Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
Romanos 5:20
Me he quedado pensado en este versículo... Cuando me agarra por sobreabundar con normas y reglas para mi hija, empieza a oscilar en el ambiente un aire de frustración, culpabilidad, tristeza, tanto en ella como en mí. Al leer este texto noto que pues, si se opta por introducir "leyes" lo que corresponde es introducir abundante espacio y oportunidad para la gracia, que entiendo, significa una "bondad no merecida"....Ahora, esta no podría surgir si uno mismo no se siente primero beneficiario de esa gracia.Quizá sólo desde allí puede surgir la posibilidad de ofrecer un esforzado apoyo para que el cumplimiento de las "normas" sea posible, partiendo de un análisis mucho más pausado de que podría hacerla difícil o imposible de cumplir. En realidad equivaldría a todo un esfuerzo para generar todas las condiciones necesarias para que el resultado natural sea el cumplimiento de la norma. Solo así se generaria un ambiente de gracia, de gozo y no de culpa, pues estaríamos juntas esforzándonos por lograr un comportamiento que simplemente nos ayude a vivir mejor, lo cual es , por cierto, el objetivo de toda norma.
Esto cambia las cosas, pues en vez de volvernos enemigas enpantanadas en una lucha de poder en la que yo dictamino las normas y la pequeña debe esforzarse por alcanzarlas, juntas nos metemos en un trabajo por lograr vivir mejor. Y, vaya, nótese que en ese trabajo yo tengo mucho más responsabilidad que ella... pues, desde analizar si realmente la norma es pertinente, adecuada a su edad y condiciones, si es oportuna, y luego velar por dejar limpio el camino para que avancemos en esa dirección sin piedras en las que podamos tropezar.
Que el Señor me ayude a que en mi familia abunde el gozo, la paz y la transformación natural que produce la gracia y no la frustración y tristeza que produce la culpa.
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