todos sabemos, es una especie de comparación para dar una enseñanza, compara el Reino de Dios con una de estas situaciones en la vida tomando el ejemplo de la costumbre judía para la realización de las bodas.

En estos actos, la costumbre consistía en que el novio se dirigía a la casa de la novia para recibirla de manos de sus padres y luego iban todos acompañados por doncellas o “vírgenes” y otros convidados hasta la casa del novio o de sus padres, donde se celebraba el banquete nupcial. Las vírgenes eran las encargadas de alumbrar el camino con sus lámparas llenas de aceite de oliva.

Entonces el texto bíblico dice: “El R/Cielos será semejante a diez vírgenes…” a lo que hicieron según lo que relata el texto, en donde, como dice el texto, 5 de ellas actuaron de forma prudente y 5 de forma insensata: ¿Qué hicieron cada una de ellas?


Prudentes
 Hicieron lo que debían hacer (lámpara – aceite)
 Cumplieron con su función de iluminar a otros
 Estaban preparadas

Insensatas

 Hicieron incompleto lo que debían hacer (Seguramente estaban vestidas, bien peinadas y con sus lámparas, pero, olvidaron el aceite)
 No pudieron iluminar porque sus lámparas se apagaban
 No estaban preparadas

Tanto las prudentes como las insensatas están expuestas a lo cotidiano, a lo normal y es por eso que, al tardarse el novio se cansan y se duermen, pero al despertar cuando llega el novio, las unas están listas y las otras no y quieren improvisar pidiendo ayuda a las que están listas pero ya no es posible, el aceite no puede alcanzar para todas, el aceite solo alcanza para que las 5 lámparas iluminen, no pueden alcanzar para las demás.

Qué nos está queriendo decir el Señor con esta parábola?

COMPARACIÓN CON EL REINO DE DIOS

En una parábola todo elemento tiene un significado:

 Las vírgenes representan al pueblo de Dios, a las iglesias que esperan la venida de Cristo
 El aceite son las buenas obras, aquellas que son demandas por el Señor para construir su Reino
 El novio representa a Jesús, por una parte en su segunda venida, pero por otra en todas sus implicaciones para la vida misma, para el aquí y el ahora, En la esperanza de los primeros cristianos y hasta ahora, Jesús vendría por segunda vez, presencialmente, para juzgar y establecer su Reino en forma definitiva, pero también, según nos dice el texto de Mateo 25: 31-40, Jesús se hace presente en cada una de las necesidades de los otros, en las situaciones en las que es necesario actuar de acuerdo con los valores del Reino de Dios. Por eso dice: “De cierto os digo que en cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hiciste”

Entonces, parece que el texto nos recuerda, que hay un tiempo limitado, exacto, oportuno para servir al Señor, para cumplir con la misión que él nos ha encargado. Un tiempo que no se puede o no se debe posponer.

EJEMPLOS

- Por ejemplo, hay un momento en la vida en que la familia es la que principalmente demanda de nosotros nuestra dedicación:
los hijos – atención
la esposa – afecto
el esposo – perdón
los padres enfermos o ancianos– cuidado

Si no actuamos oportunamente, el momento se va, los hijos crecen, y quizá ya aprendieron a reemplazar tu atención con alcohol, con drogas o con sexo, y cuando quieres recuperarlos encuentras barreras que ya no puedes saltar… La pareja ya perdió su confianza en nosotros/as, los padres se van… y así, cada vez hay menos oportunidades de recuperar el tiempo perdido, o cada vez es más difícil volver a establecer o recuperar los vínculos afectivos y a veces ya no hay oportunidad.

El novio llegó y no estuvimos preparados/as…nos perdimos el banquete

Me reconciliaré después, pero pasa el tiempo y la amargura crece. El tiempo oportuno se fue.

El novio llegó y no estuvimos preparados/as … nos perdimos el banquete

Hay un momento para dedicarle al crecimiento personal, a superar mis propios conflictos, a mejorar mi propia autoestima, para madurar, a mis estudios, a sentar bases firmes y sólidas para mi actuar en el futuro. Si no lo hacemos cumplimos los 30 y seguimos pensando y sintiendo como personas de 20 o como adolescentes y nos cuesta responder a las demandas que otros hacen hacia nosotros/as y los herimos…

El novio llegó y no estuvimos preparados/as… nos perdimos el banquete

Si en los matrimonios no se dedica tiempo para comunicarse en la pareja, para renegociar las reglas que regirán en el hogar, colocar límites claros con las familias de las que venimos, etc., el tiempo nos gana, y de pronto vemos a hombres machos que se ganaron gratuitamente el derecho de humillar a su mujer repitiendo el mismo modelo de relación de sus padres, o vemos a mujeres manipuladoras que a través de su victimización desean mantener el control de todos.

El novio llegó y no estuvimos preparados/as… nos perdimos el banquete


Hay momentos en que la situación de nuestros hermanos nos llama a compartir lo que tenemos, lo que somos, a servirles con los propios talentos o habilidades que hemos recibido de parte de Dios, pero si no somos sensibles y decimos lo haré después, cuando tenga tiempo, cuando gane más, etc.

El novio llegó y no estuvimos preparados/as… nos perdimos el banquete, el gozo de servir.


Como es una parábola, el texto nos enseña a través de una situación límite, donde ya no hay segunda oportunidad y sencillamente el novio responde “De cierto os digo que no os conozco” y el juicio se hace manifiesto en que ya no pueden disfrutar del banquete preparado por el novio.

“Mientras en el cuerpo hay vida, lugar tiene la esperanza” dice alguien, por eso es que no queremos quedarnos con un sentimiento de desazón, la promesa de Jesús de que él hace las cosas nuevas, está vigente a lo largo de toda la vida. Pero, por eso mismo, no sabemos cuántas oportunidades más tengamos en la vida, y las oportunidades tarde o temprano se terminan. Y por eso, el texto nos dice “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre a de venir”.

Y velar debemos interpretar como una actividad y no como un acto de espera. Una actividad que en el evangelio de Mateo se interpreta como actos de justicia y no solo con palabras, por eso dice el texto “No todo el que me dice Señor Señor será salvo”
Estamos invitados a un “actuar incesante”

La preocupación de este discurso del evangelio de Mateo como de todos los textos de carácter escatológico o que se refieren a los últimos tiempos, tienen tres objetivos: alentar a la misión en el aquí y el ahora, recordar que habrá recompensa, y recordar que habrá juicio, también como una forma de alentar a la misión, revitalizando la esperanza de que No quedarán las cosas como están.

Por eso, este texto así como otros que hablan de los sucesos del fin del mundo, del juicio final, no fueron escritos para que nos pasemos meditando en lo que sucederá en el futuro, si Jesús viene en el 2005, en el 2020 o en el año 3000, si nos vamos o no nos vamos a quedar en la tribulación, etc. Con la ayuda de alguien bien preparado sobre el tema quizá podamos abordar estos temas con seriedad y profundidad. Sin embargo, el objetivo final y propósito fundamental de estos textos fue en ese momento alentar a los primeros cristianos a proclamar el evangelio a vivir de acuerdo a como Jesús les había enseñado y a no quedarse estáticos debatiendo sobre el día y la hora en que Jesús vendría, o a esperar las señales antes del fin. De ser así el movimiento de los primeros cristianos se hubiera terminado pronto y quizá ya ni tuviéramos recuerdos de ellos.

Al igual que en esos tiempos, el propósito de estos textos es alentarnos a la misión en el aquí y el ahora, a llenar nuestras lámparas con el aceite de las buenas obras, a cambiar el orden actual de las cosas, a convertirnos en una comunidad transformada y transformadora.


Entonces cuál es el llamado que Dios nos está haciendo como hoy a nosotros como
Personas
familias
Comunidades
País
Instituciones en las que trabajamos.

Por una parte, el llamado es a preguntarnos ¿qué realidades actuales de injusticia, soledad, abandono, hipocresía, odio, separacioenes , etc. estamos llamados a cambiar en este momento? ¿qué tenemos que hacer hoy en nuestras vidas como una muestra de que estamos velando? ¿qué lámparas he dejado sin aceite? ¿qué compromisos los he cumplido a medias? ¿qué relaciones he dejado sin alimento, sin vitalidad, sin intensidad, sin comunicación? ¿En qué cosas los valores del Reino de Dios que son justicia, bondad, amor, misericordia no se están evidenciando en mi vida y situación?

Sí en el siglo I no se esperó pasividad luego de escribir este testo, en el 2005 tampoco. Pues lo que nos ocurra en el futuro como personas y como humanidad, dependerá de las respuestas que damos a estas preguntas en el aquí y en el ahora, de la forma que respondemos a las necesidades nuestras y de otros. El disfrutar del banquete diario fruto del deber cumplido y del banquete eterno, dependerá también de lo que hagamos ahora.

Quizá tengamos cosas pendientes que no las hemos arreglado a su tiempo pero el llamado de Dios es que desde ya, nos propogamos a arreglarlo, llenemos nuestras lámparas del aceite de las obras que nos corresponden en este momento y etapa de la vida.

El texto de Josué nos recordaba que hay momentos de decisión “escogeos hoy a quien sirváis” al Dios de la vida o a otros con principios de muerte. Y la invitación está a decir “Yo y mi casa serviremos al Señor”

Porque, como dice el texto de amos, L a justicia llega, a nuestro país, a nuestras comunidades, a nuestro país, a nuestros gobernantes.

Y lamentablemente llega el día oscuro como dice Amos donde el Señor nos recuerda que ya no es con palabras, con alabanzas con ritos, que cumplimos su voluntad, sino cuando hacemos actos de justicia.


Luego de hacer lo que nos corresponde podemos desansar como hicieron las vírgenes prudentes. Podemos cada día cumplir con lo que nos correspode hacer y descansar. No es que estamos llamados a un activismo desgastante y vacío sino a cumplir lo que cada momento de la vida nos demanda.

Pidamos entonces que el Señor nos guíe a lo que tenemos que hacer ahora

miércoles, 24 de junio de 2009

Ahora que vas a ser papá...


Ahora que vas a ser papá,
prepárate para sacar de tu mochila la alegría,
la candidez,
la risa,
todo lo que aun conservas de niño:

cuando el tiempo no importaba,
cuando distraído en tus flechas de carrizo
podías quedarte absorto... eterno...
cuando ni la luna ni el sol eran marcadores del ritmo de tus sueños,
ni limitantes de tu búsqueda de aventuras sin fin.


