Estaba revisando el método para trabajar con niños que han sufrido abuso sexual (según Cloe Madanes en su libro Violencia Masculina)
y
me parece interesante que lo que finalmente sana es el reconocimiento
absoluto y explícito por parte de todos los miembros de la familia, de
la total inocencia del niño. Esto es lo que rompe con la culpa que
carcome su integridad y daña sus relaciones presentes y futuras. Cuando
el secreto se ha roto, la culpa ya no tiene cabida, la verguenza no
tiene acidero, la esperanza se levanta abriéndole de nuevo todas las
posibilidades de vida plena que puede encontrar. Vaya poder que tiene la
culpa para fregarnos la existencia... y vaya poder que aparece cuando
somos liberados de ella!