viernes, 20 de diciembre de 2013

Nada que temer...



Mía:
Primero  temía que no gatearas y poco después, gateaste.
¡Un año 3 meses! No caminabas… ¡qué preocupación! Un mes más y caminaste.
No tomabas teta… ¡vaya!, algo después ya tomabas con sorbete.
Y así,
No comías sólidos, luego te gustaron más que la sopa.
No tolerabas el suero fisiológico, luego aprendiste a ponértelo sola.
No querías ir al baño, ahora ya lo logras casi siempre.
No te gustaba el tomate, ahora ya comes de vez en cuando los cherry.
No comías sola ni una cuchara, hoy juegas a las ganadas con el papi con tu propia taza.
Tenías mamitis, hoy sueñas y anhelas estar con papá.
No te vestías por ti misma, hoy solo te rehúsas cuando estás muy cansada.
Te despertabas mil veces en la noche. Hoy, casi nunca.

Mía,
Aunque al comienzo me costó, y a veces todavía me inquieto,
Cada vez siento más certeza que no tengo nada que temer,
¡En tu tiempo y a tu ritmo, serás quien debas ser!
De sobra lo has demostrado.

Te amo,
Perdóname por las veces en que quiero forzarte a crecer,
por cubrir mis necesidades, más que las tuyas.
Eres perfecta así, hoy.
Mañana hallarás nuevos motivos para explorar nuevas formas de ser y vivir.
Mañana aprenderás lo que te haga falta,
Mañana descubrirás cómo desplegar más alto tus alas y cuando es preciso cerrarlas.

Descansa hoy,
… y yo también.
Eres perfecta.
Te amo.

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