Sí, toma de tu mochila estas vivencias en los momentos precisos,

pues entonces harás de los días con tu hijo(a)
algo así como un viaje al Cotopaxi en la terraza de un tren...

y como el camino gozoso aunque esmerado de llegar hasta su cúspide..!


Saca de tu bolso también la quietud,

como cuando contemplabas alguna hormiga al caminar,

o una araña trepando...

o como el momento de observar a tu cometa en pleno vuelo...

pues ahora que apenas nacerá,

tu contacto más profundo con su alma será mirarlo sin palabras,

descubrirlo en su silencio...

o en su llanto...
en sus ojos fijos o inquietos,
en su mundo innombrable, indescifrable...


Y también, claro,

saca de paso tu sobriedad,
tu yo ya hecho hombre,

tu saco de lana con cuello en V
que te abriga bajo el terno en los días de frío...

Sí, pues te recordará tu rol de guía,
de referente,

de brújula que apunta siempre al norte...

aquella con la que llevarás a tu hijo(a) a conocer el mundo

y con la que le enseñarás a navegar en él
con los menores naufragios posibles,
hasta que poco a poco te des cuenta de que puede hacerlo solo(a).

Lo harás bien, amor,
sin duda...

pues todo esto lo llevas en el equipaje de tu vida,

y sabrás que tomar de él según lo que tu hijo(a) necesite...

y aunque ni tú ni yo sepamos como andar este camino,
Dios nos ayudará a encontrar en tu bolso
o en el mío,
lo que necesite para ser feliz...
para ser lo quiera ser en la vida!!


Te amo futuro papá...


¡Feliz día del padre!

miércoles, 6 de mayo de 2009

Bebé...

Bebé… quedé impresionada al ver que te movías al ritmo de mi respiración… yo reía y te movías, respiraba rápido, te movías rápido, respiraba lento, te movías lento… como si acaso yo jugara contigo a batirte según mis antojos u obligarte a sentir tan vívidamente mis propias conmociones… mis propias reacciones frente a lo que vivo.

Mi sorpresa va más allá de una simple apreciación biológica de lo que ocurre en mi vientre…es que no puedo creer que de pronto alguien allí dentro tenga que verse afectado para bien o para mal de lo que mi cuerpo transmite… las vibraciones de mis sentimientos más profundos…

Hasta pienso y parecería injusto… ¿por qué tendrías tú con solo unas pocas semanas de vida empezar a reconocer en tu pequeño cuerpo mis alegrías, tristezas, enfados, angustias, miedos…? ¿qué tienes tú con ellos…? ¿por qué tan pronto tienes que saberlos y experimentarlos en tu fluctuar diario…?

…no, no es justo para ti, excepto si tu madre fuera siempre un mar de estabilidad y armonía, si tuviera un perenne arrullo de sensaciones agradables dentro de su ser.

El asunto es que también siento que no es muy justo para mí tampoco, ¿por qué de pronto tengo que preocuparme de lo que puedo producir en ti en cada momento con cada sensación o reacción…? Es parte de la vida mantener un nivel aceptable de apreciación de lo que ocurre en otros a partir de lo que uno hace, pero ¿así? ¿tan de cerca? ¿sin filtros…? ¿sin posibilidad de ocultarlas ni por un instante…?

Lo cierto es que quiero decirte algo, y es que, mientras esto ocurre, y sé que no podré ofrecerte ser el remanso de paz permanente para tu alma, sí quiero ofrecerte tener un mejor cuidado de mí, no entregarte ni por un momento la responsabilidad del cuidado de mi ser, pues, ¡ya soy grande! ¡yo ya puedo cuidar de mí! Dios lo hace también y me sostiene, y tu papá también me brinda su abrigo en los momentos que decaigo…, pero tú no tienes que hacerlo, desde hoy hasta siempre ¡eres libre para cuidar de ti! No tendrás que atender mis angustias, mis miedos, mis frustraciones! Sí, imagino que tal vez lo harás en algún momento, pero te prometo que cada que lo perciba te recordaré que no necesitas hacerlo, que en esto tu mamá podrá sola, y que más bien, estará lista para ayudarte a aprender poco a poco a hacer lo mismo con lo que tú vives.

Para esto, te prometo tratar de atender mis emociones continuamente, tratar de aprender cada vez más a aceptar mis ires y venires de sentimientos, reconocerlos, saborearlos, recibirlos y no escupirlos…, sí integrarlos, escuchar lo que me dicen, lo que me piden…, y así, ayudarte a que sepas a través de mí, que todos ellos son parte de la vida, que todos conjugan tu existencia y la mía y que puedes aprender a convivir con ellos sin que te dañen o dañen a otros mientras logres dar a cada uno el tiempo, espacio y límites suficientes. Entonces sabrás que puedes reír intensamente, que puedes tener quietud, o que puedes sufrir con fuerza sin derrumbarte para siempre…, sí, así sabrás sin palabras que puedes entregarte a la vida, sumergirte en ella y aún así sobrevivir…

Por eso bebé, continúa ahora durmiendo tranquilo o moviendo tus brazos a placer, saborea tu dedo, bebe un poco del líquido que te rodea, parpadea tus ojos, distráete con los ruidos de mi panza o simplemente sueña con figuras indescriptibles que jamás sabré ni tú recordarás… vive lo que te toca vivir hoy… ¡yo haré lo mismo! solo que yo, desde ya, con el eco perenne de tu latido recordándome la necesidad de regular el mío…,

aprendiendo así a ser mamá…

"Mujer, he ahí a tu hijo, hijo he ahí a tu madre"

Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba que estaba presente dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. (Juan 19:26)


En esta frase, Jesús evidencia una profunda ternura que se concreta en la previsión del riesgo inminente de que su madre quede en el abandono y la desprotección. Jesús sabía del poco valor y casi nula conciencia de derechos que en su tiempo una mujer, probablemente viuda para ese momento como lo creen algunas tradiciones, habría estado expuesta al no tener una figura masculina que la representara y le ayudara a acceder a lo necesario para vivir. Desconocemos el motivo por el cual esta función no podría haber quedado a cargo de los otros hijos de María aunque algunos piensan que en ese tiempo ellos estaban opuestos e incrédulos frente al ministerio de Jesús y por ello podría haber existido en Jesús un temor o desconfianza en pensar que cuidarían de su madre.

Sin embargo la preocupación de Jesús no es solamente referente al futuro económico y social de su madre, aunque sin duda esto era de suma importancia. Además de esto, Jesús propone una relación maternal y no el de un benefactor con una indigente o viceversa, sino una relación madre – hijo que se caracteriza por un profundo amor, compasión, respeto, capacidad de ofrecer consuelo, esperanza, fortaleza, deseos de continuar, ofrece cobijo y abrigo.

En realidad es un legado bastante intenso y que implicaría reciprocidad entre esta nueva madre e hijos putativos para descubrirse ofreciendo y recibiendo de quien nunca pensaron en hacerlo y que en realidad no tienen obligación alguna desde las costumbres sociales de entregarse al otro en esta magnitud.

Por eso, esto me hace pensar que con esta frase Jesús no solo le dio a esta madre un nuevo hijo y a este hijo adulto una nueva madre, sino que dejó por sentado que todos los seres humanos tenemos la capacidad de amar y hacer cosas por personas que no son necesariamente nuestros familiares de quienes incluso por obligación moral, deseo natural y derecho consuetudinario debemos hacerlo, nos está diciendo que por veces, podemos asumir roles de madre con quienes no son nuestros hijos, y roles de hijos con quienes no son nuestras madres… nos está diciendo que hemos sido creados con la capacidad de escoger a quién amar y no solo amar a quienes por instinto nos nace hacerlo.

Nos está diciendo que somos más que leones y leonas dispuestos a darlo todo por nuestras crías, a defenderles de todo peligro, y a enseñarles a casar y valerse por sí mismos, pero ignorando por completo a los demás seres de la naturaleza y sus necesidades. Somos más que eso…, por ser criaturas hechas a imagen de Dios podemos ser leones o leonas pero capaces de criar y proteger también a crías de conejos sin madre, con todo el costo que esto puede implicar…

En esta sociedad donde todos estamos influidos por un discurso individualista en el que se promueve la desconfianza hacia el otro y la noción de que solo la familia es merecedora de nuestra atención, sacrificio y provisión, recordar esta frase de Jesús pronunciada antes de su muerte, verdaderamente nos mueve el piso… nos habla de que las fronteras no las marca un tipo de sangre sino que los límites y los alcances de lo que damos y a quiénes damos los escogemos nosotros y nosotras.

Quizá no podamos ser madres de todos los sin madre ni hijos de todos los sin hijos, pero sí podemos ser sensibles a personas y momentos a veces cortos a veces largos, donde podamos asumir estos roles y hacer del amor de Dios con ellos y ellas algo palpable y real.

Que Dios nos ayude a reencontrarnos con esas capacidades de amor que Dios ha puesto en cada uno.

viernes, 27 de febrero de 2009

BOLT

Bolt, una creación hollywodense que deja algo para pensar...

Por veces vivimos como tú, convencidos de que todo lo que nos rodea es real, o mejor dicho, conforma una sola realidad.

Nos metemos tanto en nuestro "papel" en el mundo, en el rol que hemos asumido en la sociedad y en las expectativas que tienen los demás de nosotros(as), que con frecuencia olvidamos nuestras "otras" realidades, nuestras otras facetas y posibilidades... y a veces, incluso, como tú, olvidamos quiénes somos... Algunos porque nunca se nos permitió ver fuera de nuestro espacio, y otros porque escogimos no asomar los ojos a la otra esquina...

Cuánto más si aquella realidad ofrece tantas "ganancias" temporales, como prestigio, fama, o una simple sensación de ser indispensable, de ser un héroe para alguien.

Que triste descubrir de pronto que todas los mitos y creencias sobre las que construiste tu vida y tu razón de existir... eran falsas, o al menos, pseudo ciertas... eras querido, pero no por todos, eras poderoso, pero no por un super ladrido sino por tu lealtad, eras valiente pero no invencible, eras único pero remplazable, excepto para quienes realmente te amaban.

