viernes, 27 de febrero de 2009

BOLT

Bolt, una creación hollywodense que deja algo para pensar...

Por veces vivimos como tú, convencidos de que todo lo que nos rodea es real, o mejor dicho, conforma una sola realidad.

Nos metemos tanto en nuestro "papel" en el mundo, en el rol que hemos asumido en la sociedad y en las expectativas que tienen los demás de nosotros(as), que con frecuencia olvidamos nuestras "otras" realidades, nuestras otras facetas y posibilidades... y a veces, incluso, como tú, olvidamos quiénes somos... Algunos porque nunca se nos permitió ver fuera de nuestro espacio, y otros porque escogimos no asomar los ojos a la otra esquina...

Cuánto más si aquella realidad ofrece tantas "ganancias" temporales, como prestigio, fama, o una simple sensación de ser indispensable, de ser un héroe para alguien.

Que triste descubrir de pronto que todas los mitos y creencias sobre las que construiste tu vida y tu razón de existir... eran falsas, o al menos, pseudo ciertas... eras querido, pero no por todos, eras poderoso, pero no por un super ladrido sino por tu lealtad, eras valiente pero no invencible, eras único pero remplazable, excepto para quienes realmente te amaban.

Mientras no lo veías, fuiste presa fácil de otros que te usaban para complacer sus intereses, no tenias como defenderte ni como cambiar tu historia. Eras una simple herramienta del consumismo, tu vida se reducía a dar de comer a unos cuantos.

Pero lo viste finalmente, aunque esto te rasguñara el alma.

Lo increíble es que aún cuando tú ya tuviste la capacidad de aceptar y asumir tus otras realidades, hubieron otros que querían, o mejor dicho, necesitaban, seguir creyendo que eras BOLT, el perro fuera de serie, necesitaban que existieras para seguir teniendo un referente, para tener a quien admirar, creer que tendrían quien los defienda, los salve y realizar en ti todos sus ideales... para que les des haciendo aunque sea en la fantasía aquello que creían que no querían o no podían hacer por sí mismos.

Aun así tuviste las agallas, la perruna fortaleza para reconocerte como "normal" y renunciar a ese honroso lugar que te habían asignado, para despojarte de ese peso de ser quien no eres, de ser quien ellos creen que eres, y aceptar tu humilde destino de ser un perro de casa, con amos a quien lamerles la cara y obedecer, con una gata con quien compartir los halagos. Comprendiste que puedes ser feliz en la cotidianeidad sin miles de ojos mirándote, sin fuego, sin luces, puedes ser feliz dormitando en el patio de tu casa.

Ojalá muchos podamos seguir tu ejemplo y reencontrar la belleza de nuestra humanidad en el quieto respiro de la noche... en el sensible lugar en donde palpitamos... y nos construimos. Ojalá podamos mirar y aceptar nuestras múltiples realidades y no aferrarnos a una de ellas volviéndonos esclavos.


verodelatorreg@yahoo.es

Pesebres con vida

En las navidades observamos múltiples pesebres, grandes, pequeños, caros, baratos, de madera, de bronce, con burros, sin burros..., pero pocas veces observamos pesebres que logren "revivir" aquellas cosas insólitas y maravillosas que ocurrieron en Belén. ¿Cómo qué?
...Como la disposición de una mujer que por fe fue capaz de tolerar una posible humillación pública por un embarazo “fuera de lugar”… 
Como un José que decidió simplemente confiar y no hacer lo que “la ley” le respaldaba: avergonzar a su mujer, denunciarla y dejarla… 
Como unos pastores que pese a tener fama de ladrones fueron convocados al nacimiento de un rey… 
Como unos astrólogos extranjeros (magos) que pese a tener creencias distintas y que hasta podrían haber sido tachados de “brujos” fueron guiados al encuentro del hijo de Dios…
Como la disposición de estos hombres ilustrados para creer en lo que la luz de una estrella les decía…
Como un rey que nace siendo contemplado por animales de establo, con mal olor, y en una cuna de paja…

Es decir, tantas cosas insólitas que en su conjunto hablan de una “buena nueva” de salvación. Una buena nueva que literalmente puede salvarnos  
de vivir atados a los prejuicios, al qué dirán, 
a la diferencias sin sentido entre seres humanos, 
a la incapacidad de creer en lo que pueden dar aquellos que están socialmente “desahuciados”, 

salvarnos de vivir con permanentes barreras religiosas que nos distancian, 
de creer que las mismas respuestas a los mismos problemas, son las únicas posibles…
de la incredulidad que nos invita a pensar que las cosas siempre serán iguales y que no pueden haber estrellas que nos lleven a cosas nuevas en nuestras vidas…

salvarnos de pensar que lo verdaderamente bueno no puede surgir de lo simple, de lo cotidiano, de un pueblo sin mayor nombre como Belén…

Ojalá nos cansemos de hacer simples y vacías "imitaciones" de aquel pesebre y, con la ayuda de Jesús podamos evidenciar:
un canto de vida que recomienza, 
de esperanza que renace, 
de utopías que se realizan, 
de transformaciones internas, en nuestras familias, instituciones, país...

y no simplemente “pesebres románticos” a ser contemplados… 

verodelatorreg@yahoo.es