miércoles, 27 de enero de 2010

Reflexión Jeremías 31-7-14 y preguntas para devocional

Texto bíblico:

Porque así dice el SEÑOR:
Gritad con alegría por Jacob,
y dad voces por la primera de las naciones;
proclamad, dad alabanza, y decid:
"Oh SEÑOR, salva a tu pueblo,
al remanente de Israel."

He aquí, yo los traigo del país del norte,
y los reuniré de los confines de la tierra,
entre ellos los ciegos y los cojos,
la mujer encinta y también la que está dando a luz;
una gran compañía volverá acá.

Con llanto vendrán,
y entre súplicas los guiaré;
los haré andar junto a arroyos de aguas,
por camino derecho en el cual no tropezarán;
porque soy un padre para Israel,
y Efraín es mi primogénito.

Oíd, naciones, la palabra del SEÑOR,
anunciad en las costas lejanas,
y decid: El que dispersó a Israel lo reunirá,
y lo guardará como un pastor a su rebaño.

Porque el SEÑOR ha rescatado a Jacob,
y lo ha redimido de manos más fuertes que él.

Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sion,
y radiarán de gozo por la bondad del SEÑOR:
por el grano, por el vino y por el aceite,
y por las crías de las ovejas y de las vacas.
Su alma será como huerto regado,
y nunca más languidecerán.

Entonces la virgen se alegrará en la danza,
y los jóvenes y los ancianos a una;
cambiaré su duelo en gozo,
los consolaré y los alegraré de su tristeza.

Y llenaré con abundancia el alma de los sacerdotes,
y mi pueblo se saciará de mi bondad--declara el SEÑOR.

Reflexión:

En la vida atravesamos por diversos momentos, unos de caída, otros de levantarse, de lamento y otros de esperanza, de angustia y otros de regocijo. Al parecer “la vida es así”, el dolor y el gozo son compañeros acérrimos, inseparables caminantes que juntos hacen posible la existencia, al menos como la conocemos. Parecería que no podemos conocer al uno sino es por el otro: el gozo no lo sería sino conociéramos el dolor, y el dolor no lo fuera, si no supiéramos lo que es la alegría…

Ahora que empezamos un nuevo año, no hemos dejado de desearnos los unos a los otros “un feliz año”, “que Dios les llene de bendiciones”, “que Dios traiga paz”. Y sí, estos son nuestros anhelos genuinos, aunque a veces, la forma en que nos referimos a esta felicidad deseada parecería ser como a un paquete de alegrías bajado del cielo, como algo que surge de la nada y de pronto está en nuestras manos. Así es quizá, como nos han fabricado la idea de felicidad, una dicha desconectada del resto de la vida…, sobre todo, del dolor. Qué pensamos nosotros de esto? Qué es para usted felicidad? Cree “ser feliz”, como se dice?


Jeremías, “el profeta llorón” deja plasmado en el libro que lleva su nombre las múltiples formas en que Dios – Yahvé – ejercería juicio sobre Judá por haberse apartado de sus caminos y corromperse como pueblo, viviendo en injusticia, inequidad, corrupción, etc. Sus reyes habían violado la ley de Dios de muchas maneras y el destierro era lo que esperaba a su gente, la invasión de otro imperio con su consecuente pérdida de seguridad, estabilidad, prosperidad, paz. Jeremías sufría continuamente por lo que venía venir a su gente, como consecuencia directa de sus malas decisiones en la vida, y gastaba sus fuerzas advirtiéndoles y llamándoles a un arrepentimiento que cambie por fin sus procederes a fin de no ser sujetos de lo que interpretaban como el “juicio de Dios”.

Es así que el destierro, la dispersión, la pérdida de dominio sobre sus decisiones como pueblo al ser hechos esclavos de otros y la pérdida de prosperidad eran aquello que les esperaba por sus actos.

Sin embargo, a partir del capítulo 30, Jeremías hace un alto a este discurso y guiado por Dios comienza a proclamar la promesa de restauración del pueblo de Israel, es decir, una nueva etapa en la que ocurriría lo siguiente:
- Restauración de la relación de cada persona y familia con Dios (vs. 1)
- Restauración de la vivencia y sentido de comunidad (vs. 4)
- Restauración de la capacidad productiva, de contar con los medios para ello, y el disfrute de los logros del trabajo. Incluye, volver a la tierra, al sitio que les da un sentido de identidad y de pertenencia.
- Restauración de la capdiad de autodeterminación, al ser ahora libres de sus opresores.

Esta restauración es inclusiva, es decir, no es solo para los más fuertes, jóvenes o sabios, es como dice el Vs. 8: para los ciegos, cojos – diferentemente capacitados, ellos también retornarán a la tierra pese a sus limitaciones y a necesitar ayuda de otros. También las embarazadas y recién dadas a luz…, su debilidad no es motivo para que pierdan el beneficio. Sí, esta restauración, no es solo para los ágiles, para los que pueden andar por sí mismos, es también para los que les tienen que cargar o guiar.