Mientras no lo veías, fuiste presa fácil de otros que te usaban para complacer sus intereses, no tenias como defenderte ni como cambiar tu historia. Eras una simple herramienta del consumismo, tu vida se reducía a dar de comer a unos cuantos.

Pero lo viste finalmente, aunque esto te rasguñara el alma.

Lo increíble es que aún cuando tú ya tuviste la capacidad de aceptar y asumir tus otras realidades, hubieron otros que querían, o mejor dicho, necesitaban, seguir creyendo que eras BOLT, el perro fuera de serie, necesitaban que existieras para seguir teniendo un referente, para tener a quien admirar, creer que tendrían quien los defienda, los salve y realizar en ti todos sus ideales... para que les des haciendo aunque sea en la fantasía aquello que creían que no querían o no podían hacer por sí mismos.

Aun así tuviste las agallas, la perruna fortaleza para reconocerte como "normal" y renunciar a ese honroso lugar que te habían asignado, para despojarte de ese peso de ser quien no eres, de ser quien ellos creen que eres, y aceptar tu humilde destino de ser un perro de casa, con amos a quien lamerles la cara y obedecer, con una gata con quien compartir los halagos. Comprendiste que puedes ser feliz en la cotidianeidad sin miles de ojos mirándote, sin fuego, sin luces, puedes ser feliz dormitando en el patio de tu casa.

Ojalá muchos podamos seguir tu ejemplo y reencontrar la belleza de nuestra humanidad en el quieto respiro de la noche... en el sensible lugar en donde palpitamos... y nos construimos. Ojalá podamos mirar y aceptar nuestras múltiples realidades y no aferrarnos a una de ellas volviéndonos esclavos.


verodelatorreg@yahoo.es

Pesebres con vida

En las navidades observamos múltiples pesebres, grandes, pequeños, caros, baratos, de madera, de bronce, con burros, sin burros..., pero pocas veces observamos pesebres que logren "revivir" aquellas cosas insólitas y maravillosas que ocurrieron en Belén. ¿Cómo qué?
...Como la disposición de una mujer que por fe fue capaz de tolerar una posible humillación pública por un embarazo “fuera de lugar”… 
Como un José que decidió simplemente confiar y no hacer lo que “la ley” le respaldaba: avergonzar a su mujer, denunciarla y dejarla… 
Como unos pastores que pese a tener fama de ladrones fueron convocados al nacimiento de un rey… 
Como unos astrólogos extranjeros (magos) que pese a tener creencias distintas y que hasta podrían haber sido tachados de “brujos” fueron guiados al encuentro del hijo de Dios…
Como la disposición de estos hombres ilustrados para creer en lo que la luz de una estrella les decía…
Como un rey que nace siendo contemplado por animales de establo, con mal olor, y en una cuna de paja…

Es decir, tantas cosas insólitas que en su conjunto hablan de una “buena nueva” de salvación. Una buena nueva que literalmente puede salvarnos  
de vivir atados a los prejuicios, al qué dirán, 
a la diferencias sin sentido entre seres humanos, 
a la incapacidad de creer en lo que pueden dar aquellos que están socialmente “desahuciados”, 

salvarnos de vivir con permanentes barreras religiosas que nos distancian, 
de creer que las mismas respuestas a los mismos problemas, son las únicas posibles…
de la incredulidad que nos invita a pensar que las cosas siempre serán iguales y que no pueden haber estrellas que nos lleven a cosas nuevas en nuestras vidas…

salvarnos de pensar que lo verdaderamente bueno no puede surgir de lo simple, de lo cotidiano, de un pueblo sin mayor nombre como Belén…

Ojalá nos cansemos de hacer simples y vacías "imitaciones" de aquel pesebre y, con la ayuda de Jesús podamos evidenciar:
un canto de vida que recomienza, 
de esperanza que renace, 
de utopías que se realizan, 
de transformaciones internas, en nuestras familias, instituciones, país...

y no simplemente “pesebres románticos” a ser contemplados… 

verodelatorreg@yahoo.es

martes, 20 de enero de 2009

El milagro de ver


Qué bueno es recordar dónde está tu asidero,
de dónde surges, a quién perteneces,
la esencia de tu vibrar,
quién guarda en sí tu espacio,
más allá de lo que logras...

Qué bueno es despertar
y encontrarse vital en quién amas,
en quién eres,
en los propósitos finales que persigues…

y no quedarte contemplando tendida
los fugaces destellos de “éxito”
que titilantes se evaporan.

Fascinantes sus luces, enceguecen,
apreciaría quedarme en ellas un tiempo mayor,
a sabiendas del riesgo de perder lo que de veras vale.

pero sin ese asidero, ese sentido mayor,
no tolerarías cuando viene la noche,
cuando sin más te opacas ante los ojos de otros,
el vacío te comería,
una piedra tomaría el lugar de tu garganta.

Fascinante Quiroga, taller, terapia…
fascinante ser el centro…
asombro saberse “rotativa”
y pronto posible desechable…

Qué bueno recordar que aquellas luces
no son las que alumbran las profundidades de tus ojos,
Y que sin ellas…,
aún podrías ver…
20/01/2009
verodelatorreg@yahoo.es

domingo, 11 de enero de 2009

RELECTURA DEL POEMA DE PORTIA NELSON

I
Camino por la calle de la salvación a otros.
Hay un profundo hueco en la acera: donde están los otros con sus necesidades y vacíos que no logran asumir.
Caigo dentro, los quiero rescatar
Estoy perdida… indefensa, no sé cómo batirme con el peso que ponen sobre mí.
No es mi culpa, lo hice por bondad…
Me toma una eternidad encontrar una salida.

II
Camino por la misma calle de la salvación a otros.
Hay un profundo hueco en la acera: son ellos mismos.
Hago de cuenta que no lo veo, pues trato de recordar que no los voy a poder salvar.
Caigo dentro de nuevo, pues ellos me llaman… y tal vez valga intentarlo.
No puedo creer que estoy en el mismo lugar, asumiendo responsabilidades que no las quería y no me corresponden.
Pero, no es mi culpa, yo intenté no caer pero ellos me llamaron.

III
Camino por la misma calle de la salvación a otros.
Hay un profundo hueco en la acera: son ellos mismos, el sistema…
Veo que está ahí,
Caigo dentro de nuevo… es un hábito.
Mis ojos están abiertos, ya no quiero más de esto,
Sé donde estoy, ya sé los costos que esto implica para mí.
Es mi culpa, yo acepté el llamado de salvarlos
Salgo inmediatamente, aunque ya embarrada de algo del lodo…

IV
Camino por la misma calle de la salvación a otros.
Hay un profundo hueco en la acera: son ellos mismos, y mi capacidad tan desarrollada para encontrarlos…
Lo rodeo… pero reflexiono

V
Camino por la calle de protección a mi integridad.

verodelatorreg@yahoo.es




POEMA DE PORTIA NELSON:
Voy andando por la calle
Hay un agujero profundo en la acera
Me caigo
Estoy perdida.....
No sé qué hacer
No es culpa mía.
Tardo siglos en salir.

.:: II::.


Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Hago como que no lo veo
Me vuelvo a caer.
No puedo creer que me haya caído en el mismo sitio.
Pero no es culpa mía.
Tardo bastante tiempo en salir.

.:: III::.

Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Veo que está ahí
Me caigo.....es una rutina,
Pero tengo los ojos bien abiertos.
Sé dónde estoy
Es culpa mía
Salgo rápidamente.

.::IV::.
Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Lo esquivo.

.::V::.
Voy caminando por una calle distinta.

Portia Nelson

El país que sueño…

Quito, 5 de julio de 2003

Abrigas, campesino/a, en tus cerros la esperanza,
Y no dejas que el desierto reseque tu valor,
Porque sabes que las aguas caerán mañana,
Y tus heridas manos acariciarán verdor.

No olvidas tu risa debajo de lo incierto
De promesas vacías que se pierden en la grama,
Con esfuerzo encuentras hoy respuesta a tus lamentos,
Sin humillar tu semblante ante aquel que te daña.

Anciano, tus pies, ahora caminan firmes,
Sostenidos en rocas y no solo en rezos,
Tus hijos/as son el bastón que ciñes,
Y el Estado ofrenda honor a tus esfuerzos.

No te ahogas en llanto y venganza mujer,
Debido al abandono del hombre que amas,
Hoy tus labios besan la miel…
De tu dolor disuelto en perdones de llamas.

Aguardas tranquila el fruto de tu vientre,
Sin temer al vacío cuando llegue el despertar,
Hay quien cuide tu parir doliente,
Y un amante que añora de su esperma el retoñar!

Descansas, pequeño/a, sin temor a la vida,
Al golpe que acecha disfrazado de amor,
Descubrieron a la maestra llamada “caricia”,
Y hoy creces libre, sintiendo calor.

Mantienes el brazo erguido, pueblo rebelde,
Aun cuando el/la opresor/a gana algunas batallas,
Sabes que el Rey ha descendido a defenderte,
Y construye contigo su reino sin murallas.

verodelatorreg@yahoo.es

ENSAYO: Comparación de situaciones de América Latina con la pastoral de Ezequiel para tiempos de crisis nacional

Quito, 2 de septiembre de 2003


La situación de América Latina que primero viene a mi mente al leer el texto de Ezequiel es la que tiene que ver con los altos niveles de corrupción e impavidez presentes en la mayoría de los líderes encargados de “pastorear” a nuestros países. Ellos, haciendo uso de la posición social privilegiada en la que se encuentran, invierten sus esfuerzos en apacentarse a sí mismos/as, tomando para ello injustamente de las porciones de riqueza que produce la fuerza popular con trabajo agitado y difícil, de su fruto, su “leche”, su “lana”, su “miel”, sin muchas veces siquiera haber facilitado a sus ovejas los mecanismos para que puedan hacerlos germinar.

Pienso, por ejemplo, en los/as campesinos/as… ovejas heridas que han tardado muchos años en gritar su dolor y en sacar la rabia provocada en el asalto. Sus pastores, que seguro se consideraron ajenos, las olvidaron en sus rediles desiertos, en sus comunas lejanas, poco visibles para sus palacios de hierro, negándoles la posibilidad de que sus propias bocas y sus pies encuentren la ansiada grama. No les encerraron entre portones de madera, y estacas, pero sí con humanos de piel más blanca y cerebro occidentalizado que han cerrado las puertas de su desarrollo con barreras invisibles llamadas “leyes del mercado”.

