viernes, 27 de enero de 2017

Nosotros...

¡Feliz aniversario… ! (René Segovia)
¡Qué bueno haber descubierto a tu lado, René, el “nosotros”:
palabra frágil, vulnerable, difícil de enraizarse en el alma del yo…
palabra hoy caduca, oportunista, válida sólo mientras no estorbe… 
palabra densa, a veces incómoda, a veces invasiva, agobiante…
palabra que lucha piel a piel con el yo,
con sus límites autoimpuestos,
con sus ojos cerrados,
con su falda y camisa siempre iguales
con su misma solución para todo,
y su única respuesta ante la duda.
Con el yo lucha el nosotros,
pero no para derrotarlo o inutilizarlo,
no para desnudarlo o avergonzarlo,
no para herirlo hasta desangrarlo…
no,
lucha para poder mirarlo, íntegro…
no a medias, no solo sus hierros invencibles,
no sólo sus cimientos de piedra,
no sólo su mampostería elegante,
no solo sus sí y sus no inquebrantables, inamovibles,
su terquedad imponente…
no,
lucha para mirar al yo íntegro,
para iluminar sus sombras,
sus lugares escondidos,
sus bellezas aún no vistas,
sus otras posibilidades…
sus otras capacidades,
para flexibilizar sus columnas
y hacerlas sismoresistentes…
para descubrir sus otras formas de vivir el yo que le acercan al tú,
al gozo compartido,
a la fogata en la noche fría,
al canto sereno en el silencio,
a la sensación irremplazable de pertenecer.
El nosotros que surgió entre tu yo y mi yo,
aunque no haya terminado su misión,
y aún tenga quien sabe cuántas más batallas por pelear,
es el barco al que me subo en el naufragio
es el refugio cuando llega el ciclón…
es el puente para salir de las murallas
construidas por la terquedad de mi yo.
El nosotros entre tú y yo
ayudó a emerger un nuevo yo:
un yo mejor,
un yo más feliz,
y sigue siendo el recordatorio de que aún tengo un nuevo yo por descubrir.
No 11 años más,
solo bastará…
la vida entera…
Te amo René.
Es junto a ti, por tu yo, que decido seguir cabalgando el unicornio del nosotros, con su lomo a veces duro, a veces suave, a veces cómodo, a veces molesto… Es en ese nosotros que quiero continuar el vuelo de mi vida.