Esta restauración no es fácil, volver a casa después del destierro cuesta. El vs. 9 dice “irán con lloro”, el dolor parece ser el compañero de este camino a una nueva vida, a contar con arroyos de agua y gozar d ela misericordia de Dios manifiesta en la provisión de lo necesario para la vida, tanto físico como espiritual.

Pero el lloro cesa una vez viene el consuelo y el gozo y con ellos la esperanza de nunca más volver a padecer.

La restauración, entonces, significa en este texto lo que podríamos decir como la recuperación de la alegría, una alegría serena pero plena y llena de significado, una alegría calma, no eufórica no voraz como la que quizá provee por instantes el vino o el sexo descomprometido… sino una alegría pausada que se bebe sorbo a sorbo en el esfuerzo de cada día que produce resultados, en la necesidad de agua que se puede saciar e un arroyo, en la necesidad de trabajo que se consigue y se logra obtener el jornal.

Como es una alegría que viene del dolor o desde los cambios y rasguños que produce el dolor, no es eterna, pero al empezar a alejarse se concoe el camino para recuperarla aunque ello implique volver a sufrir, a saborear las consecuencias de los errores propios o ajenos.

Estas palabras de Jeremías a la vez que eran una promesa o anuncio de Dios de lo que sucedería, también eran un llamado para optar por este camino, porque ser restaurado no es algo que me viene, que me llega, ES UN CAMINO QUE SE ESCOGE.

Pues bien, desear felicidad”, significa no desear la aparición de “episodios felices”, sino la motivación para optar por el camino de la restauracio´n, del aprendizaje de los dolores de nuestra vida, de las angustias plasmadas en cicatrices que pasan en nuestro corazón, sí, optar por el camino que puede dar sentido a todo lo vivido y entonces, surja desde lo profundo la alegría.

Recuerdo una frase que en algunas veces escuché decir a mi papi algún sábado de mañana cuando junto con mi mami nos quedábamos acostados en a ama conversando. El suspiraba y decía “esto es la felicidad”. Creo que en ese momento poco entendía yo lo que significaban esas palabras pero ahora sé que lo que quería decir es que el permanecer como familia juntos pese a dificultades no pequeñas por las que atravesábamos, daba sentido a todo lo vivido, a lo duro de hallar el pan de cada día, de sobrellevar y afrontar los problemas de pareja, a las noches en vela junto a sus hijas mientras hacían sus trabajos de colegio o universidad. Es decir, la felicidad para mi papi era la consecuencia de multiples decisiones diarias de optar por el camino de la vida que incluye la restauración permanente.

Resumiendo:
- La restauración es una opción que viene de la gracia de Dios pero que solo cada uno puede decir la quiere o no.
- La restauración abarca todos los ámbitos de la vida:
o Relación con Dios
o Relación con el prójimo
o Capacidad productiva,
o Sentido de pertenencia
- La restauración es inclusiva, todos podemos acceder a ella aunque no seamos jóvenes y fuertes, los ancianos, ciegos, cojos, embarazadas y recién paridas podamos acogernos a ella.
- La restauración tiene como resultado ALEGRÍA profunda, serena, pausada, pero que viene del aprendizaje, del dolor de vivenciarlo sin escupirlo, sino observar lo que sus huellas dejan y el camino al que nos guían. Rechazar el dolor, es rechazar la restauración y por tanto la alegría.

Feliz año, que en el 2010 haya felicidad que surja de la consciente y continua elección por el camino de la vida.



PREGUNTAS PARA EL DEVOCIONAL:

Qué significa que un pueblo o comunidad sea restaurado según el texto?
Qué ámbitos abarca esta restauración.
Quiénes están incluidos(as) en esta restauración?
En as comunidades en las que trabajamos, quienes serían los cojos, ciegos, recién paridas, etc., que podrían tener dificultades en participar de la restauración de toda la comunidad?
Qué costos tiene la restauración? Qué deben hace las personas para gozar de esta restauración?
Cómo es el camino de la restauración?
La restauración que promovemos en las comunidades, en qué hace más énfasis, qué ámbitos podrían estar siendo algo descuidados?
En qué medida la restauración en las comunidades que trabajamos se ha convertido en una elección de ellas por tener una vida diferente, que pude perdurar aun cuando no estemos.
Necesitar restauración significa que algo se estropeó previamente, nuestras comunidades están comprendiendo qué fue lo que se estropeó, cómo sucedió, en qué medida fueron responsables de este estropeo, las consecuencias de dolor que produjo, para así saber como salir o superar futuras caídas?