No los/as han apacentado…

Les quitaron sus tierras, les obligaron a trabajar ya no para subsistir como era su interés, sino para llenar las arcas y los estómagos de quienes aman la riqueza y la acumulación. Alejaron de sus rostros la tecnología moderna, luego de menospreciar la suya, imposibilitándoles alcanzar el “éxito” y la “competitividad” en el mercado agrícola, volviéndolos presas de todas las fieras del campo.

Aun viéndolos/as así, vulnerables…, no los/as han buscado.

Y los/as mantienen débiles: débil su cerebro al no posibilitarles el acceso a la educación, y cuando la ofrecen, las cosas están diseñadas para irrumpir abruptamente en su sistema ideológico y de aprendizaje, obligándolos/as poco a poco a pensar como ellos, anhelar estilos de vida como los de ellos, a menospreciar su cultura y orígenes, y enseñoreándose de “los/as campesinos/as” con desprecio y violencia.

Mantienen débil su salud, pues los mantienen todavía lejanos a los avances de la ciencia y a la posibilidad de atención médica, ya que, un médico/a por más de 7000 habitantes, ubicados en sitios tan dispersos, difícilmente podrá producir resultados: Niños/as mueren al nacer o en el parto por falta de atención, madres mueren luego de haber cumplido su labor reproductiva, hombres y mujeres tienen pocas opciones de supervivencia frente a probables de emergencias. Ante ello, la occidentalización de la educación y el asalto de los mass media en sus hogares, agrava el problema ya que los/as hace olvidar grandes porciones de la sabiduría ancestral manifiesta en el manejo de hierbas y sus propiedades.

No los/as han protegido, no los/as han curado.

Mantienen débil su esperanza: “las cosas ya están dadas y hay poco qué decir y qué hacer. Organícense si quieren, griten, hagan manifestaciones, y si tienen suerte, sean “parte del gobierno”, no hay problema, pues, el poder es nuestro y las políticas de desarrollo no cambiarán por sus esfuerzos. Quizá los/as estorben ocasionalmente, pero, finalmente nos impondremos.”

No los/as han reconocido.

Es así como se ha resquebrajado el ideal de vida “comunitario” de los/as campesinos/as, y con él, se ha quebrantado también su propio sentido de solidaridad y unidad. Por ello, frecuentemente sus comunas se dividen, se mezquinan las fuentes de agua, se miran con envida y recelo cuando cuándo alguna de ellas, luego de organización y grandes esfuerzos, logra conseguir algún beneficio o proyecto impulsado por ONGs u organismos de voluntariado.

Y por eso se han dispersado…

Pero, entre tanto abandono creo que Jesús mismo les está pidiendo cuentas de su rebaño a estos grandes líderes nacionales, al permitir levantamientos populares encabezados por movimientos sociales quienes, habiendo descubierto la posibilidad de vivir de forma diferente, transmiten ese despertar al pueblo. Entonces el pueblo, aunque con varias recaídas, se pone de pie y decide dejar de escuchar a la voz de sus supuestos líderes, se dan cuenta que ya no les pueden creer más y ser presas fáciles en sus manos. Se organizan y logran momentáneos logros abrumadores como la caída de un presidente o la llegada al poder.

Lamentablemente esa explosión de gozo empieza a apagarse, cuando las mismas ovejas gordas deciden comer a las flacas y aprovecharse de ellas para afirmar su poder. Cuando se descubre que lo ocurrido no es más que otros movimientos de piezas de los/as poderosos/as a quienes todavía no les ha sido quitada la responsabilidad de apacentar estas ovejas.

Aun Latinoamérica estamos a la espera del verdadero Pastor, de su gobierno de justicia y de equidad, en el que no solo derrotará a los líderes nacionales forjados con riquezas y no con sabiduría, sino también a los que surgen del pueblo y luego, al pueblo mismo asesinan. Esperamos todavía que eche fuera a las bestias feroces del Fondo Monetario Internacional o de la Organización Mundial del Comercio y se nos devuelva un mínimo nivel de autonomía, con el que podamos codepender de otros países.

No esperamos la lluvia, el sol y paisajes hermosos, porque pocas veces nos han faltado, esperamos mejor las condiciones para crecer con los recursos que poseemos, las herramientas para trabajar y desarrollar nuestro propio talento. Esperamos poder habitar seguros/as y dormir tranquilos/as en los campos y en las ciudades, con la certeza de que el mal y el maligno no nos tocará. Esperamos un reinado de amor que sane y transforme hasta el fondo nuestros corazones heridos y hasta a veces depravados.

Aun esperamos al igual que el pueblo en el relato de Ezequiel, a su siervo David, su príncipe.

(Para Universidad Bíblica Latinoamericana)

verodelatorreg@yahoo.es

ENSAYO: ¿Es posible revivir la lucha de Ruth y Noemí en América Latina?

Quito, 16 de septiembre de 2003

Las historias de los pueblos o grupos sociales en desventaja que conozco se parecen más al círculo de desgracia por el que atravesaron Ruth y Noemí al inicio del libro que a todo el esfuerzo esperanzado que llevaron a cabo luego esas dos mujeres, y a sus resultados finales.

No es que los/as pobres ya no luchen por sus derechos y reivindicaciones, pero tengo la impresión de que están cansados y heridos y no encuentran luces cercanas que iluminen sus esfuerzos. Me refiero a los/as más pobres, a ellos/as que solo tienen la posibilidad de ser observadores del transcurrir nacional y mundial sin casi ningún tipo de oportunidad de respuesta frente a lo que acontece. Varios de ellos/as se esfuerzan por sobrevivir pero su pobreza no solo económica sino también y sobre todo de identidad, de afecto, de libertad, consume sus capacidades más elementales para existir dignamente, aunque sea en lo íntimo.

A ellos/as, cuya capacidad de resiliencia parecería estar muerta y su anhelo de días mejores parecería no convocarles, preferiría no acercarme, pues me contaminan, me hieren… lastiman mi humanidad, mi frágil utopía. Pienso que es a ellos/as a quienes
Dios nos ha invitado a servir y apoyar, pero, al descubrir su inercia, al no encontrar alguna característica aunque sea inmadura todavía de las expresadas por Ruth y Noemí, que no dejaron de gritar a pesar del frío del dolor, ese dolor indescifrable del hambre, el destierro, la viudez, el abandono, todos juntos a la vez…, me muero.

Imposible, no es que los culpe, al contrario. Los miro y es como si viniera en un chispazo a mi mente todo lo que hemos hecho, todo lo que hemos devastado. Haberle quitado a alguien su elemental capacidad de sacudirse, de revelarse, no siquiera de proponer algo, solo de soñar o de aprovechar alguna oportunidad que por ahí asome, es terrible.

Claro, la mayoría no se ve a sí mismo/a cuando los mira a ellos/as y es fácil acusarlos de paternalistas, de facilistas, de cómodos, de vagos, en fin. Yo no los/as culpo, me culpo, a mí misma y como humanidad, pero no puedo caminar junto a ellos/as. No ahora. Puedo hacer cosas para ellos/as, pero no más.

Pero, gracias a Dios, existen quienes todavía se perciben a sí mismos y es más fácil reconocerlos como personas, abatidas por la pobreza y las desgracias, con poquísimas oportunidades, pero con mayores indicios de humanidad. Luchan, no siempre con elevados estándares éticos o con una comprensión propia e integral de lo que es desarrollo o de lo que buscan, pero quieren y creen que pueden vivir diferente.

Ellos/as cotidianamente luchan de forma individual o en pequeñas asociaciones, percibiendo el progreso como una reivindicación más bien personal o familiar, no alcanzando a ver con claridad toda la estructura que sostiene su pobreza. Cuando se tropiezan con las barreras que interrumpen sus esfuerzos, esas barreras ajenas que jamás las pudieron prevenir, entonces empiezan a descubrirse como parte de los/as otros/as afectados por males similares, y a observar como los derechos de todos/as son sistemáticamente desconocidos.

Ellos/as me despiertan más esperanza, aunque es una esperanza trunca, a corto plazo. Es como ver a Ruth recogiendo espigas, hasta el día de su muerte. Es como saber que Booz jamás va a hacer efectivo el derecho que le corresponde a Ruth y a Noemí de poseer la tierra y siempre las va a contentar con su bondad a medias.

Por ahí andan también los intelectuales, esos que surgen de entre los mismos pobres con oportunidades, o de entre los de clase media o los ricos sensibilizados. Ellos ya pueden realizar diagnósticos más precisos de la realidad y propuestas más claras, parecerían a ratos que en una de estas le atinan con la receta precisa, y si por ahí hay suerte, alguien que está en el poder la acoge y la aplica…Pero más son las voces que metódica y planificadamente pretenden convencernos de que no son posibles los caminos diversos, que solo hay uno, la globalización sin justicia ni equidad, el libre comercio sin personas libres, el dominio del poderoso, la primacía del más fuerte, el preferible silencio y resignación del oprimido/a…

Así veo y siento a América Latina y quizá a África y a varios países de Asia, en relación a la lucha por la reivindicación de sus derechos. Hay los/as que ignoran, hay los/as que duermen, hay los/as que pelean pero no alcanzan, hay los/as que proponen pero no son oídos, hay los/as que oyen pero prefieren venderse, hay los vendidos que nos engañan y convencen, hay los/as engañados, hay/as los desesperanzados, hay los/as que persisten…

Creo, aunque sea en un rincón pequeño de mi corazón idealista, que es posible que en América Latina se lleven a cabo luchas como la de Ruth y Noemí, pero creo que para eso el pueblo de Dios debemos librar batallas asiduas y permanentes de humanización de lo deshumanizado. Debemos trabajar airosamente por la construcción de dignidad, de conciencia de derechos y conciencia de procesos. Ruth y Noemí no lograron en un momento restablecer para ellas y como ejemplo para otras, los derechos de las viudas, pobres y extranjeras. Para lograrlo, intervino una serie de valores, principios y capacidades arraigados profundamente en sus vidas, que en esas condiciones de dolor y explotación se pusieron a prueba.

