(Año 2004, a los(as) egresados de Gestión Social de la PUCE)
Me Gustan Los Estudiantes
Mercedes Sosa
Composição: Violeta Parra
Que vivan los estudiantes,
jardín de nuestra alegría,
son aves que no se asustan
de animal ni policía.
Y no le asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
qué viva la astronomía!
Me gustan los estudiantes
que rugen como los vientos
cuando les meten al oído
sotanas y regimientos.
Pajarillos libertarios
igual que los elementos.
Caramba y zamba la cosa,
qué vivan los experimentos!
Me gustan los estudiantes
porque levantan el pecho
cuando les dicen harina
sabiéndose que es afrecho.
Y no hacen el sordomudo
cuando se presente el hecho.
Caramba y zamba la cosa,
el código del derecho!
Me gustan los estudiantes
porque son la levadura
del pan que saldrá del horno
con toda su sabrosura.
Para la boca del pobre
que come con amargura.
Caramba y zamba la cosa,
viva la literatura!
Me gustan los estudiantes
que marchan sobre las ruinas,
con las banderas en alto
pa' toda la estudiantina.
Son químicos y doctores,
cirujanos y dentistas.
Caramba y zamba la cosa,
vivan los especialistas!
Me gustan los estudiantes
que con muy clara elocuencia
a la bolsa negra sacra
le bajó las indulgencias.
Porque, hasta cuándo nos dura
señores, la penitencia.
Caramba y zamba la cosa,
qué viva toda la ciencia!
Caramba y zamba la cosa,
qué viva toda la ciencia!
Esta canción va dedicada a los egresados y egresadas, a quienes por aun no tener la muceta en nuestras manos todavía pueden llamarse estudiantes...
Canciones como estas fueron escritas en tiempos de revolución, en tiempos en que las circunstancias políticas y sociales necesitaban de un impulso hacia el cambio. Este desafío avisoró sus caudillos. En esta utopía los estudiantes universitarios eran los llamados a poner el cuerpo y la mente en pro de construir las respuestas que la sociedad estaba buscando y luchando por su implementación.
En este sueño todos los científicos eran importantes: el astrónomo, el sociólogo, el médico, el ingeniero, el trabajador social, el escritor, cada uno desde su rama se prepararía para hacer realidad la teoría marxista, para derribar el sistema opresor liderado por las clases pudientes y alcanzar lo que ellos entendían por justicia social.
Su papel era histórico, su misión no transferible ni postergable; la boca del pobre hacía sonar la alarma permanente en sus corazones, y ese sonido era ineludible.
Bueno, pero ahora estamos en otros tiempos, el comunismo ya fracasó y al neoliberalismo todavía le lamemos los pies y las manos a pesar de saber que este no tiene para nosotros más que migajas; esas que caen de los platos de los que tienen, de los que saben, de los que pueden, y, de quienes, los que tenemos algo menos, hemos aprendido a hacer lo mismo o, para aliviar nuestra conciencia, a echar una que otra limosna a los que tienen, saben y pueden algo menos que nosotros.
Y ante esto, ¿qué compañeros y compañeras? ¿Qué queridos panes a punto de salir del horno?, ante esta percepción de la realidad, ante tantas preguntas que nos plantea el presente y el futuro de nuestro país, ante la desorientación y la incertidumbre que este cambio de época trae consigo, cuáles serán nuestras respuestas, cuál será nuestra actitud? ¿Cuál el sueño que construiremos? ¿Cuáles los medios que usaremos para cumplirlos? ¿Con qué valores nos comprometeremos?
Cada uno y cada una de nosotros somos responsables de contestar estas preguntas. Y debemos recordar que de sus respuestas dependerán nuestro éxito y el éxito de muchos con quiénes trabajaremos. Por ello me gustaría tomarme la atribución de sugerir tres voces que pueden darnos algunas pistas para elaborar nuestras respuestas:
• La primera: la voz que todavía surge de la cruz, de ese símbolo que todavía evoca la posibilidad de restauración del ser humano y de todas sus relaciones: con Dios, consigo mismo, con el prójimo y con la naturaleza, esa cruz que todavía nos recuerda al Jesús que dijo que busquemos primeramente su Reino y su justicia y que todas las cosas serían añadidas.
• La segunda, la voz o mejor dicho las voces de los otros, con sus múltiples ideologías, carencias y potencialidades, con sus aciertos y desaciertos, y sus cosmovisiones. Seguro que, entre todos podremos encontrar luces que nos orienten en esta búsqueda.
• La tercera, la voz del corazón, pues su borboteo sin lugar a duda todavía evoca vida, y como alguien por ahí dice, mientras en el cuerpo haya vida, lugar tiene la esperanza.
Lo cierto es que tenemos un papel histórico que cumplir, una misión que no debemos eludir, porque basta ver a nuestro alrededor para recordar la necesidad de una intervención urgente.
Que tal si para terminar, levantamos nuestras copas y le damos un saludo a la nueva etapa que estamos comenzando, le damos un saludo a este mar de preguntas, posibilidades y oportunidades y, a través de este, simbólicamente le pedimos a Dios que nos guíe a construir las respuestas por las cuales un día seremos demandados y demandadas.
verodelatorreg@yahoo.es
Veri Nice..
ResponderEliminarque bonito discurso :D
muy bonito mensaje... y las 3 voces q sugieres... sin lugar a dudas.. son
aquellas que te llevan al éxito al ser oídas en la priorización que le has
dado.
Mª Fer