Has embellecido el jardín,
el patio,
la sala,
y todos los cuartos de mi vida.
Has sembrado flores rojas en su frente,
has aumentado dinteles de hierro en sus esquinas,
añadido cimientos de piedra en su base
y enlucido de fuego sus paredes.
Y así,
sin quizá pensarlo...
has anidado un espacio entre los dos:
cálido,
tierno
y sólido
para que una nueva vida halle
un sitio seguro donde abrir sus ojos cada día,
derramar su candidez
y regalarnos a ambos
más sueños y propósitos de esperanza
para vivirlos juntos.
Gracias a Dios por permitirme ver
un año más de tu vida
y tanto de bello construido en tu camino.
Te amamos René,
Esposo y papá!
Verónica y Mía Daniela