Entonces intervino la solidaridad entre ellas, la cual fue la base de su decisión de salir adelante. Intervino su capacidad creativa para buscar opciones de salida, su humildad para comenzar por la misión más sencilla: recoger espigas, haciendo valer un derecho que en la conciencia de muchos estaba casi olvidado y parecía similar a pedir caridad. Su paciencia para esperar la sensibilización progresiva de Booz, aceptando sus gestos de compasión incompleta, sin saber que a la larga se pondría verdaderamente de su lado. Su perseverancia, su fe.

Esas son las condiciones que como pueblo de Dios debemos trabajar por construir en nuestra Latinoamérica, para que sea posible el restablecimiento definitivo de nuestros derechos.


verodelatorreg@yahoo.es

Discurso a los graduados del CIF (curso de faciltiadores)

Hemos recorrido algunos meses juntos, viviendo momentos intensos que sin duda nos han redefinido…

Empecemos por decir que vinimos a este espacio con el afán de añadir a nuestra mochila de la vida, (o al maletín, dependiendo de la edad), algunos conocimientos, algo así como para estar al día con los nuevos avances teóricos. Camufladamente, también vinimos para hallar algunas pistas que disipen nuestros propios laberintos y claro, también que sirvan para guiar a otros en los suyos… Vinimos sin saber bien a qué veníamos…ni qué traíamos...

Llegaron las primeras clases y mientras nuestra mirada sistémica del mundo y la familia, empezaba a cobrar afinidad, las finas sensibilidades del estómago, comenzaron también a removerse. Entonces, junto a las lecturas llenas de términos desconocidos, los genogramas, y el compartir, empezamos individual y comunitariamente a miramos, sí, a mirarnos con ojos nuevos, cual si un velo protector que hubiera resguardado por años nuestras preguntas, nuestras quejas, nuestros dolores y necesidades, por fin se replegase. Con ello, el equilibrio pareció desmoronarse y en la garganta nació una cierta ansiedad que llamaba al estado anterior, a la normalidad de los días que ocultan en sus latidos rutinarios, la tristeza. Sin embargo, el cobijo del grupo pudo más, y cada quien recibió el coraje para permitirse remover las entrañas, y avanzar…

Y fue así como nos preparamos para recibir el módulo de comunicación, ¿cómo? comunicándonos, desarrollando nuestra capacidad para escucharnos, sin juicios, sin consejos, pero con todo el corazón y el cuerpo, abriendo para el otro un espacio seguro para hablar, y para llorar. Este sendero nos permitió descubrir que, a veces, después de haber cargado por tanto tiempo solos nuestro ser en hombros, no existe mayor consuelo que recibir el permiso para llorar junto a otro, que no hay mayor descanso que sabernos liberados por el otro y exentos de culpa por el hecho de sufrir. Sí, ahora sabemos que la vida no tiene que ser siempre bella, y que a veces es necesaria la expresión genuina del dolor, para que surja de ella una nueva alegría: sencilla, suave, sin aspavientos, sin frenesí, pero verdadera…

El módulo de intervención en crisis fue el clímax, no solo porque ahora éramos nosotros los “pacientes identificados”, y las emociones “normales”, “naturales” y “necesarias” surgían por doquier, sino también porque ahora podíamos mirar con mayor claridad las oportunidades que las crisis vividas nos habían dejado, y las potencialidades y virtudes que sin ellas, no habrían podido nacer. Además, nuestra amistad se fortaleció, extrañarnos y anhelar los viernes para estar juntos, ya era parte de nuestra vida.

Llegó el módulo de mediación, ufff! dijimos algunos, por fin llegó el momento de centrarnos en solucionar los problemas de los otros olvidándonos de los propios… qué error, no sabíamos que aprender la metodología para mediar no nos libraba de la responsabilidad de luchar con nosotros mismos. Sin embargo, nos fuimos dando cuenta que el proceso de dejar nuestras debilidades en el ayer, no sería breve ni fácil, pero mientras avanzamos, y si al avanzar caemos, pues bien, como dicen nuestros profesores: “bienvenida sea la condición humana”.

Y ya con mucho “apego” entre nosotros, llegamos al final, al Módulo de Padres eficaces, recorrimos el mundo emocional de nosotros cuando niños, y de nuestros hijos quienes somos padres, y vimos como con frustraciones y aciertos se tejen vidas, haciendo de la misión de padre y madre tal vez la más importante de entre todas las responsabilidades humanas. Volvimos a vernos pequeños, con ojos grandes y de esta mirada surgió nuevamente el deseo de ser mejores, para hoy, o unos años después, poder entregar a Dios y al mundo, mejores seres humanos.

Fue así nuestro camino, la profundidad del corazón se descobijó en cada paso, y desde el gesto espontáneo, hasta la palabra prevista, rebeló el ser…Nuestros pasos se enlazaron sin querer y hoy, nos miramos y nos vemos distintos, o quizá simplemente nos vemos mejor, sí, pues podemos ver el alma frágil, esperanzada, añorante, vemos desde su mundo y su dolor, su miedo y su valor, vemos las huellas que sus pasos han dejado, vemos desde el ombligo, desde la entraña y desde el nervio más sensible de la piel. Permitimos que el ardor del otro queme, y su hielo congele, y a la vez nos llenamos de lo nuevo que su compartir ha despertado en nuestras alma, lo nuevo que su dolor ha desnudado, lo viejo que su dolor ha hecho nuevo.

verodelatorreg@yahoo.es

DISCURSO PARA L@S EGRESAD@S


(Año 2004, a los(as) egresados de Gestión Social de la PUCE)

Me Gustan Los Estudiantes
Mercedes Sosa
Composição: Violeta Parra

Que vivan los estudiantes,
jardín de nuestra alegría,
son aves que no se asustan
de animal ni policía.
Y no le asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
qué viva la astronomía!

Me gustan los estudiantes
que rugen como los vientos
cuando les meten al oído
sotanas y regimientos.
Pajarillos libertarios
igual que los elementos.
Caramba y zamba la cosa,
qué vivan los experimentos!

Me gustan los estudiantes
porque levantan el pecho
cuando les dicen harina
sabiéndose que es afrecho.
Y no hacen el sordomudo
cuando se presente el hecho.
Caramba y zamba la cosa,
el código del derecho!

Me gustan los estudiantes
porque son la levadura
del pan que saldrá del horno
con toda su sabrosura.
Para la boca del pobre
que come con amargura.
Caramba y zamba la cosa,
viva la literatura!

Me gustan los estudiantes
que marchan sobre las ruinas,
con las banderas en alto
pa' toda la estudiantina.
Son químicos y doctores,
cirujanos y dentistas.
Caramba y zamba la cosa,
vivan los especialistas!

Me gustan los estudiantes
que con muy clara elocuencia
a la bolsa negra sacra
le bajó las indulgencias.
Porque, hasta cuándo nos dura
señores, la penitencia.
Caramba y zamba la cosa,
qué viva toda la ciencia!
Caramba y zamba la cosa,
qué viva toda la ciencia!


Esta canción va dedicada a los egresados y egresadas, a quienes por aun no tener la muceta en nuestras manos todavía pueden llamarse estudiantes...

Canciones como estas fueron escritas en tiempos de revolución, en tiempos en que las circunstancias políticas y sociales necesitaban de un impulso hacia el cambio. Este desafío avisoró sus caudillos. En esta utopía los estudiantes universitarios eran los llamados a poner el cuerpo y la mente en pro de construir las respuestas que la sociedad estaba buscando y luchando por su implementación.

En este sueño todos los científicos eran importantes: el astrónomo, el sociólogo, el médico, el ingeniero, el trabajador social, el escritor, cada uno desde su rama se prepararía para hacer realidad la teoría marxista, para derribar el sistema opresor liderado por las clases pudientes y alcanzar lo que ellos entendían por justicia social.

Su papel era histórico, su misión no transferible ni postergable; la boca del pobre hacía sonar la alarma permanente en sus corazones, y ese sonido era ineludible.

Bueno, pero ahora estamos en otros tiempos, el comunismo ya fracasó y al neoliberalismo todavía le lamemos los pies y las manos a pesar de saber que este no tiene para nosotros más que migajas; esas que caen de los platos de los que tienen, de los que saben, de los que pueden, y, de quienes, los que tenemos algo menos, hemos aprendido a hacer lo mismo o, para aliviar nuestra conciencia, a echar una que otra limosna a los que tienen, saben y pueden algo menos que nosotros.

Y ante esto, ¿qué compañeros y compañeras? ¿Qué queridos panes a punto de salir del horno?, ante esta percepción de la realidad, ante tantas preguntas que nos plantea el presente y el futuro de nuestro país, ante la desorientación y la incertidumbre que este cambio de época trae consigo, cuáles serán nuestras respuestas, cuál será nuestra actitud? ¿Cuál el sueño que construiremos? ¿Cuáles los medios que usaremos para cumplirlos? ¿Con qué valores nos comprometeremos?

Cada uno y cada una de nosotros somos responsables de contestar estas preguntas. Y debemos recordar que de sus respuestas dependerán nuestro éxito y el éxito de muchos con quiénes trabajaremos. Por ello me gustaría tomarme la atribución de sugerir tres voces que pueden darnos algunas pistas para elaborar nuestras respuestas:

• La primera: la voz que todavía surge de la cruz, de ese símbolo que todavía evoca la posibilidad de restauración del ser humano y de todas sus relaciones: con Dios, consigo mismo, con el prójimo y con la naturaleza, esa cruz que todavía nos recuerda al Jesús que dijo que busquemos primeramente su Reino y su justicia y que todas las cosas serían añadidas.
• La segunda, la voz o mejor dicho las voces de los otros, con sus múltiples ideologías, carencias y potencialidades, con sus aciertos y desaciertos, y sus cosmovisiones. Seguro que, entre todos podremos encontrar luces que nos orienten en esta búsqueda.

• La tercera, la voz del corazón, pues su borboteo sin lugar a duda todavía evoca vida, y como alguien por ahí dice, mientras en el cuerpo haya vida, lugar tiene la esperanza.

Lo cierto es que tenemos un papel histórico que cumplir, una misión que no debemos eludir, porque basta ver a nuestro alrededor para recordar la necesidad de una intervención urgente.

Que tal si para terminar, levantamos nuestras copas y le damos un saludo a la nueva etapa que estamos comenzando, le damos un saludo a este mar de preguntas, posibilidades y oportunidades y, a través de este, simbólicamente le pedimos a Dios que nos guíe a construir las respuestas por las cuales un día seremos demandados y demandadas.


verodelatorreg@yahoo.es

YO SOY LA VERDAD

¿Te has dado cuenta el tipo y calidad de preguntas que realizamos en momentos de turbación o temor, cuando parecería que algo vital parece colocarnos en un riesgo casi de muerte? ¿Has notado como en esos momentos se vuelven a agitar incesantemente en nuestro interior preguntas adormecidas o que habíamos logrado acallar con respuestas sencillas, aprendidas o incorporadas sin mayor reflexión, revelándose así nuestras más profundas vulnerabilidades?

Tomás eleva una pregunta agitado por las duras afirmaciones de Jesús que les recordaba su inminente partida: “no sabemos a dónde vas, ¿cómo, pues, podemos saber el camino?”

Vaya pregunta! Hace referencia a un norte, a un objetivo claro, a un destino, y no conforme con ello, insiste en saber los medios, las formas, las alternativas para llegar hacia él. ¡Cuan parecida se me hace esta pregunta a muchas otras de nuestros tiempos!: ¿Para qué vivimos? ¿Qué es ser feliz y cómo puedo lograrlo? ¿Qué mismo es el éxito y cómo lo alcanzo? Sí, como si nos pareceríamos a Tomás, sin saber a donde ir, ni cómo ir… y revelando en estas preguntas más que una necesidad intelectual de obtener respuestas a nivel de lo cognoscitivo, una necesidad existencial que aspira hallar respuestas integrales, capaces de saciar todo el ser.

Ante esta pregunta el texto nos cuenta que Jesús responde: “Yo soy… la verdad” (Jn. 14:6), ¿Yo soy la verdad? Perdón… no sé si escuché bien, ¿Quién se atreve a hablarme de una “verdad”? ¿Quién pretende sorprenderme con una afirmación tan fútil que lastima no solo mi ego intelectual, sino también ridiculiza mis genuinas y legítimas preguntas de carácter vital?

Dada la diversidad de nuestros “seres”, muchos de nosotros/as no buscamos respuestas únicas que nos encasillen y pongan límites a nuestras libertades, unificando nuestras posibilidades, o nuestros nortes. Buscamos respuestas personalizadas, buscamos la posibilidad de participar en la construcción de esas respuestas y por eso miramos con sospecha cuando alguien como persona, como país, como religión o filosofía, pretende implantarnos una verdad común que con mucha seguridad esconde un deseo oculto de poder, de dominio, de búsqueda de riqueza económica o de control social.

Miramos con sospecha y lo hacemos bien, pues muchas de esas “verdades” impuestas nos han defraudado a tal punto, que hasta han succionado nuestra capacidad de creer, nos hemos sentido tan engañados por ofertas de “vida” en términos de salud, empleo, educación, libertad, bienestar, etc., que nuestra capacidad de confiar se ha adormecido y yace expectante, incrédula, lista para confirmarnos que nuestras esperanzas eran inciertas y vanas…

Tal es la sospecha que, como dice Álvarez , que muchos de nosotros/as hemos llegado a asumir una posición “dogmáticamente” relativista, como una forma legítima de reaccionar frente a la absolutización de valores definidos por el poder, rechazándolos hasta el punto en que ya ni siquiera estamos dispuestos/as a revisar su contenido o utilidad, sino que su sola condición de pregonarse como absoluto, lo coloca en una posición de total desventaja y de autoeliminación.

Lo peor es que, esta actitud que inicialmente partía de alguna intencionalidad de promover un mayor equilibrio del poder en el mundo, una reivindicación de los pueblos o culturas menos escuchados o respetados, sin desconocer muchos de los logros significativos que ha aportado en este sentido, no nos ha ayudado a ser más tolerantes con el otro/a, sino que más bien, nos han llevado a aplaudir acciones que, como están configuradas en función de los propios y muy subjetivos criterios e intereses, desconocen su impacto en el otro/a y hasta lo justifican, pues nos hemos convertido en “juez y parte” de todo lo que hacemos.

Por eso, si acaso nos hemos sentido avocados a descalificar de plano la afirmación del evangelio de proponer a Jesús como “verdad”, propongo que antes de rechazar sistemáticamente esta propuesta, analicemos un poco el contenido que está detrás de ella, y así, luego estar listos para hacer una opción, en libertad.

Primero cabe notar que el texto coloca en una persona, más que en una afirmación doctrinal o filosófica, la atribución de verdad; “”Yo soy… la verdad…”, lo que inmediatamente nos traslada a un examen cuidadoso y reflexivo sobre la persona que está detrás del “yo soy”, de su vida, testimonio y frutos, porque en últimas, a través de esta información, son todos estos elementos los que, por consecuencia, se proponen como portadores del carácter de verdad, recordando que en el sentido griego que en el Nuevo Testamento tiene la palabra verdad, es un “sentido absoluto de lo que es real y completo por oposición a lo que es falso y deficiente” , aunque sin olvidar que en el sentido hebreo, la referencia a la verdad como característica de Dios, se centraba más en su carácter confiable, recto, veraz, en contraposición a lo que otros dioses podrían ofrecer al ser humano.

Entonces, sin olvidar estos dos significados, veamos como, por consecuencia, el texto cataloga como verdad al recorrido del siervo sufriente: a aquel que con sus actos y enseñanzas intentó traer justicia a las naciones devolviendo poder y reconocimiento al niño/a, a la mujer, al enfermo, al “juzgado”, al “pecador”, le coloca como verdadero y confiable al que redefinió la ley como instrumento en servicio del ser humano y no como la que le esclaviza y le somete, al que no desea quebrar las fuerzas de un pueblo de por sí ya adolorido, pero desea que su fuerza vuelva a sostenerse en lo que es justo y conduce a la vida, en lugar de a la muerte. (Ref. a Is. 42:1-4)

El texto coloca como verdad y verdadero a alguien que eligió el camino de la cruz, en otras palabras, a alguien que no buscó el poder en el dominio o sometimiento a otros, haciendo que sus actos lo conviertan en “rey de los judíos”, a alguien que prefirió morir en forma despreciable con tal de dejar muy en claro que otro estilo de vida es posible, que el egoísmo, la venganza, la traición, la búsqueda de prestigio y poder, no son la única forma posible de vivir y que no es la mejor.

Vemos entonces, como esta verdad propuesta, no viene envuelta en un deseo oculto de poder en el sentido de dominación, así como muchas otras “verdades” o “absolutos” que nos ofrecen, y que incluso, algunas, basadas ignorantemente en el Cristo, han intentado y quizá hasta logrado imponerse en el mundo bajo el nombre de religión. Y si acaso hay una búsqueda de poder, se refiere al poder, del amor, del perdón, de la misericordia, de la inclusión.

Me atrevería a decir que la propuesta es de una verdad que busca mucha más tolerancia que otras… más equidad que otras… mayor poder social que otras…, mayor participación que otras…, me arriesgo a decir que la propuesta del Reino de Dios, con este modelo de rey, no nos da cabida a ningún tipo de dominación, ni del hombre sobre la mujer, ni del adulto sobre el niño/a, ni del rico sobre el/la pobre, ni del sano sobre el enfermo/a, ni del “santo” sobre el “pecador”, ni del “normal”, sobre el “anormal” o “diferente”, ni del blanco sobre el negro/a o indígena…

Tengo la impresión de que el contenido de esta verdad propuesta nos confronta con nuestra propia concepción y búsqueda del poder y nos da cabida a que “personalicemos” esta verdad a nuestra propia realidad, y a que participemos en su construcción, en su contextualización.

No sé ustedes…, pero al menos yo sí bajo el nivel de sospecha frente a esta propuesta de verdad…, y, al contrario de rendirme frente a tantas otras opciones de verdades que quizá no se atreven siquiera a llamarse a sí mismas de esta manera para evitar que las descalifiquemos de antemano pero que nos dominan y esclavizan mucho más que otras, sí me animo a creerla y seguirla.

Reconociéndonos…

A René...

Hoy estamos aquí:
Reconociendo nuestros mundos y sus diferencias,
Nuestros sueños y sus congruencias,
Pensando…
Y le pregunta cada uno a cerebro
Si acaso sus decretos aceptarán infracciones
sin aparentes por qué’s,
Si logrará conmover sus reglamentos
y añadir cláusulas de amparo.
Le pregunta cada uno a su cuerpo “rutinado”
Si conseguirá moverse a horas distintas
O detenerse cuando quiera correr,
Si aceptará otros ritmos, otras prisas,
Ajenos a los impulsos del propio amanecer.
Y le pregunta cada uno a su mirada circular
Si podrá identificar rombos en las nubes
O transversales en la oscuridad,
Si a las viejas cataratas que a las razones cubren,
Logrará arrancarlas con uñas de sal.
Al estómago también se le pregunta
Sobre el nivel de fortaleza de sus frágiles fibras,
Si podrá resistir con abrazos de espuma
Cazuelas repletas de mil golosinas
Jamás parecidas a los arroces de luna,
Cocidas por manos divinas.

Cada uno se pregunta pero las respuestas tardan…

Solo sé que quiero enfrentar mi mundo contigo,
Al abrigo de tu piel, y al costado de los ríos y mares que bañan tu vida.
Y quiero que enfrentes tu mundo conmigo,
Recogido en mi cuerpo y resguardado por mis nubes y montañas,
Pues,
El amor impedirá que el caudal crezca y nos inunde
Y que la marea anegue la razón,
Que la marea apague sin piedad la lumbre,
Y la aridez arranque el verdor del corazón.

Te siento dentro...

A René

Aún estás afuera, pero yo te siento dentro...

Porque yo te vi entrar por los chaquiñanes de mi cuerpo
Al espacio donde está el clímax de mi alma...
sumergías tus labios en mis recobecos
obligando a mi cuerpo a derramar su lava.

Aún estás afuera, pero yo te siento dentro...

Porque te vi rompiendo poco a poco mis silencios
al derretir mis deseos como agua,
que fueron refresco a tus labios añejos...
y evidencia perenne de mi amor que te llama.

Aún estás afuera, pero yo te siento dentro...

Porque yo vi tus manos que abrazaban mis tristezas
Y un pañuelo tuyo secaba mi dolor
No había obstáculo que me impida la belleza...
De oír cerquita de tu corazón la voz .

Aún estás afuera, pero yo te siento dentro...

Porque te oigo reír en mis costillas
Y veo tus gestos en mi pecho,
Porque están tus angustias en mis rodillas...
Hasta que van a Dios en mis tempranos rezos.

Estás adentro...,
vistiendo de azul cada día que vivo.
No salgas de aquí jamás.

Es tu olor...


A René

Tengo un perfume que no se disipa,
Ni con los años, ni con la lluvia,
ni con la brisa...
Es un olor que en mi alma cobija
Los sueños y versos
que me animo a respirar...

Huelo a montaña robusta y verde,
A laguna cristalina,
A mariposa que sin percatarse mece,
Con sus alas la alegría!

Huelo a ternura y tibieza de niño,
Huelo a franqueza y humildad de hombre...
A firmeza y fragilidad de pino,
Antes y luego de que el viento le roce...

Es tu olor, amante y amigo,
Que dejaste hace dos años en mi cofre...
Hoy te regalo en este racimo,
Su esencia de vino, de rosa y de bronce:

Nuestro amor!

Ahora que estás...



En ti,
Mi sed se deslíe
Mi frío se olvida...
Mi risa despierta en tus manos,
El vacío se pierde en tus labios...
Mi grito se ahoga en tu pecho.
El suspiro continúa
Los sueños se viven...
La piel desaparece, las almas tropiezan,
Las almas tropiezan, La piel se enciende...
En mi beso guardo los sueños,
Esos que se construyen con besos,
Besos con labios, besos con vida
Besos que se redefinen cada día.

Escritos de adolescente... (2)

Antes de ti...

Corazón, ¿notas el vacío?
Yo lo miro desde aquí.
Es un vacío suyo... ¿verdad?
Es un vacío de hombre,
un vacío de amigo,
un vacío de niño...
Tiene olor a distancia,
un color blanquecino de ausencia,
forma de nada,
sabor a adiós...
Un vacío de alegría que se apaga,
de suspiros finales,
de sueños eternos.
Un vacío que se olvida luego que
los verdaderos hombres se ocultan.
Un vacío que parece llenarse al percibir
plenitud en vivencias cotidianas ajenas a su nombre,
ajenas al recuerdo de su existencia
o a la fe en su aparición.
Un vacío que produce vértigo:
Aterroriza caer,
pues el eco silencioso de mi grito
podría disipar los demás sonidos de vida,
la pérdida de luz opacaría las flechas
con dirección a mi misión en la tierra.
Mas, la “gravedad” de su ausencia me invita a caer,
me anima a distraer mi delirio
con la emoción momentánea del salto.
Corazón querido, sé lo que duele
y tu tristeza empieza a contagiarme,
sé que la ilusión no muere pronto
y los leños que calientan tu esperanza todavía arden,
pero su calor ya es leve...
empiezo a ya no sentirlo...
Estoy llegando al nivel de frío
que me permite anunciarle a tu alma
la hora de echar tierra sobre las negras maderas
y respirar el humo que me adormezca para no notar el vacío...
Es hora de dejarlo libre de tu añoranza,
y quedar libre de la idea de su llamado...

Despertando a la niña...



Niña, no sé si un día exististe,
no sé si alguna vez se te permitió
desatar la fantasía de tu mente
o dejar correr tus sueños.
¿Hubo algún entusiasmo notorio en tus mejillas
que no haya sido opacado por las frías
e indebidas responsabilidades asignadas?
¿Hubo alguna emoción libre
que anduviera descalza del miedo y la angustia?
¿Hay algo que merezca recordarse,
alguna razón para desenterrar ese
pasado dormido?

Niña, la mujer te necesita,
la mujer no puede hallarse si no te encuentra,
no puede entregar su belleza
a menos que se delate siendo la niña que no fue,
descubra la ilusión y esperanza que no tuvo
o que se confundieron fácilmente entre las realidades.

Si la niña debe vivir,
los desfases precoces de la crecida
deberán ocultarse entre la ingenuidad surgente de la infante.
Ya ella madurará con el tiempo,
Ya ella se fusionará con la vida
y completarán la mujer.

Todos los vestigios de la no niña
habrán de aparecer quiera o no.
Mejor si te ayudo a vivir,
A vivir en la mujer.

Redimiendo el ayer...



Quiero que mi corazón tenga espacio para apreciar la belleza,
Para hallarla y sonreír,
que mi pasado Dios logre redimir
Y en la memoria sus frutos se sostengan,
sin aquella pasiva indiferencia
que oculta entre olvidos, la tristeza.

¡Hay vida para el hoy,
y hay vida para el ayer!
El hoy testifica que en el ayer también hubo esperanza
El hoy revela un ayer con propósito,
El hoy me habla de la providencia divina,
De la redención del humano en su totalidad...
Mi hoy no existiría sin mi ayer,
Sin cada momento deshumanizador de mi pasado
Sin cada inseguridad, sentimiento de incapacidad
O insuficiencia experimentado.
La cruz y la resurección resignifican completamente mi existir...
Y me trae buenas nuevas para la vida...
Para toda la vida.

Tristeza...



A los tiempos que me invades de esta manera,
Me presionas, me debilitas, me desconciertas,
Pero, por el momento... no me estorbas,
Te prefiero,
incluso estoy dispuesta a sumergirme en tu frío
hallarme en las lágrimas que me produces,
y después... lamer su esperanza.

EL ARRIBO DE UN AVE


... Para Andre


En el murmullo de un angosto camino
Lleno de estrellas, cuales arena de mar,
Una niña repleta de sueños
Percibió el contento de un ave al pasar.

Decidió despertar del calor vespertino
Para ver cuál sería el visitante fugaz
Y saber si vendría por una caricia
Que cobije su alma y lo despida en paz.

Se levantó lentamente sin dejar de mirarle
Pues notó en sus alas dibujarse un corazón
Pintado de cielo que parecía llenarle
Su extraño silencio de azul ilusión.

Se acercaron al brillo de una candela
Consumiendo con ella la duda y temor
Estrechando su alma en la clara acuarela
De aquel Ser Divino... modelo de amor.

El ave y la niña de la mano han crecido
Y el tiempo vivido les da una razón
Para afirmar que volando se llega al nido
Y tejiendo un sueño a un nuevo escalón.

Escritos de adolescente...

Al adulto imposible...

Sorprendida de su cariño y sintiéndome pequeña
Ante su capacidad de querer y su entrega sincera,
Mi alma se engríe y atrevida se adueña
Del noble pequeño que en él se desvela.

Mas luego regreso de mi fuga violenta
Y le reclamo a mi alma su cordura,
Ella olvida que su amor solo es muestra
De virtudes que en la vida se despiertan
Gracias a soles que en las noches se desnudan.

Por tanto,
En mí albergaré su precioso cariño,
Sabiendo que es suyo... y no mío,
De Dios el caudal que impulsa su río
A regar con sus aguas este mundo vacío.

Escritos de adolescente...

Al adulto imposible...

Sorprendida de su cariño y sintiéndome pequeña
Ante su capacidad de querer y su entrega sincera,
Mi alma se engríe y atrevida se adueña
Del noble pequeño que en él se desvela.

Mas luego regreso de mi fuga violenta
Y le reclamo a mi alma su cordura,
Ella olvida que su amor solo es muestra
De virtudes que en la vida se despiertan
Gracias a soles que en las noches se desnudan.

Por tanto,
En mí albergaré su precioso cariño,
Sabiendo que es suyo... y no mío,
De Dios el caudal que impulsa su río
A regar con sus aguas este mundo vacío.

NO DUERMAS... POESÍA



No duermas poesía,
No ocultes versos entre ayeres
Ni disfraces rimas con mañanas
No rehuses dar color de tus pinceles
Al dolor que hoy mi alma desparrama.

No te aquietes poesía
No te entumas en mi ahora
Ni justifiques tu demora
Con mi divagar sufriente,
Estoy creciendo,
Mas me niego consciente,
A estar de camino,
Y no hallarte en las piedras de mi mente.

No te calles poesía
No arranques voz a mis silencios
Ni desvistas la vida a mis palabras
¿acaso olvidas que un día mis secretos
lograron difundirse en tus ventanas?

Poesía, poesía...
Vive el candor de mi alegría
Gime en horas de lamento
Y resume en tus líneas fantasías
Que hablen con su encanto de lo eterno.

A Andre y Dani... en su matrimonio

La avecilla y el palomo…

¿Qué ha hecho esa traviesa avecilla?
¿A dónde se fue para buscar alegrías?,
¿No estaba contenta con su inquieto revolear,
Sumida en el silencio de su alma al soñar?

Con la luna coqueteaba, observándose en su espejo,
Escondiéndose en las nubes y recogiendo su reflejo,
En compañía de una niña trepaba los cerezos
Y su falta de “algo”… se olvidaba en los vientos…

Un día descubrió unas huellas en el aire…
Diferentes a las suyas, y parecerían llamarle,
Curiosa las siguió con el miedo de extraviarse
Y perder la ruta del hogar, si se borrasen.

Al otro lado de una estrella un palomo se movía
Abriendo bien sus alas con gran alevosía
Se esforzaba porque el viento desprenda sus plumillas
Y escriba con ellas, lo que el corazón le decía…

La avecilla siguió la ruta de las plumas,
El palomo no paraba de agitar su vuelo
De pronto se encontraron y asombrados se dijeron
¿no eres el sueño que tejí solitario/a tras los cerros?

Volaron largo tiempo prendiendo sus inciensos,
Absortos del aroma que lograban respirar
No sabían que al quemarlo los cenizos secretos
Asomaban sin decreto…
Y podían al fuego sin quererlo…, apagar.

El temor estuvo a punto de tumbarlos
Y hacerlos olvidar en las nubes sus caricias,
Mas su fe en el Dios del fuego y las cenizas
Abrió para sus ojos una nueva premisa:

“Podremos avanzar si a amar aprendemos
aceptando los secretos que se rebelan en los días
gozando la ternura de nuestros silencios
y construyendo el proyecto que une nuestras vidas”

Fueron entonces a buscar un nido,
Para llenar juntos ese espacio vacío,
Un pino fue perfecto y les dio abrigo,
Hoy habitan en él construyendo su destino.

Con amor, Vero y René

Poesía a la madre

Mami

Hoy pienso en ti,
sencilla ave en vuelo,
modesta madera de pino...,
humilde estrella de cielo.

Pienso en tu mano, tu esfuerzo, tu espera,
Tanto tiempo puliendo marfiles de cera
Esculturas preciosas, figuras en vela...
Que a veces derriten su encanto en la tierra.

Pienso en el motivo que enciende tus ganas
De continuar latiendo en tu pecho de llama,
Esperanzas y anhelos que ardiendo proclaman:
pintaré con mis crías de azul el mañana.

Pienso si acaso mi error detuviera
Tu deseo de amar sin ninguna frontera,
En sentarme a tus pies y decir: “Compañera,
Perdona de nuevo, moldea mi cera”.

Hoy pienso en ti,
sencilla ave en vuelo,
modesta madera de pino...,
humilde estrella de cielo,
y te digo... sonríe:
Dios de tus alas es dueño,
Dios de tu fibra el rabino,
Dios de tu brillo, el fuego.

jueves, 8 de enero de 2009

La sed: Carta a una pareja dentro de un proceso de intervención

Ella, él,
sedientos de algo todavía confuso,
se encontraron.
Ambos venían de otras vertientes
que, dolorosamente,
por distancias o por muerte,
se secaron.

Vinieron el uno al otro
sin estar seguros para qué,
creyendo que su encuentro
haría chispear nuevas gotas de vida,
nuevos rocíos de cielo.

Hoy están aquí,
todavía con sed,
todavía con la boca seca,
con los labios secos,
buscando refresco para seguir,
para que la lengua no se quede inmóvil,
para no volver a sentir la inmensidad de sed
que ya conocen…
que ya la vivieron en sequías pasadas.

Mientras agotan sus esfuerzos por exprimirse,
sus retoños lloran,
quizá tratando de que sus lágrimas
alivien en algo su sed,
o al menos,
les hagan notar que hay otras bocas
con riesgo de secar…

Me pregunto cómo es su sed?
de qué tamaño, cuán profunda,
qué color tiene, qué sabor,
qué tipo de líquido busca,
cuánto tiempo lleva en su garganta,
cuán grande que no logra saciarse
cuán onda que hace que ambos busquen su alivio
en charcos repentinos que a veces les parecen oasis de hielos.

Me pregunto si ellos podrán darles lo que anhelan,
si alguno será capaz de guardar en su dentro
toda la reserva de líquido que sus almas necesitan.

Me pregunto si lo seguirán buscando
infinitamente, eternamente, obsesivamente…
hasta partirse…

O, si acaso,
estarán dispuestos a construir juntos
una nueva fuente,
suya, suya, suya,
con su material, su color
su tamaño, sus ritmos de llenado,
sus ritmos de vaciado,
su sabor,
sin aguas ajenas que la trastorne,
con líquido suficiente para vivir de verdad.

A DOS NAVEGANTES: CARTA A UNA PAREJA DURANTE UN PROCESO DE INTERVENCION SISTEMICA

Había una vez dos navegantes que venían intentando navegar juntos por largo tiempo. Cada uno había aprendido con mucho esfuerzo, su propia estrategia de enfrentar al mar, de avanzar en la quietud y sostenerse cuando las olas crecían y amenazaban con tumbar el barco, cada uno estaba seguro de saber hacia dónde girar si una roca aparecía en frente o si un torbellino se avecinaba. Cada uno tenía su forma de leer la brújula y estaba seguro de conocer el camino para llegar al muelle final. Eran navegantes expertos, con muy buenas intenciones, energía y sueños, claro que sí, pero sus estrategias de navegación fueron aprendidas de escuelas diferentes, a lo largo de muchos muchos años, quizá desde niños, al amparo de los navegantes mayores, sus padres.

Entonces, cada vez que llegaba el momento de ponerse de acuerdo sobre qué hacer ante el viento, los obstáculos o las grandes olas, cada uno acudía a su propio manual de navegación, donde el uno decía que se debe girar a la derecha, pero en el manual del otro, decía que sin duda alguna había que girar a la izquierda, y cuando en el manual del uno decía que llegó el momento de detenerse para descansar, en el del otro decía que esto era imposible, era el momento de avanzar… Entonces ante la frustración que cada uno sentía, y la impotencia, uno de los dos arrebataba el timón y escogía solo el camino a seguir, mientras el otro quedaba inconforme, dolido, y con el pensamiento en mente de que la próxima vez sería su propia estrategia la que se impondría. En medio de esto, los otros tripulantes que se sumaron al barco escogían a veces apoyar al uno, a veces apoyar al otro, siempre con el temor de que, cuando apoyaran al uno, el otro se resentiría.

…Así pasaron los años y uno de ellos comenzó a pensar que si continuaba navegando junto a su compañero, jamás llegaría al muelle que en su manual decía que debía llegar… por lo que comenzó de cuando en cuando a tomar una barca que la dirigía de acuerdo a su propia brújula interior, y cada vez, sus viajes eran más largos de modo que cada vez sentía menos deseos de volver.

El otro navegante se sintió desplazado, dolido, anhelando que su compañero regrese al barco que ambos habían tratado de manejar por tanto tiempo.

Me pregunto, cómo terminará la historia de nuestros navieros…

Encontrarán la manera de aprender el uno de las estrategias de navegación del otro, fundando un nuevo manual, uno suyo y solo suyo, distintos a los que recibieron de sus padres?
Llegará a ser cada uno feliz en su viaje solitario? Encontrarán solos el muelle que tanto habían buscado?
Continuarán juntos pero debatiéndose el poder sobre el timón continuamente… con todo el desgaste que esto implica?
Qué pasará con los demás tripulantes: continuarán en medio de esta eterna tensión, sin saber a quién aliarse y con el riesgo de romperse en el jalón?
Hallarán una forma de dejar que los navegantes arreglen sus asuntos sin seguir jaloneados por las lealtades a uno o a otro
O qué otras opciones tienen todos estos navieros?

Carta personal de finalización de trabajo biblioterapéutico con la novela El albergue de las mujeres tristes

Quito, 4 de julio, 2007

No te diste cuenta, pero aquellas vidas imaginarias del libro se entrelazaron con tu historia, y te permitieron mirar algunas facetas de los intersticios de tu alma…
Pues sí, algunas dramatizaron tus miedos, y solo verlos en escena te hizo saber a ciencia cierta lo que temías… sí, hablo de tu temor a la soledad, al abandono… o más que eso, a no ser profundamente querida, a no tener cobijo, a no tener patria… y sin ella, no tener un refugio para guarecerte del frío y de los varios sin sentidos que a veces te rodean… Sí, ahora lo ves con más claridad, por eso sé que ya nunca las juzgarías, ni a Angelita, ni a Dulce, ya nunca volverías a mirar con cierto aire de soberbia a mujeres mientras luchan por hallar una respuesta en medio de relaciones de pareja aparentemente imposibles… creo que ahora las verías diferente, a sabiendas que una parte de ti quizá siente y experimenta la vida como ellas…

Entonces te pregunto, ¿cómo sería tu vida si acaso nunca hubieras encontrado con quien construir tu relación de pareja…? Sería acaso como la de Floreana, o como la de Fernandina o quizá como la de Elena…? Será que acaso en lugar de meterte a fondo en la historia de las yaganas, te refundirías en tus libros de terapia, en tus atractivos por la política y la justicia social, o en la teología…? ¿O acaso te harías misionera entregada sin más al servicio a otros? Pues sé que estos son tus vértigos… Y si esto habría sido así, ¿habrías mantenido en tu pecho la añoranza continua y dolida de un amor? Habría sido tu vida como alguna de aquellos personajes de fantasía, si acaso, tu esposo, no habría llegado a tu vida, o si acaso partiera?

Siento dolor al pensarlo, mucho dolor y miedo… sin embargo, a la vez siento fuerza, sí… sin duda, porque creo que es esto lo que estas mujeres tristes y valientes a la vez, te dejaron, porque te han hecho ver, que aunque todo en la vida podría suceder, no es el fin de todo, si la una mano quedara desnuda, como la de Floreana, tal como la sintió esa noche cuando dejó que la cera caiga en su pantalón con tal de no desaprenderse de la mano de aquel que figuraba sus anhelos, aun así, desnuda, la otra todavía sería capaz de guardar algún sueño, algún proyecto, algún sentido, alguna llave, algo de qué asirse para cobrar fuerzas y continuar, algo capaz de convocar a la otra mano a sujetarse… y sé que sí lo tendría.

Ahora tienes más conciencia de esto, de que tu vida tiene múltiples sentidos y valías y que aferrarte a uno solo de ellos, no solo te aprisiona a ti, sino que vuelve prisioneros a otros, privándote así, a ti misma y a él… de vivir más a plenitud la vida, la vida juntos.

Y es quizá por esa fuerza que ahora eres algo más capaz de caminar más suelta, más libre, sin tantos sutiles aullidos de súplica con los que a veces amarras a tu esposo, aunque no lo necesite, aunque esté contigo por propia voluntad. Al menos eres más capaz de elegir no hacerlo, y decidirte a respetarlo más como hombre, como ser humano, como diferente de ti y a la vez tan parecido, tan vulnerable como tú.

Algo más, me parece que en el grupo aprendiste a que son mejores las cosas cuando se las dice como son, cuando no buscas decorar cada frase para que suene mejor… y esto es parte de dejar de cuidarte tanto, aun tienes mucho que aprender en esto…

Y, finalmente quiero felicitarte por algo…
Has abierto tu puerta, has venido al mar…
Te has sumergido en olas de voces diversas
algunas distintas a las tuyas
ajenas a tus cánones, a tus propios desvaríos,
Sumergiéndote en sus giros,
en sus corrientes cálidas, en sus frías
Y te mojaste, sí… te mojaste…
En la quietud y en el torbellino
Te mojaste
Y el viento te tocó…
Cuestionando tus certezas o
cimentándolas
Doblegando tus pisadas
o afianzándolas

Y estás aquí
…no has perdido tu fuerza
No fuiste el centro
y lo aceptaste…
El calor del grupo te abrigó
y lo permitiste…

Mirar con ojos de otra mujer
O intentar hacerlo con los de un hombre
No te encegueció,
Ni escondió tu propio brillo,
Solo te dotó de varios ojos
para que escojas
con cuáles y cuándo quieres con ellos
mirar la vida.